Vacaciones

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(Marc)

Hoy Alex y yo empezamos nuestras vacaciones de verano y tenemos una sorpresa para nuestras mujeres e hijos. Sin que ella se enterasen, hemos comprado billetes de avión y alquilado una casa en Santorini. Los dos estuvimos de acuerdo en que sería menos probable que nos siguiera la prensa hasta allí que si, por ejemplo, nos vamos a Ibiza. Además de que no creemos que Ibiza sea el mejor lugar para llevar a los niños.

- Ya estamos en casa -decimos al unísono al entrar en mi casa.

Nuestras mujeres nos esperan en el salón donde están mirando como juegan los niños. Nos sentamos a sus lados y les contamos la noticia.

- ¿En serio? -pregunta incrédula Isel.

Ninguna de las dos se creía realmente que nos íbamos de vacaciones a Santorini, pero poco a poco lo iban asimilando. Mientras, nosotros nos pusimos a jugar con los niños y le dijimos a Jordi que iríamos a la playa en las vacaciones de verano. Mi pequeño se puso muy contento y nos preguntó cuando nos iríamos.

- Mañana por la mañana nos vamos campeón.

Como solo tenemos dos semanas de vacaciones, reservamos la casa de Santorini una semana para poder volver y entrenar un poco antes de volver al mundial. Al solo ir por una semana, no necesitamos hacer muchas maletas, por lo que nos podemos relajar un poco por la mañana y hacer las maletas por la tarde.

- ¿Qué os apetece hacer hoy?

- Dormir para que llegue mañana -Isel parece estar emocionada por las vacaciones.

Al final decidimos una mañana y una tarde de películas en familia. A pesar de todo, nuestras mujeres no dejaban de estar nerviosas porque no las dejábamos ir a hacer las maletas.

- Es pronto. Tampoco tenemos que meter tantas cosas amor.

- Tenemos hijos pequeños. Necesitan ropa de recambio y algunos juguetes y...

- Ve a hacer la maleta. Porque al final te va a dar algo.

AL DÍA SIGUIENTE

Ya estamos toda la familia en el aeropuerto esperando a poder embarcar en el avión. Claudia y Jordi están dormidos y los llevamos en brazos porque hemos dejado la silla de paseo de mi sobrina en casa.

Cuando subimos al avión dejamos a los niños los asientos más cercanos a nuestras mujeres y nosotros nos sentamos a su lado. El viaje no será muy largo, pero queremos aprovechar este poco tiempo para mimarlas.

- Que cariñoso estás mi amor.

- Te mereces todo esto y más.

Tenemos la suerte de que nuestros hijos no se despiertan hasta que el avión vuelve a tocar tierra. Este tiempo "a solas" con mi mujer me ha encantado.

- Jordi, dale la mano a mamá. Alex y yo nos ocupamos del equipaje -le digo a Isel antes de besarla.

Cogemos todos los bártulos que hemos metido en la cabina y salimos detrás de nuestra familia. Nada más salir del avión el sol de Santorini nos da en la cara.

- Vayamos a la casa y podremos ir un rato a la playa antes de la hora de comer.

- Me gusta esa idea Alex.

- Nena, a ti te encanta el agua.

Estoy casi seguro de que mi mujer es la persona a la que más le gusta el agua. En casa usa todos los días la piscina. ¿Cómo va a rechazar la idea de ir a la playa nada más llegar?

El trayecto en coche hasta la casa que hemos alquilado es de unos 45 minutos. Jordi nos pide que pongamos la radio y no para de cantar. Al final todos nos animamos a cantar con él.

- Bueno, dejemos de cantar antes de que se ponga a llover -Bells no quería seguir escuchando lo mal que cantamos todos.

En cuanto llegamos a la casa estuvimos de la planta de arriba para ir las habitaciones y dejar en ellas nuestras maletas. Todas las habitaciones son grandes y tienen vistas al mar. por lo que no tenemos ningún problema a la hora de elegir la nuestra.

- Bueno Márquez, ya estás tardando en desnudarte y ponerte el bañador porque ¡nos vamos a la playa!

- Que emocionada estás mi amor.

- Mucho. Voy ayudar a Jordi con su maleta y a decirle que se cambie. Cuando vuelva te quiero listo.

Llevo con la cabeza y la beso antes de irse. Abro nuestra maleta y saco de ella uno de mis bañadores y un bikini para mi mujer. Los dos son rojos para ir a juego. Me cambio rápido y me meto en el baño desde donde la escucho entrar de nuevo en la habitación.

- Gracias por sacarme un bikini nene.

- De nada -le digo al salir del baño.

Isel se desnuda tan rápido que me hace gracia. Y, para ser sincero, no tengo ganas de que vuelva a vestirse. Pero esta noche no se me escapa.

- Deja de mirarme tanto y ayudame a abrocharme la parte de arriba.

En cuanto lo hago y ella se pone uno de sus vestidos playeros, nos reunimos con los demás y vamos a la playa donde pasamos un par de horas jugando en el agua y la arena.

- Papi, quiero un helado.

- Después de comer te compro uno.

Mi hijo se queda conforme con mi decisión y sigue jugando con la arena. De vez en cuando va hasta la toalla dónde está Claudia y la llena de besos antes de meterse en el agua con Isel.

Tráete unas horas en la playa volvemos a casa para ducharnos y cambiarnos antes de ir a comer. Alex se encargó de buscar los restaurantes más cercanos antes de viajar. Por lo que ya sabíamos exactamente a donde debíamos ir. El resto del día lo pasamos en la playa y comprando algo de comida para cenar en casa.

- Una cena riquísima -dijo mi cuñada al acabar.

- Seguro que yo estoy más rico cariño.

- Márquez, ni en tus mejores sueños tú estás más rico que esto.

- Estoy de acuerdo con Isel.

Hubiese sido mejor que mi hermano no dijera nada. Las dos van a estar un buen rato burlándose de él.

- Podrías defenderme hermanito.

- No te ofendas, pero quiero sexo esta noche y nos queda toda una semana por delante.

Y así es como pasamos la semana. Entre las bromas y burlas a Alex, las ocurrencias de Jordi y el tiempo en la playa. Una semana llena de recuerdos antes de volver a casa para entrenar de cara a la segunda mitad del campeonato.

Madre de alquilerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora