[Narra Karo]
Sentí como el fuerte ardor que mi cuerpo sufría, lo que me pareció una verdadera eternidad, se extinguía de repente dejando mi ser en la deriva misma, como si nada nunca hubiera pasado. Algo temerosa, moví un dedo a modo de prueba, pero no hubo signos de dolor, así que me anime con toda la mano, pero tampoco eso generaba que todo el infierno que había pasado volviera a empezar. Abrí los ojos despacio creyendo de inmediato de que estaba en un sueño, aunque, en el momento en que estuvieron completamente abiertos, no pude evitar jadear por lo que veía, todo, completamente todo se notaba con un detalle excepcional, incluso las cosas que antes para mi eran imposibles ahora las veía con lujos de detalles. Me senté realmente rápido, como un resorte, viendo a un costado mío un escritorio, notando las finas lineas de la madera, algunas motas de polvo que rozaban la superficie y luego volvían a volar como si nada, mientras observaba cada poro de un papel que había arriba, descubriendo lo verdaderamente irregular que era una hoja. Un suave suspiro escapo de mis labios por la admiración de lo que estaba viendo, pero al mismo tiempo sentí que respirar, que tener aire en mi no era algo que debiera de ser normal, era como si soltara algo extra dentro mío que no necesitaba, que solo ocupaba espacio. Fruncí el ceño por ello, pero fue entonces cuando los recuerdos me golpearon como algo borroso que lentamente se hizo mas nítido e hizo que desenfocara mi atención de cualquier otra cosa. Levante una mano y toque inmediatamente mi cabeza, golpeando esta ligeramente, empezando arrastrarla y a meter mis dedos entre el cabello en busca del agujero de bala que debía de tener, pero, para hacer todo mas extraño, no había nada. Mire un punto indefinido arrugando la frente, eso era algo completamente imposible, debía de tener algo, aunque fuera una cascara o la elevación de una cicatriz, pero realmente no había nada, y por mas que buscara y buscara no había ni una sola señal que indicara mi último recuerdo, antes de que todo se volviera oscuridad, hubiera sido real.
A mi derecha el sonido de un pie rozando levemente con una alfombra capto mi atención, así que mire y me encontré con varios pares de ojos dorados apuntando a mi persona, generando que miara a cada uno de ellos recordando las caras y confesando en mi mente que eran los seres mas bellos que alguna vez pude ver, incluso me los estaba confundiendo con posibles ángeles que venían a recibirme luego de mi muerte, pero deseche la idea cuando note que usaban ropas normales y ni alas o halos tenían.
Algo insegura baje las piernas de lo que fuera que estaba acostada, y me senté al borde para quedar frente a frente con los cuatro hombres y las tres mujeres que estaban detrás de ellos, dándome recién cuenta que estaba en una especie de estudio con una pared toda de grandes ventanas que daban a un extenso bosque en el cual casi ni me detuve, porque el reflejo que el vidrio me devolvía me servía para darme cuenta que mi ropa era otra, generando que me observara a si misma. Tenía un vestido blanco pegado al cuerpo con unas manguitas que tapaban apenas los brazos mientras un collar de brillantes decoraba mi pecho y una pulsera le hacía juego, a lo que arrugue la frente tomando el borde de la tela recordando perfectamente que eso no era lo que había usado la noche del suceso, pero entonces mi muy pálida piel capto mi atención. Levante despacio la mano a la altura del rostro para analizarla mucho mejor, confirmando que definitivamente ese no era su tono natural, ¿es que acaso me habían metido a otro cuerpo que tenía tantos cambios? ¿Que había pasado?
Ante la duda miré a las personas esperando alguna explicación de, básicamente, todo.
—Hola, un gusto, soy Carlisle Cullen —se presento un hombre alto, fuerte, rubio con el mismo color de piel que los demás en la habitación, inclusive yo, que tenía una de las sonrisas mas amables que alguna vez pude conocer—. Te encontramos hace cuatro días junto a la carretera con una herida de bala en la cabeza, estabas a minutos de morir —dijo a modo de resumen, a lo que asentí dos veces finalmente escuchando algo que era verdad y tenía sentido para mi.
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𝐒𝐈𝐍 𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐑𝐋𝐎, 𝐔𝐍𝐀 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐀 𝐂𝐔𝐋𝐋𝐄𝐍
FanfictionPor culpa de otros tuvo que dejar a la persona que amaba, las cosas no se entendieron y terminaron mal. Ellos la encontraron y la hicieron su familia. Esta es la historia de Karo, que sin esperarlo, se hizo una Cullen más.