☾18☽ Posturas y cuestiones

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No quite mis ojos de su rostro porque observaba como él miraba lo que había hecho: los dos guardaespaldas en el suelo sin conciencia por el auto que había movido con mi mano, uno que se abrazaba a si mismo, de seguro pensando que no podría tener hijos en ningún momento o nunca mas, y el que estaba a unos metros de nosotros sin conciencia por una simple golpe mio.

—Veo que has cambiado a algo... impresionante —dijo poniendo sus manos en los bolsillos del pantalón de su traje para sostenerme la mirada con sus ojos verdes.

—Hm... —moví mi cabeza a un lado y a otro, como si considerara esas palabras—. ¿Me tenes miedo?

Se quedo unos segundos en silencio mientras el sonido del viento entre los arboles del bosque daba un hermoso ambiente a pesar del desastre que se estaba dando.

—No —dijo al fin.

¿Como...? ¿¡Que mas debería hacer para que si lo hiciera!?

—Deberías —comente para, a la velocidad de un vampiro, ponerme casi nariz a nariz con él, colocando una mano en su cuello—. De esta forma me acabo de dar cuenta que tienes un olor muy... tentador —con mi dedo indice le acaricie una vena de su cuello que prácticamente me gritaba y, en esos momentos, me dí cuenta que había dejado de actuar, que ahora estaba muy estimulada a morder—. Desde hace un tiempo me empezaron a interesar otro tipos de cosas... —acomode mi mano para que mis uñas quedaran sobre su piel y lo arañe de un solo movimiento.

Julen movió un poco su cabeza, alejándose de mi mano, pero con el otro brazo lo agarre por el hombro y lo mire a los ojos diciéndole que se quedara quieto o que el dolor lo invadiría, pero todo se puso un poco confuso cuando el olor a sangre llego a mi nariz como el mejor y mas refinado perfume.

Baje la vista y note una pequeña gota de sangre salir de una de las marcas de mis uñas e instintivamente abrí la boca jadeando con deseo. Sin poder evitarlo, lo agarre mas fuerte del hombro y con el pulgar agarre esa poca sangre para llevarlo a la boca...

Todo se puso en blanco.

Sabia mejor de lo que esperaba, no se comparaba con la sangre animal, nunca, jamás, ni en un millón de años, definitivamente era lo mejor que algo de mi especie podía llegar a probar en algún momento y ahora yo tenía eso a mi alcance, sin ninguna traba.

Un gruñido grave, bajo, salio de lo mas profundo de mi garganta y empuje a Julen contra el capo del auto, obligándolo a acostarse en este, y me puse arriba de él mirando como una fiera sus ojos. De inmediato puse una mano en su pecho manteniéndolo quieto, para con la otra agarrar su cara y girarla bruscamente, con una leve mueca de dolor en el rostro de él por el maltrato a sus cervicales, dejando así su cuello a la vista con las marcas las marcas de mis uñas y un leve enrojecimiento alrededor de estas. Acerque mi rostro, sintiendo mi respiración en la cara al chocar con tibia piel, y con mi lengua lamí esas mínimas heridas para seguir por donde iba la vena mientras con la punta de mis colmillos rozaban esa fina capa que me separaba de los mas rico que alguna vez conocí.

Cuando abrí la boca para morder oí un disparo, y a mi gran velocidad me separe de él al sentir la punta de bala rozar mi cuello, pero estire un brazo hacia atrás tomándola enseguida, aunque nunca hubiera pasado mi duro cuerpo. Gire el rostro y vi al guardaespaldas, que antes estaba doblándose en el suelo, parado bajando el arma, viéndome boquiabierto sin entender aún mas. Tomando el elemento entre mis dedos me volví a Julen para mostrándosela entre mis dedos mientras yo también la veía, pero después me baje y me acerque a ese hombre para finalmente dejarlo desmayado como todos los demás. De esa forma no iba a interrumpir mi comida. Me gire hacia el único ser consciente y lo vi sentado en el capo mirándome sin ninguna expresión, parecía muy tranquilo, pero en ese momento entre en razón.

𝐒𝐈𝐍 𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐑𝐋𝐎, 𝐔𝐍𝐀 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐀 𝐂𝐔𝐋𝐋𝐄𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora