☾07☽ Charla con el telépata

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Era el atardecer, Renesmee estaba con Jacob en la reserva y Bella estaba con Alice de compras, lo que eso significaba que Edward estaba solo.

Camine por el bosque hasta divisar una hermosa casa oculta entre los altos pinos y matorrales, la cual se gano una sonrisa al ver que Edward estaba en la puerta esperándome. Al verme él también lo hizo, pero parecía algo tenso. Sentí mi lado de "mafiosa" emerger desde lo mas profundo, el cual había enterrado desde el mismo momento que huí de mi gran amor por justamente no controlar mi lado salvaje, pero ahora no iba a reprimirme si no quería que los demás se enteraran, era necesario que Edward lo entendiera, ya fuera por las buenas o por las malas.

—Hola —salude deteniéndome a unos metros de él—. ¿Solo?

—Si —asintió mientras nos mirábamos a los ojos unos segundos antes de que volviera a sonreír dándole la espalda

—Vamos a caminar un poco —indique empezando hacerlo en la dirección contraria a la casa de los Cullen y la de él—. ¿Tenes alguna pregunta para hacerme? —pregunte mirando el cielo y las aves que volaban a través de este.

—No sé que esperas que te pregunte —contesto con voz neutra.

—Ya sabes a donde va todo esto, así que vamos al grano ¿Vas a contarle a alguien sobre lo que leíste sin permiso de mi cabeza o no? —borre mi sonrisa y detuve el paso volteando a verlo, haciendo que él también se detuviera.

—Primero: no puedo controlar mi don, oigo todo a pesar de que no quiera, y respecto a lo otro... Depende de ti, pero tu quieres hacer esto sola —dijo y asentí confirmando sus palabras—. No quieres involucrarlos, ni que sepan —volví a asentir—. Comprendo que es un tema tuyo, pero en el caso de que las cosas se vayan fuera de control y pongas al resto de la familia en peligro yo les diré.

Me cruce de brazos inspirando mientras pensaba mirando sus ojos dorados.

—Espero que sea de ultimo recurso, como si vinieran a matarlos o algo, porque las pagaras —advertí antes de darle la espalda para comenzar a caminar lejos de él, pero Edward me detuvo tomándome del brazo.

—Aún no terminamos —dijo algo autoritario y enarque una ceja, ¿ahora si quería hablar?—. ¿Como vas a hacer? ¿Al menos sabes donde esta Sebastian y...? —lo corte antes de que dijera su nombre, escucharlo provocaría que el dolor que había mantenido a raya se desbocara nuevamente.

—No, aun quiero organizar todo antes que eso. Tengo tiempo para hacerlo —conteste al tiempo que me soltaba entrecerrando un poco los ojos, yo simplemente me recosté en un árbol.

—Recuerda que ellos son humanos, no van a vivir para siempre.

Escuchar eso fue mas difícil de lo que hubiera esperado, pensar que él moriría era complicado.

—Lo sé, pero me gustaría terminar la escuela antes, obtener información actual sobre Sebastian y luego de él para buscarlo —dije lo ultimo no muy convencida, ¿realmente iría a buscarlo a pesar de que lo había prometido la noche en que salí de mi depresión luego de haberme quedado como una estatua mirando mi sangre junto a la carretera?

Edward puso una mano en mi cabeza y me acarició, luego me dio un beso en la frente. Ambos gestos me dejaron descolocada de mi ser.

—Fuiste muy fuerte al alejarte de la persona que amabas por su bien, yo lo hice y sé lo doloroso que es. Cuando sea el momento en el que estés lista te ayudare a obtener la información sobre Sebastian, pero el resto lo harás tu como quieras, pero aún así deja que te de el empujón que necesitas, después de todo, ¿para que están los hermanos? —pregunto una suave sonrisa de costado mientras lo miraba boquiabierta con los labios algo separados, no sabía que decir—. Confía en mi, sera nuestro secreto —guiño un ojo con un brillo encantador y suspire derrotada.

—Esta bien. Pero ni una palabra a Bella, Carlisle o cualquiera, sino te haré entender por las malas que no debes bromear conmigo sobre temas importantes —advertí, a lo que él sonrió conteniendo una risa.

Algo ofendida me di la vuelta, si él me hubiera visto de humana encargándome de los asuntos "sucios" de las personas que no querían manchar sus manos de seguro no me trataría como si fuera una niña que quería parecer ruda, porque no lo aparentaba, lo era. En mi vida humana había roto el quinto mandamiento mas veces de lo que me hubiera gustado admitir, y seguramente lo hubiera seguido haciendo si no fuera por que él me saco de todo eso, protegiéndome, asegurándome de todas las formas posibles para que nada me pasara y ya no tuviera que hacer esas cosas para vivir.

Caminar por el bosque era algo que me gustaba hacer desde siempre, era relajante escuchar el ruido de los pinos moverse al ritmo del viento, haciendo un sonido similar a las olas del mar, así que me senté al pie de un gran árbol y suspire cerrando los ojos concentrándome en disfrutar lo que la naturaleza tenía para ofrecerme aunque mis pensamientos sobre mi gran amor se cruzaban. A él también le gustaba el bosque, incluso algunas veces íbamos a acampar solos y nos quedábamos varias noches alejados de todo, lo cual era muy bueno.

Luego, recordando la conversación con Edward, realmente tenía ganas de acabar con Sebastian e ir por él, pero tenía que reconocer que el miedo y la preocupación me detenían de buscarlo. A pesar de que me dijo que me amaba antes de dispararme él simplemente lo hizo, así que ya no debía de quererme, posiblemente me odiaba y en ese momento solo tuvo un momento de compasión y dijo lo que quería oír. Ademas, si acabo con Sebastian, cosa que estaba decidida a hacer si o si, seguramente me odiaría aun mas por lo que soy ahora: un vampiro, algo muerto que no puede darle una familia o una vida normal. Si lo convirtiera seria exactamente lo mismo, estaría acabando con sus posibilidades de tener una familia con alguien por mis deseos egoístas de tenerlo a mi lado, no podía hacer eso... Y ahí tuve la respuesta. Iba a hacer todo lo que tenía que hacer aunque me llevara años para después ir a ver que era de su vida. Si descubría que tenia una familia, una novia o una vida feliz me alejaría de él, yo ya sería un recuerdo olvidado de su pasado. Ante el pensamiento me y apoye mi cabeza en mis piernas flexionadas. Si, estaba segura, doliera o no, eso era lo mejor para él, aunque si nada de eso era así, si estaba solo...

—¡Karo!

Fruncí el ceño al oír mi nombre en la lejanía.

—¡Karo! ¿¡Donde estas!?

Escuche varias voces que me llamaban a varios kilómetros, aunque a comparación del primer llamado ahora estaban mucho mas cerca. Levante la cabeza confundida y entonces note que estaba anocheciendo, ¿tan rápido había pasado el tiempo?

—Siento sus emociones, por allá —oí a Jasper que había logrado encontrarme.

Seguramente se habían preocupado por no haber llegado a casa, lo que era raro, porque era el lugar donde mas tiempo pasaba. Con algo de pesar me levante y salí de detrás del pino para que pudieran verme y el primero que apareció frente a mi fue el rubio de aura salvaje que me hizo un rápido chequeo con la mirada para ver si todo estaba bien. Luego llegaron Alice, Emmett y Bella que hicieron lo mismo.

—Lamento haberles hecho preocupar, el tiempo se me paso volando y no me di cuenta.

—Esta bien —dijo Alice con una sonrisa bien grande—. Pero como castigo tendrás que venir de compras conmigo —indico levantando un dedo como si fuera un reproche, lo cual para mi lo era.

—No, odio las compras —respondí de inmediato teniendo noción de mi leve cara de espanto.

—Exacto —dijo para después reír—. Te compraremos muchas cosas —siguió mas emocionada de lo que mi desagrado por las compras podía tolerar.

—¿Por que tanta ansiedad por comprar cosas? — pregunto y ella sonrió con un cierto aire de misterio—. ¿Que ocultas?

—Es un secreto —contesto poniendo el dedo indice sobre sus labios.

—Volvamos a casa —intervino Emmett dándose la vuelta con Jasper esperando pasar desapercibidos y que la idea de acompañarla no se le cruzara.

—Yo me voy a la mía —hablo Bella yéndose en otra dirección mientras Alice enganchaba nuestros brazos—. ¡Suerte mañana con las compras! —dijo antes de desaparecer con cierto aire burlón por saber lo que me esperaba y que eso no le estuviera pasando a ella.

Claro, todos dejaban de ser mis hermanos y hermanas cuando ir de compras con Alice se trataba. Ugh, estaba segura que en algún momentos les enseñaría a patadas que era el compañerismo por permitir que esto me sucediera.

𝐒𝐈𝐍 𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐑𝐋𝐎, 𝐔𝐍𝐀 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐀 𝐂𝐔𝐋𝐋𝐄𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora