Habían pasado tres semanas desde la platica con Carlisle sobre la escuela, y al parecer él ya había hecho todos los papeles para incorporarme luego de las vacaciones de invierno al instituto de Forks. La única forma de que me aceptaran en esta fecha fue porque Carlisle dijo que fui transferida de otra escuela, cuando la realidad era que había perdido medio año acostumbrándome a ser vampiro. Me preocupaba un poco no estar al día, pero Carlisle me dijo que me leyera los libros y que rápidamente lo memorizaría todo, que luego él y Edward me explicarían matemática y física, al igual que algunas otras materias para con eso ya estar a corriente con los demás.
Según me dijeron, los vampiros aprenden rápido.
—Recuerda pestañear y respirar —dijo Rosalie una vez que entre a su auto para partir a mi primer día de clases—. Y trata de no tocar a las personas para que no sientan tu piel fría —añadió mirándome por el espejo, a lo que yo asentí tratando de no parecer cansada, me habían estado repitiendo lo mismo los últimos tres días.
—Ya sé, ya sé, me acuerdo todo de memoria —dije sin poder ocultar mi molestia.
—Lo lamentamos, estamos algo nerviosos. Siempre estuvimos juntos en la escuela, pero tu estarás sola y tendrás que arreglártelas por ti misma en todo, incluso en la sed —explico Jasper.
—Ella lo hará bien, después de todo, es mi hermanita —Emmett, a mi lado, envolvió un brazo en mi cuello y me pego a él para despeinarme.
—¡Hey! —gritamos al mismo tiempo Alice y yo.
—Ya llegamos —indico Rosalie deteniendo mi batido en la cabeza para parar de a poco en el estacionamiento del instituto.
—¿Quieres que te acompañemos? —pregunto Alice sentada a mi lado, a lo que yo negué.
—No, así esta bien, gracias —sonreí y me baje del auto, pero me mantuve frente a la puerta para mirar al interior por la ventana totalmente abierta.
—Asegurate de no usar tu don por mas pequeña que sea la tarea —me recordó, una vez mas, Jasper antes del que el descapotable rojo de Rosalie arrancara y desapareciera por el camino, yéndose tan rápido como llego.
Sabiendo que las mayorías de las miradas estaban sobre mi, me limite a suspirar e ignorar todo lo mas que podía para ir a recoger mi horario, el cual decía que la primera clase del día era matemática... ugh. Vampiro o no, entendiéndolas o no, siempre odiaría esa materia por la lucha que me había dado de humana.
Al encontrar mi salón toque la puerta, porque esta ya había empezado al tomarme un poco de tiempo encontrar el lugar, y luego de unos segundos entre al tener el permiso de una voz femenina. Cuando pase me encontré con una profesora de unos sesenta años, cabello corto negro, ojos verdes y con bastantes arrugas para la gente de su edad.
—¡Ah! Señorita Cullen, pase por favor —dijo sonriéndome como si mi incorporación ya le hubiera sido comentada—. Clase, hoy se nos sumara una nueva alumna, ella es Karo Cullen, fue transferida de una escuela de Alemania, así que si no entiende algo, por favor, sean amables y ayúdenla —hizo una sonrisa para los chicos mientras yo procesaba esa información.
¿Alemania? ¿Carlisle había dicho eso?, ¿y por que no me había comentado? ¿Le parecía divertido el tener que ahora yo disimular ser una estudiante de allá cuando apenas y nada sabía del país?
—Un placer —dije haciendo una leve sonrisa mientras mi mente empezaba a hacer respuestas a posibles preguntas.
—Toma asiento —animo tocando apenas mi brazo por sobre la ropa, y yo voy al único lugar libre sintiendo todas las miradas sobre mi... incomodo.
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𝐒𝐈𝐍 𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐑𝐋𝐎, 𝐔𝐍𝐀 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐀 𝐂𝐔𝐋𝐋𝐄𝐍
Fiksi PenggemarPor culpa de otros tuvo que dejar a la persona que amaba, las cosas no se entendieron y terminaron mal. Ellos la encontraron y la hicieron su familia. Esta es la historia de Karo, que sin esperarlo, se hizo una Cullen más.