La noche había caído hacia rato, pero la temperatura estaba bien a pesar de estar en un lugar donde esta era más baja por su localización geográfica. El cielo estaba extrañamente despejado, dejando ver los puntos luminosos que las estrellas eran entre muy escasas nubes como algodón que por la oscuridad lucían de un extraño color marrón.
—No te culpo o culparé por nada, Julen —aseguro una chica mirando el bosque frente a ella, admirando la oscuridad detrás de las primeras filas de arboles cuando sintió la punta del arma apoyarse en la parte posterior de su cabeza.
Simplemente, cerró los ojos
—Teníamos en claro que, cuando se le rompe el corazón a alguien como nosotros, hay consecuencias —hablo él a su espalda mirando su nuca tapada por el cabello con sus ojos verdes mostrando profundo dolor, pero también un extraño brillo oscuro.
—Lo sé —respondió escuchando el click del arma en medio de las palabras—. Te amo —recordó inspirando algo entrecortado no esperando que con eso saliera de esa situación, simplemente en el deseo de confesárselo antes de que todo sucediera.
No importaba lo que él hiciera o le hiciera, aunque no quisiera, por su propia seguridad, ella lo seguiría amando a costa de todo, porque él era todo en su vida, todo lo que necesitaba y sabía que no podría amar a nadie más como lo amaba, con esa intensidad y dolor que sufría cuando se peleaban y se alejaban que hacia que se partiera en dos cuando era algo realmente serio, pero también era consciente que nadie más iba a poder hacerla tan feliz como cuando estaban juntos. Gracias a Julen hacía años que era la persona más feliz que alguien de su corta edad podía llegar ser, él era el único que podía llenar de alegría su vida y al mismo tiempo destrozarla en segundos, por lo que era su deber cuidarlo, incluso si eso significaba que debiera morir por sus propias manos.
—Yo también —respondió y jalo el gatillo.
Ese simple sonido hizo que un escalofrío comenzara en la espina del cuerpo receptor, pero no pudo terminar de sentirlo, porque de repente todo desapareció, todo... se había ido.
Él miró el cuerpo de la chica caer en cámara lenta hasta chocar con la tierra junto la carretera en la que estaban. Cuando la vio boca abajo, sin moverse y con un pequeño charco de sangre formándose a su alrededor, sintió como si algo escapara de su persona. Se sentía vacío, sin nada. Rápidamente la ira y la tristeza lo invadió, y cerró fuertemente los ojos para tratar de calmarse. Puso una mano en su frente y abrió nuevamente sus orbes verdes con algo de pánico, cayendo en la cuenta de que había matado a lo que mas amaba, había acabado con la única persona por la que él entregaría su vida, por la que se arriesgaría a todo, había matado a la única persona que el juro proteger... y le termino quitando la vida. Inmediatamente empezó a pensar en las razones que tenía hace unos minutos para apretar el gatillo, para convencerlo de hacerlo, porque no podía creerlo, esas razones ya no tenían validez o coherencia ahora, la quería de vuelta, pero eso era imposible. Lo que Julen quería ahora estaba lejos, todo lo que él era se había esfumado con esa bala, con ella... Todo había acabado.
Se dio la vuelta y camino a su lujoso auto negro en donde dos hombres de traje y anteojos del mismo color de la carrocería custodiaban fuera de esta siendo testigos del hecho. Uno de ellos abrió la puerta trasera esperando a que él subiera, pero, antes de hacerlo, miró sobre su hombro el cuerpo de su amada mientras la brisa hacía bailar en el aire los cabellos que no estaban pegados a su propia sangre. Se quedó unos segundos observando, grabando esa imagen en su cabeza mientras sus subordinados esperaban sin interrumpirlo sabiendo lo difícil de la situación de su jefe, pero un tiempo después él giró el rostro y subió al auto de vidrios polarizados para que la misma persona que le abrió la puerta también la cerrara y así ir junto a su compañero a la parte frontal del auto.
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𝐒𝐈𝐍 𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐑𝐋𝐎, 𝐔𝐍𝐀 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐀 𝐂𝐔𝐋𝐋𝐄𝐍
FanficPor culpa de otros tuvo que dejar a la persona que amaba, las cosas no se entendieron y terminaron mal. Ellos la encontraron y la hicieron su familia. Esta es la historia de Karo, que sin esperarlo, se hizo una Cullen más.