☾12☽ El Baile (2)

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No podía creer al humano que tenía frente a mi, casi pensaba que era una ilusión, y por eso entreabrí mis labios y apreté mis dientes al ver al hombre que había hecho los últimos meses de mi vida mortal un embrollo.

—¡Morgan! —exclamo levantando sus brazos al confirmar que era él, pero al verme la sonrisa se le borro como si nunca hubiera estado ahí.

—Buenas noches, Sebastian —respondió el nombrado y se dieron la mano mirándose a los ojos, pero las orbes del creador de la fiesta se posaron inmediatamente en mi otra vez—. Te presento a Karo.

—Hola, un placer conocerle, Sebastian —hable con una gran sonrisa amistosa, pero no ofrecí mi mano para que no sintiera la temperatura de mi piel.

—Igualmente... Karo —dijo como si su mente se hubiera ido a volar, pero mas rápido que un rayo salio de la sorpresa y se recompuso con una sonrisa—. Tengo que ir a saludar a los recién llegados, que disfruten la fiesta —hablo con una voz baja y embaucadora para mirarme fijo hasta que el girar de su cuerpo no se lo permitió mas y finalmente se fue.

—¿Todo bien? —pregunto Morgan por lo bajo.

—Si... Mas que bien —asegure inspirando profundo y desviando la vista del objetivo principal, aunque no el primero en la lista de muerte.

El deseo de venganza y de sufrimiento a su persona se hizo completamente presente en todo mi cuerpo, pero controle cualquier pensamiento que pudiera hacer flaquear mi plan, y seguí a Morgan por el salón a saludar a algunos invitados y a escuchar sus conversaciones aburridas aunque, por el tipo de respiración de mi escolta y sus pequeños movimientos, podía decir que él se sentía igual que yo.

—¡Ian, cariño! ¡Ven!

En frente mio, una mujer de unos sesenta años llamo al nombrado con una gran sonrisa, el cual acudió para unirse a nuestro circulo con una mueca igual y una copa de vino blanco en su mano izquierda.

—Margaret, cuanto tiempo sin verte —la saludó y nos miro a todos con un leve asentimiento para detenerse unos segundos en mi.

Le sostuve la mirada recordando esa oscura noche en donde un inesperado encuentro se convirtió en una pelea en un callejón para ver quien se terminaba cenando a quien.

Luego de que Margaret tuviera una corta charla con Ian, él se fue a sabiendas mías de que iba a hablar con su padre sobre mi, era obvio, de repente me presentaba y me tenían ahí al frente, debían pensar que hacer conmigo.

Lo que ellos no sabían es que yo estaba varios pasos por delante.

—Buenas noches, señor Blumer.

Inmediatamente mire a Morgan como si la pronunciación de ese apellido fuera tabú, pero después me di cuenta que estaba saludando a una persona y en ese instante me quede de piedra. El recuerdo de la brisa y el olor a la vegetación del bosque, que pude sentir al al cerrar los ojos por la punta del arma en mi nuca, volvieron a mi como si estuviera en esa posición de vuelta: enfrentada a los arboles y de espaldas a la persona que amaba.

Me costaba creerlo, ¡Julen estaba ahí en la fiesta! ¿¡Que hacia en este lugar!? ¡Él no tenia que estar acá! Oh, mierda... Esta era una distracción que definitivamente no había planeado. ¿Por que el hombre que amaba y me había disparado ahora estaba de pie frente a mi?

Sus ojos verdes se conectaron con los dorados míos y los dos nos quedamos petrificados sin decir una palabra, solo nos observábamos. Sabía que mi corazón estaba congelado por la transformación, pero podía asegurar que sentía como si este creara una grieta en mi pecho por cada golpe desbocado que daba contra este desde el interior. Él de vuelta... Quería abrazarlo fuerte, pegarlo a mi y nunca dejarlo ir, pero si hacía eso seguramente terminaría rompiéndole los huesos, o matándolo, y eso no era una opción.

𝐒𝐈𝐍 𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐑𝐋𝐎, 𝐔𝐍𝐀 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐀 𝐂𝐔𝐋𝐋𝐄𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora