☾03☽ No estas sola

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El puma había dejado de moverse desde hacia un rato, simplemente su respiración fue aminorando junto a su lucha, lo cual no significaba que estuviera vacío, aunque no paso demasiado para que eso pasara y fuera la causa de su muerte.

No tenía ni la mas pálida idea de como la sangre paso de un cuerpo a su boca y luego a su organismo, pero de alguna forma lo había hecho y se había alimentado. Solté un leve gruñido abriendo los ojos de repente, moviéndolos un poco de un lado a otro como si quisiera ver si tenía competencia, aunque cuando mi lado menos racional comprendió que ya no tenía sangre, y que eso era todo lo que necesitaba del cuerpo, simplemente afloje la mordida y me separe lamiendo el labio inferior mirando el rostro estático del animal. Pestañee un poco confundida al ver sus ojos opacos y abiertos, cayendo en la cuenta de lo que acababa de pasar, pero no al mismo tiempo, porque tenía todo en mi cabeza como una nebulosa. Estaba a nada de no comprender como esto había sucedido, lo de recién había sido tan repentino que me había dejado pasmada.

—¿Todo bien? —preguntó Edward de manera suave atrás de mi junto a Emmett.

Asentí volteando un poco el rostro a un lado para, de manera grácil, ponerme de pie y mirarlos cara a cara algo expectante, ignorando el hecho de que tenía los labios manchados al igual que parte del mentón.

—Luego de haber acabado con ese puma no creo que unos ciervos sean mucho problema —sonrió Emmett de costado agregando un poco de aire juguetón al ambiente, a lo cual trague en seco sintiendo aún un fuerte ardor en mi garganta.

Sin mucho mas, los tres rastreamos a la manada, que por la conmoción del puma habían huido, y atacamos en una muy buena emboscada acabando con varios de esos indefensos animales. Cuando terminamos de cazar, juntos volvimos y me permití admirar desde afuera la gigantesca casa de varios pisos, aunque me distraje al ver a todos esperándonos en la sala de estar. Estando Edward al frente de la fila de ingreso, y yo en medio por delante de Emmett, la vampiresa con cierto parecido a un duende se levanto del sillón y se acercó con cara de espanto y desaprobación a mi, a lo que inconscientemente hizo que retrocediera rápidamente no sabiendo por que se me venía con esas expresiones. Notando mi acción, ella se detuvo súbitamente y el rubio de mas altura se acerco velozmente, pero no me agarro al no haber señales de que iba a atacar. Desde su posición, la vampiresa señalo el vestido y baje la cabeza viendo que tenia manchas de sangre por todo el blanco y un gran rasguño, cortesía del puma que trato de tomarnos por sorpresa.

—Te daré ropa nueva, hay que tirar eso —determino.

—No fue muy inteligente darme un vestido, y encima blanco, para ir de caza por primera vez —conteste sin poder contenerme, y Emmett a mi espalda rió por lo bajo.

—A todo esto, ¿como te llamas? —pregunto una vampiresa que dejo me dejó casi sin aliento.

Definitivamente era la mujer mas hermosa que hubiera visto en toda mi vida, incluso superaba con creces a cualquier modelo o reina de belleza que hubiera sido coronada como la mas hermosa del universo.

—Soy Karo —respondí estando segura de que si hubiera sido humana no tendría aliento para hablarle a la personificación de la belleza.

El resto de los presentes en esa sala, de los que era desconocedora de sus nombres, se presentaron también.

—Ahora, que ya nos conocemos, ven conmigo que te daré ropa nueva —sonrió Alice tendiendo su mano, a lo que baje la mirada observando unos segundos antes de tomarla con cierta delicadeza, ya que había descubierto ser un ser bastante mas bruto también.

Una vez que estuvo todo listo, para el gusto de ella, baje las escaleras mirando mis pies y me sente algo tímida junto a Carlisle, que de a poco empezó a explicar todo sobre los vampiros, sus capacidades y los dones que estos podían tener para luego pasar a contar los que algunos integrantes de su familia tenían.

𝐒𝐈𝐍 𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐑𝐋𝐎, 𝐔𝐍𝐀 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐀 𝐂𝐔𝐋𝐋𝐄𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora