Gèrard despertó el jueves con el instinto de mandarle un mensaje a Anne. Necesitaba conocer más, compartir con ella. La comodidad que le hacía sentir aquella chica era especial. Todavía tenía en sus labios el recuerdo de aquel beso que le dejó en la frente. La noche anterior se pensó si dejarlo en sus labios pero quizá eso la habría asustado. Era mejor así. Despacio. Flavio le encontró en la cocina con una sonrisa de oreja a oreja. Gèrard, como siempre, esperó su abrazo y le contó toda la magia que tuvo la noche anterior. Fue a su habitación, cogió el dibujo y se lo enseñó a Flavio cómo si fuese su mayor tesoro.
- Es increíble, tío - dijo con una acento más cerrado de lo normal. - Escríbele, no seas idiota.
Gèrard
no tengo clase hoy pero si quieres
podemos vernos
10:12 ✓Supuso que estaría dormida todavía. Dejó el móvil en sonido y fue al salón con su mejor amigo. Flavio estaba tocando la guitarra, quizá no era tan bueno como el rubio pero se le daba bien. Gèrard hizo lo mismo con el piano. Amaban intercambiar sus instrumentos para crear cosas nuevas y es que al final, el instrumento solo es el medio en el que se refleja el arte.
A las doce y algo Anne se despertó, fue a la cocina, desayunó un par de mandarinas y se duchó. Le apeteció maquillarse y puso un poco de sombra en sus párpados, rimmel y su perfecto eyeliner. Casi lista para salir de casa, cogió el móvil y además de unos diez mensajes de Anaju sin responder, encontró uno de Gèrard.
Anne
cuál es tu plan?
12:49 ✓Al recibir la respuesta, Gèrard se dió cuenta de que no había pensado nada en especial. Era la primera vez que iban a quedar oficialmente y, aunque el banco fuese un lugar maravilloso, quería hacer algo más. No sabía los gustos de la chica, a qué lugar le apetecería ir, como sorprenderla... Entonces tuvo una idea, llevarla a su sitio especial como ella hacía con él. Aquel piso era el sitio. A Flavio le gustó la idea, él había quedado con sus amigos del conservatorio a las cinco pero podía quedar antes con alguien. Gèrard negó, quería que se conociesen aunque luego se quedasen a solas. Escribió unas diez veces aquel mensaje para que no sonase a lo que no era. Hasta que sin encontrar las palabras perfectas, lo envío antes de que fuese más tarde.
Gèrard
puedes venir a casa, este es mi sitio especial
quiero que conozcas a fla, estará aquí
bueno, luego tiene que irse
13:01✓✓
tampoco sé si quieres estar todo el día
13:02 ✓✓
no sé, que te mando la ubicación
puedes venir a comer
13:03 ✓✓
o más tarde, ya me dices
13:04 ✓✓Anne
aviso en casa y voy
13:04 ✓✓Anne casi se muere de ternura mientras veía que el chico borraba y escribía continuamente. ¿Qué tendría que hacer para que se diese cuenta de que no la incomodaba? No iba a dejar que eso pasará más por la cabeza del rubio. Lo tenía claro.
Gèrard casi se muere de vergüenza al ver como la chica estaba leyendo todo aquello casi al instante. Le estaba viendo titubear, borrar, escribir y mandar mensajes cada treinta segundos. Respiró tranquilo cuando ella le mandó aquel corto mensaje. Se fue a la ducha, avisó a Flavio para que entrase cuando acabó y se vistió con una camisa hawaiana y unos vaqueros. Peinó sus mechones sin conseguir que quedaran como quería y se dió por vencido. Repasó cada rincón del piso para que todo estuviese perfecto. Anne le llamó avisando que estaba abajo, no le había dicho el piso que era. El abrió nervioso y se quedó esperándola en la puerta. Vio abrirse las puertas del ascensor y se volvió a quedar pensando en la belleza tan particular que tenía. Anne sonrió y se acercó para dejarle un beso en la mejilla.
ESTÁS LEYENDO
Mírame
RomanceHay miradas de muchos tipos. Miradas de odio, miradas de reproche, miradas de compasión, miradas de ilusión, miradas de admiración, miradas de placer... Todavía no había encontrado la manera de definir aquella mirada y eso que a ella nunca le falta...