Epílogo V

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12 de Junio de 2031

Este día siempre ha sido para escribirle a otra persona pero estoy segura que se pondrá feliz cuando vea que te dedico esto a ti. Hace poco más de tres meses que llegaste a nuestras vidas, a la mía y a la de esa persona especial a la que conocí hace hoy once años. Seguro que te he contado varias veces nuestra historia cuando seas capaz de leer esto. Te habré hablado de como esa guitarra que tanto le gusta tocarte para que duermas con calma me embelesó aquella noche de verano, como le dediqué las primeras palabras de amor o como fue necesario estar solos un tiempo para volvernos a querer con más fuerza.

Eres fruto del amor, la admiración y la libertad, pequeña. Creo que eres muy afortunada porque tu padre y yo siempre vamos a querernos, no sé de qué forma y nunca lo he sabido pero siempre vas a estar rodeada de amor. Me gusta ver cómo mira tus ojos que parecen ser claros, los mira como miraba los míos y no sabes que bonito es ver esa mirada hacia otro ser. Un ser que ha nacido de esa mirada.

Tu padre es la mejor persona que he conocido y, aunque seguramente él siempre te diga lo mismo de mi, no hay alguien igual a él en este mundo. Verte entre sus brazos mientras yo estoy escribiendo esto es la sensación más intensa que he tenido nunca. Te toca con tanta delicadeza que parece que cree que te romperás en sus manos, que eres la persona a la que más va a cuidar en este mundo y sé que así será. Se pasa las noches mirando como tú pecho se mueve, asegurándose que no te pase nada mientras duermes. Él dice que duerme bien, yo no me lo creo porque sus ojeras le delatan. Luego, durante el día, intenta no separarse de tí. A veces discutimos por quien te da un baño aunque muchas veces sale ganado. Yo os miró mientras tanto, veo como pasa el agua por tu cabecita como si de un cristal se tratase. Luego te pone el pijamita más bonito que encuentre y peina con sus dedos un poco el poco pelo que tienes aún. Te quiere tan bonito. No tengo dudas de que cuando tengas los brazos lo suficientemente largos, pondrá una guitarra entre ellas y te enseñará todo lo que sabe. Yo haré lo mismo con las letras, te lo prometo.

También tienes suerte de poder conocer a las personas que nos rodean. Tu tío Rafa y tú tía Eva no paran de darte caprichos de los que, con tu corta vida, todavía no puedes disfrutar.  La tía Maialen ha prometido comprarte, como tu madrina, tú primer instrumento. Supongo que le hace ilusión que lleves su nombre. No podía ser de otra manera, fue ella quién hizo que tu padre y yo coincidiéramos. No tuvimos que pensarlo mucho cuando supimos que serías una chica. Aunque ella quería que te llamases como su guitarra. El tito Flavio se muere por tener tiempo para pasar contigo. Si viene de visita ya no toca el teclado, no te suelta nunca. Echo de menos oírle tocar pero entiendo que no pueda resistir tenerte entre sus manos. La tita Anaju, que viene poco a la ciudad, ya ha estado dos veces aquí y cada pocos días hace videollamada para verte. Ella dice que es para saber como estamos todos pero nunca nos ha llamado tanto. Ellos también te enseñarán muchas cosas. Son arte. Los abuelos en Ceuta quieren que pasemos todo el verano allí, cuidarte mucho y regalarte todos los sonajeros hechos a mano que encuentran en los mercados. Los abuelos de aquí están deseando que tu padre y yo esta noche hagamos una cena especial para que te quedes con ellos y pasar una noche admirando cada rincón de ti. Vas a ser una niña que se rodeé de magia desde su nacimiento. Vas a crecer entre personas que te quieren y se quieren.

Te contaría tantas cosas, mi vida. Estaría horas hablándote de ellos, de todas las personas que quieren estar contigo y demostrarte todo su amor pero ahora me toca a mí. Hablarte de esa noche que viniste al mundo. Llevaba semanas lloviendo cuando un día soleado llegó a esta ciudad. En el momento en el que abrí la ventana, ya que tu padre sigue teniendo la manía de dormir con la persiana hacia arriba, una brisa tocó mi cara. No sé explicar cómo lo supe pero sabía que ese día vería por primera vez tu cara. A las dos de la tarde, cuando tu padre preparaba una ensalada, rompí aguas. En pocos minutos estábamos en el hospital. Desde que entramos por su puerta, tú padre no soltó mi mano. Estuvo cerca de mi en todo momento y yo, aunque estaba sufriendo un dolor que no deseo ni a mí peor enemigo, estaba feliz. A las once de la noche cesó aquel dolor y escuché el llanto que más alegría me ha dado en le vida. Estabas ahí, en mis brazos mientras tu padre soltaba mi mano por primera vez para cortar el cordón que te unía a mí. Tras eso nos abrazó a las dos con lágrimas en los ojos. Yo me sentí igual que me siento ahora al verte dormida en él. Plena.

No te voy a decir que fue fácil, que no tuve miedo pero te prometo que en el momento que nos vi a los tres juntos supe que estarías bien. Sé que vamos a cuidarte lo mejor posible, que el amor será tu motos siempre y que la música y las letras te acompañarán en resto de tu vida. Vamos a darte todo lo que somos, pequeña. Ojalá crezcas feliz y aprendas que lo importante en la vida es amar todo lo que te rodea.

Te quiere, tu mamá.

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