Libertad

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La semana transcurrió de la forma que se había convertido en habitual. Las tardes que Gèrard ensayaba con Mai las pasaron en el parque tocando la guitarra y escribiendo, acompañándose el uno al otro en lo que más disfrutaban en el mundo, las que no, el rubio se quedó en casa componiendo y tocando con Flavio y Anne quedó con Anaju para acabar de ver por cuarta vez su serie favorita. Las mañanas Gèrard trabajaba en aquellos arreglos musicales que tanto le estaban gustando, normalmente aquel trabajo era tedioso y solía pasar que el artista para el que trabajaba no coincidía mucho con el pero en aquella ocasión, todo fluía. Las mañanas de Anne no existían, dormía casi hasta la hora del almuerzo salvo el jueves que Anaju la llamó a las once. Nunca entendería como podía querer tanto a una persona que le hacía eso. Las noches las pasaban separados, cosa que no les pesaba. Estar el uno con el otro era especial, ambos lo sabían. Acariciarse, abrazarse y besarse hacía que se sintiesen en una nube pero podían respirar si no estaba el otro. Aunque si podían compartir espacio, mucho mejor. Todo estaba en calma en sus vidas y eso hacía que disfrutar del otro fuese un plus.

El domingo habían quedado para comer en casa de los chicos, Anaju también iría. Los dos estaban felices de conectar esos dos mundos. Anaju y Flavio disfrutaban también de aquello, ver a sus personas felices eran todo lo que necesitaban, y si además era con algo tan bonito como lo suyo, no podían pedir más. Anne se despertó más temprano de lo habitual para prepararse. Avisó a sus padres de que no comería allí y, al explicarle el plan, su madre le sonrió sabiendo que dentro de poco no le ocultaria que Gèrard era más que su amigo. Se vistió con algo cómodo. Cogió su nuevo cuaderno y salió hacía el piso de los chicos. No le sorprendió encontrar a Anaju allí cuando llegó, dos minutos más había tardado. La morena entre sus muchas cualidades incluía la puntualidad. Se abrazaron, no sin antes decirle lo guapa que estaba.

-Me casaría con ella si pudiera -les dijo a los chicos.

-Yo con Flavio también, pero no quiere -respondió Gèrard mientras se dirigía a dar un beso para saludar a la chica, sin importarle la presencia de sus amigos.

Anne lo correspondió alargandolo un poco, no se iba a conformar con un pico. Últimamente se perdía demasiado en aquellos labios pero no le importaba pasar horas allí.

-Tortolitos, hay que hacer la comida. Ya os coméis la boca luego - dijo Anaju sabiendo que eso haría que se sonrojaran los dos, así fue.

Entre los cuatro prepararon una lasaña de verduras que según Gèrard, era la especialidad de Flavio. Al probarla comprobaron que el chico no mentía, disfrutaron de aquel plato conversando sobre que película de Marvel era mejor, sin llegar a ningún punto en común. Ese sería una de sus mayores diferencias, congeniaban demasiado bien. ¿Que posibilidad había de encontrar tres personas a las que parecerte tanto? Era alucinante que, menos Gèrard con Anne, los otros solo hubiesen coincido un par de veces pues los silencios eran cómodos y las miradas hablaban con bastante claridad. Encontrar a personas que son hogar era más difícil de lo que les había resultado. Las respiraciones no pesaban en su compañía y estaban seguros de, pese a no conocerse en profundidad, que ese cuarteto haría grandes cosas.

Anaju estaba en el sofá con Anne, acurrucadas. Gèrard con su preciosa guitarra negra en el otro sofá, Flavio al teclado. Las notas de las bandas sonoras de las mejores películas del mundo llenaban la habitación. Algunas sólo eran una instrumental que con los dos instrumentos de los chicos se llenaba de detalles que sorprendían a las dos chicas. Otras, las más animadas, canciones tarareadas por los cuatro intentando recordar la letra. Y, alguna que otra, cantada por el dúo masculino mientras las otras miraban. Anne se sorprendió al escuchar las notas de Unchained Melody, dejó que sonase las primeras notas y al ver que los chicos no conseguían recordar lo que decía exactamente, comenzó a cantar casi susurrando. Al sonar su voz Anaju se sobresaltó, nunca la había oído cantar de verdad. Es decir, la había escuchado gritando en su habitación a todo grito la intro de Friends o canciones de toda la vida pero, nunca así. ¿Cómo podía cantar así y nunca habérselo dicho? Flavio también se sorprendió, la voz de su nueva amiga era casi más grande que su cuerpo. Sus manos andaban solas sobre las teclas del piano, ya no estaba concentrado en dar bien cada una de las notas porque sabía que si se equivocaba su amigo sabría solucionarlo. A Gèrard no le sorprendió tanto, ya la había escuchado, pero si le gustó que se animase a cantar para los demás. No retiraba su mirada de él y ella, de vez en cuando, insegura, si apartaba la mirada de esos ojos.

Are you still mine?
I need your love
I need your love
God speed your love to me

Las últimas notas sonaron y Anaju, un poco emocionada, se abrazó a su amiga que sonreía un poco avergonzada. Flavio también la felicitó pidiéndole que volviese a cantar. Ella se negó, era suficiente por ese día. Quizá en otro momento se atrevería con más. Le había gustado la sensación de cantar con ellos, Anaju sujetándole las manos, Flavio acompañándola con su magia y Gèrard sin apartar la mirada de ella.

Acabaron la tarde jugando a las cartas. Después de varios enfados de Anne, muchas victorias de Anaju y Gèrard y Flavio compinchandose entre ellos por decimosexta vez, la morena dijo que debía marcharse. Estaba cerca la hora de cenar y le había prometido a su madre estar en casa para compartir una noche familiar. Anne decidió cenar allí para disfrutar el rato que le quedaba con sus amigos. Pidieron unas pizzas y decidieron poner una película. Se achicaron los tres en un sofá pues la confianza ya era plena como para que la pareja estuviese acurrucada y Flavio acurrucandose con ellos. Un movimiento del moreno sorprendió a Gèrard.

-¿Mi amigo Flavio Augusto mirando su teléfono móvil durante una película? -cogió el mando para pausarla.

En sólo dos ocasiones había visto a Flavio usar su teléfono en esa situación. Una fue para revisar la plataforma del conservatorio en búsqueda de la nota de un examen. Y la otra...

- ¿Hay algo que tengas que contar?

Flavio levantó una ceja mirando a su amigo. Sólo en aquellas situaciones odiaba que su le conociera tan bien y se maldecía a sí mismo por no haberse dado cuenta antes de que su amigo notaría aquel gesto. Llevaba un par de días hablando con Samantha. La chica le había seguido por Instagram y una de sus historias con el piano habían hecho que comenzará la conversación. Le parecía guapa, nada más, por eso no le habia comentado nada a Gèrard. Era obvio que la chica y él no pegaban.

-Estoy hablando con una chica y no quería dejarla así, ya está. Sigue con la película.

Hasta Anne se dió cuenta de que aquellas palabras ocultaban algo más pero sabían que en un par de días, el moreno les daría todos los detalles de aquella situación. Antes de reanudar la película, la chica decidió marcharse para poder llegar al metro. Le dió un abrazo a Flavio acompañado de una sonrisa pícara, el dudó si Samantha le habría contado algo pero al segundo descartó la idea sabiendo que Sam hablaría con muchos chicos al cabo del día y él no iba a ser relevante.

Gèrard la acompañó a la puerta para tener el primer momento de intimidad en todo el día. No les molestaba, adoraban estar acompañados por sus amigos y compartir momentos especiales con ellos pero las ganas de fusionar sus labios habían estado todo el día en el aire. Así que así fue, sus labios se unieron con más ansia que nunca y sus caricias querían pasar por todo su cuerpo.

-Tengo que irme, rubio - susurró ella separando sus labios para volver con otro pequeño beso.

Cuando bajó del metro no pudo contener las ganas de pasar un rato en el parque. Delante de ella una luna casi llena, un cuaderno casi nuevo y palabras que casi se estaban haciendo costumbre.

Sois libertad.
Aire de montaña.
Brisa de mar.
Calor en febrero.
Noche de verano.
Vuelo impreciso.
Saltos al vacío.
Cafés templados.
Luciérnagas.
Niños jugando.
Música y paz.
Arte y pasión.
Caricias inquietas.
Cosquillas.
Lenguas fuera.
Poesía.
Manifestación.
Revolución.
Amor.
Libertad.
Sois libertad.




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