Diario de un chico perdido (Kookmin, jikook)

Capítulo 5

Junio 6

12:10
Mi corazón saltó un poco al verlo, se veía bien (es decir, bien para alguien en su condición). Y entonces lo saludé con un calmado:

– Hola.

A lo que él en seguida preguntó, sorprendido:

– ¿Qué haces aquí, Jungkook? – Seguido de un abrazo inesperado de su parte. – No puedo creer que estés aquí. Aunque estoy abrazándote siento que es un sueño. Justo estaba pensando en ti.

Su voz y su respiración rozando mi cuello (Jimin es más bajito que yo) y entonces mi radar comenzó a decir: Peligro, peligro. Mi corazón empezó a latir aceleradamente y por impulso me aparté de sus brazos.

– Sí, sabes que también me da mucho gusto verte – dije.

Él sonrió.

– Sigues siendo igual de tímido. Pero eso siempre me ha gustado de ti. Me gusta pensar que soy el único ser humano al que al menos lo dejas tocarte.

¡Rayos! Un pensamiento algo fuera de lugar pasó por mi mente luego de que dijera eso, así que reí con nerviosismo y dije.

– No eres el único al que le dejo tocarme.

Otro pensamiento de esos cruzó mi mente. "No es el momento", me dije en silencio mientras agachaba mi cabeza apenado.

– No te creo – dijo. –Pero ya pasa o se nos hará de noche aquí afuera.

Y tomó mi maleta y fue directo a las escaleras.

– Espera, espera, hyung, déjame cargar eso.

Me miró sonriente.

– No, no. Ya habrá tiempo para que cuides de mí – guardé silencio un momento mientras lo seguía al piso de arriba. – No estoy molesto, si eso piensas. Supongo que vienes a cuidarme, ¿es así? En realidad no me opondré a ello. Me gusta estar contigo.

Respondió como si supiera lo que pienso. "Ojalá no pueda interpretar todo lo que pienso". Y de pronto se dio vuelta de imprevisto y me abrazó de nuevo.

– Te extrañé tanto, Jungkook. Me encanta que estés aquí. ¿Por cuánto tiempo te quedarás?

– Probablemente un par de meses... Si no hay problema, claro.

– ¡Jamás! Por mí quédate toda la vida.

No supe qué decir. En mi mente sólo pensaba: "Ten cuidado con lo que dices, Minnie". Pero no me atreví a decirlo y sólo sonreí.

– Te quedarás en mi cuarto – dijo mientras entrábamos en ese enorme espacio azul claro.

– Pero, ¿y tú dónde te quedarás?

– Pues contigo, tonto.

"No, eso no puede ser", pensé. "¿Por qué no puedo pensar en él solo como amigos?", me decía.

– Hyung, no te preocupes. Yo puedo quedarme en la sala.

– No, claro que no. Tengo una cama bajo la mía. La pusimos ahí por si alguna vez venías.

"Eso no me lo esperaba".

– ¡Qué tierno, Minnie! – dije mientras lo miraba a los ojos.

Se sonrojó, eso creo.

– Minnie – repitió – me gusta.

"Tan tierno".

Él siempre había sido tan lindo. Lo era con todos, lo que probaba que era así por naturaleza. Y además era muy hermoso. Sus ojos negros brillaban en ese momento mientras su cabello, rubio cenizo, cubría un poco sus ojos. Simplemente no podías dejar de verlo. Pero tuve que parar. No quería parecer muy obvio.

– Jungkook – su sonrisa se borró. – Gracias por pensar en mí de esa forma. No soy tan tierno como piensas – "¿Qué dices?", pensé. – Deja libero uno de mis cajones para que ahí puedas poner tus cosas.

Y de pronto sus piernas se doblaron haciendo que casi cayera al suelo. Lo sostuve por suerte.

– ¿Estás bien? – Pregunté preocupado.

– Estoy bien. Sólo cansado. Casi no dormí anoche – dijo con sus ojos adormilados.

– Deja eso ahí. Yo me encargo. Tú recuéstate. 

Asintió.

Lo ayudé a acomodarse en su cama. Se rió de que incluso le quitara los zapatos y murmuró que él podía haberlo hecho. Luego me pidió que le pasara un suéter y un pants para estar más cómodo. Yo se los di y de pronto comenzó a desvestirse frente a mí, a lo que yo rápidamente me volteé, antes de que notara que me había sonrojado.

No quise preguntar si necesitaba ayuda y eso me hizo sentir mal. "¿Por qué me ponía así? Es decir, "vengo a apoyarlo no a otra cosa", me dije.

De pronto él me dijo con ternura.

– Mamá te habló, ¿verdad? ...Está preocupada pero no es tan grave como piensas, Jungkook. Me siento bastante bien... Ven aquí, ya terminé de cambiarme de ropa.

Y entonces me senté a los pies de la cama.

– Ven junto a mí para que recargue mi cabeza en tu hombro – agregó.

Y entonces me senté a su lado y enseguida él se acurrucó en mi hombro mientras tomaba mi mano.

– ¿Seguro que estás bien, hyung? – Pregunté, preocupado.

– Muy seguro. Y ahora estoy mejor.

De pronto recordé.

– No le he dicho a tu mamá que entré ya a tu casa. Estará apurada por llegar.

Y solté su mano.

– ¡Oh! Le aviso enseguida que estás aquí.

Y comenzó a escribir muy rápido mientras yo disfrutaba de estar junto a él... tanto que no me di cuenta que mi cabeza estaba recargada en la suya y mis ojos cerrados.

– Listo – abrí mis ojos y continuó. – Dice que llegará normal, entonces.

– Ok... ¿y eso a qué hora es?

– A las nueve. Así que podremos seguir así un buen rato.

Se acurrucó más...

¡Diablos! Siempre dice cosas a las que no sé cómo responder.

– ¿Ya comiste? – Pregunté de pronto.

– Apenas son las 2. No tengo hambre, ¿y tú?

En realidad tampoco tenía hambre. En el camión nos habían dado un lunch que recién comí hace un par de horas. Pero sólo quería asegurarme de que él estuviera comiendo bien.

– Pero, ¿comiste?

– Sí, Jungkook. Sí, comi... Almorcé a las 11.

– Está bien.

Y de nuevo tomó mi mano.

– ¿Por qué me tomas la mano?

– ...Sólo porque sí.

Y todo quedó en silencio.

No recuerdo qué más pasó pues me quedé dormido después unos minutos y creo que él también. Fue el sueño más reparador que jamás he tenido.

Por fin ya se vieron. Espero que les haya emocionado tanto como a mí... y espérense porque se viene mejor.

💕SoraPark