❤️Capitulo 6❤️

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Me levanto de la cama por unas incontrolables ganas de vomitar, corro al baño y abro la puerta. Veo a Mike parado frente al espejo lavando sus dientes, entro sin pedir permiso y vomito hasta sentirme mucho mejor.

—Ahora eres tú la que no sabe de privacidad —comenta él con el cepillo en la boca.

—¿Entonces debí vomitar en mi cuarto? —pregunto con notable sarcasmo.

—¿Estás bien? ¿Te duele algo? —cuestiona Mike ya un poco preocupado.

—No, solo estoy un poco mareada, ya pasará.

—¿Deberíamos ir al hospital?

—Estos son síntomas normales de un embarazo, solo son náuseas, tranquilo.

—De acuerdo, solo cuídate y cuida a mi hijo —dice y al escucharlo me quedo paralizada mirándolo.

Él me sonríe de lado y sale del baño sin decir nada más. Minutos después salgo también, lo veo sentado en la mesa con el desayuno servido y esperándome. Me siento junto a él.

Debo admitir que verlo me sigue pareciendo muy incómodo. Saber que él fue con quién me acosté esa noche es algo que no dejo de odiar pero estoy empezando a creerle. Tal vez tenga razón, tal vez en realidad no fue su culpa y ambos somos víctimas de todo esto. Después de todo, ambos bebimos la misma extraña gaseosa y lo más probable es que ambos fuimos drogados sin siquiera darnos cuenta de ello. Creo que no debería ser tan cruel y echarle toda la culpa, después de todo, él no es así, lo conozco hace cuatro años y nunca hemos sido cercanos, pero si de algo estoy casi segura es que él no se atrevería a ponerle una mano encima a una mujer en contra de su voluntad, no parece ser esa clase de hombre. Aunque a veces las apariencias engañan, ¿No? Solo espero que esta vez no sea así y que realmente lo esté juzgando bien.

—Fui a tu casa a traerte algo de ropa —informa haciendo que me ahogue con el chocolate.

—¿Q- Qué...? —digo mientras toso —¿Viste a mi mamá?

—Sí, le dije que te estabas quedando en mi casa así que no preguntó nada más.

—¿No le dijiste nada del bebé? —pregunto y él niega mientras mete una cucharada de arroz en su boca.

—Creo que... —mastica un poco —Sería mejor hablar con ella después de que se calme. Aunque con los pastores hay que hablar hoy mismo y aclarar todo este enredo.

—¿No te da miedo? —le pregunto y él suelta una pequeña risa.

—Claro que sí, te apuesto a que nos van a pegar con la biblia. Yo solo espero que entiendan nuestra situación y nos apoyen.

—Sí... Yo espero lo mismo. Gracias por la ropa y el desayuno. Me iré a bañar y por favor no vayas a entrar.

Me levanto del comedor y me dirijo al baño. Rápidamente me doy una ducha, salgo y me visto.
Después de unas cuantas horas Mike y yo salimos rumbo a la casa de los pastores. No tardamos mucho en llegar a la casa de ellos lo cual fue bastante incómodo ya que la mirada de ellos hacia mí reflejaba total decepción.

Supongo que ellos esperaban mucho de mí. Se supone que era uno de los jóvenes más consagrados a Dios y ahora les salgo con que estoy embarazada y que el papá es una de mis ovejas. Dios, no sé ni como mirarlos a la cara. Debido a la culpa y vergüenza que siento, Mike es el que se encarga de hablar con ellos y de explicarles todo. Los pastores nos miran bastante sorprendidos y con mucha lástima.

—O sea que van a ser papás —concluye la pastora y los dos asentimos con la cabeza —¿Y qué piensan hacer ahora?

—Saldremos adelante... —dice Mike y acto seguido toma mi mano —Juntos, cuidaremos lo mejor posible al bebé y daremos lo mejor de nosotros por ser los mejores padres para ese bebé. A él no le faltará nada —afirma con un brillo en sus ojos y yo solo lo miro muy sorprendida por lo que dijo e hizo.

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