NARRA MIKE—Doctor Mike, la señorita Leidy lo está esperando en su oficina —me informa una de las enfermeras.
—Gracias —digo para luego caminar hacia mi oficina.
Una vez que logro llegar a mi destino, abro la puerta encontrándome con Leidy sentada esperándome.
—Doctor, ¿mi hijo está bien? —pregunta muy preocupada.
—Sí, él está bien. De hecho la llamé porque le tengo muy buenas noticias —me acerco a ella, me agacho un poco para estar a su altura y tomo su mano —. Hemos encontrado un donante para su hijo —informo y Leidy al escucharme abre sus ojos muy sorprendida y emocionada.
—¿Es en serio? —pregunta sin poder creerlo y yo simplemente asiento con la cabeza en respuesta —¡Gracias! —grita muy emocionada mientras me da un fuerte abrazo.
—La cirugía será mañana a las 2 de la tarde.
—Gracias... —susurra entre sollozos —Doctor, muchas gracias.
Ella es Leidy, la mamá de mi pequeño paciente de seis años el cual llevaba esperando tres meses para poder recibir un trasplante de hígado, pero cuando la esperanza estaba por perderse, un donante apareció de la nada. Ahora este niño podrá tener una larga vida junto a su madre.
—Iré a la casa a avisarle a mi esposo —informa para luego irse sin decir nada más.
Me alegra dar buenas noticias. Ver la felicidad en el rostro de mis pacientes es algo que no tiene precio. Detesto dar malas noticias, casi siempre termino llorando con el paciente, supongo que me falta ser más profesional. Pero solo llevo trabajando un año como médico general. Aún me falta un largo camino por recorrer y muchas cosas que aprender.
Ya han pasado dos largos años desde aquel incidente. Debo admitir que los primeros seis meses fueron muy duros para mí. Caí en una depresión horrible pero con la ayuda de Dios y de mi leal amiga, Danna, logré salir adelante y superar todo. La perdida de mi hija aún me duele pero mi herida ya sanó, y Briana pues... Aún tengo un gran vacío dentro de mí gracias a ella.
Desde que se fue la he buscado por cielo y tierra pero no la encuentro. Durante dieciocho meses la estuve llamando todos los días, no hubo un solo día en el que no lo hiciera, pero ella nunca respondió. Hace seis meses me di por vencido. Tal vez ella ya me olvidó y no quiere nada conmigo.
Yo aún no he podido olvidarla, ¿cómo podría hacerlo? Briana fue, es y seguirá siento mi primer amor. No es tan fácil superar algo así. Pero al parecer, para ella sí fue fácil. ¿No podíamos si quiera quedar como amigos? ¿En serio tenía que desaparecer así? ¿De esa forma? Eso es bastante cruel y egoísta de su parte.
Las horas pasan rápidamente hasta que la noche llega y mi turno termina. Empiezo a guardar todas mis cosas para irme a casa.
—Doctor, esto es para usted —anuncia una de las enfermeras mientras me extiende un hermoso ramo de flores.
—¿Por qué me das esto? —pregunto muy confundido.
—No lo sé, lo mandaron para ti —me entrega las flores y luego se va.
Me quedo observando el ramo por varios segundos y noto una tarjeta en él, la cual decido leer de inmediato.
Gracias por todo lo que ha hecho por mí. Usted es una persona maravillosa.
¡Lo quiero mucho!
LeidyNo evito sonreír al leer aquellas palabras. Es por esto que me convertí en médico, esto es lo que me hace realmente feliz.
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Enséñame a Amarte
Romance[COMPLETA/CORREGIDA] Una chica con solo 18 años, una fiesta, adolescentes locos, drogas, sexo y alcohol. ¿Qué podría salir mal? Esa era la pregunta que Briana se hacía mientras tomaba la horrible decisión de ir a aquella fiesta, pero ella no sabía...