Enséñame a Amarte

❤️Capitulo 9❤️

—No —respondo poniendo la mirada en la hermosa vista frente a mí y tratando de actuar lo más normal posible.

—¿No? —repite él —¿Por qué?

—Para que dos personas se casen debe haber amor entre ellas, y entre nosotros claramente no lo hay.

—¿Qué? ¡Eso no es cierto! Incluso el señor de los helados lo notó. Nos amamos tanto que es imposible disimularlo —anuncia y no evito reír ante su ridículo comentario.

¿Es a caso posible hablar seriamente con Mike?

—Sabes perfectamente que eso no es verdad.

—Claro que no. Ya te dije que me gustas, ¡Me encantas!

—Sí, pero el amor debe de ser mutuo y no quiero casarme con una persona a la que no amo —confieso y él agacha la cabeza dejándome apreciar como la sonrisa que había en su rostro se borra poco a poco.

—Vamos, Briana, ¿Qué te impide amar a este bombón? —pregunta en tono burlón nuevamente, ganándose un pequeño golpe de mi parte.

—Lo siento... —suspiro —. Debo admitir que estos últimos días me he sentido un poco extraña. Vivir contigo es bastante agradable y a veces, SOLO A VECES —aclaro —, me pone nerviosa tu presencia y todo, pero eso no es suficiente para aceptar tu propuesta y casarme contigo.

—Entiendo... Pero no me daré por vencido —toma suavemente mi rostro y me obliga a verlo —, te voy a enamorar, Briana y serás tú la que venga a pedirme que sea tu esposo —asegura y yo solo me río en su cara.

—¿Estás seguro de eso?

—Muy seguro, ese corazón tuyo tiene dueño y soy yo. Pronto lo verás.

Nos quedamos mirando fijamente sin decir absolutamente nada y después de unos largos e intensos minutos el juego termina, ambos nos bajamos y caminamos mientras el ambiente se torna lo más incómodo posible. Luego de eso no volvimos a hablar del tema. Las horas fueron pasando y la noche llegó. Mike y yo nos fuimos para la casa y ahora cada uno se encuentra en su respectiva habitación.

No voy a negar que la propuesta de Mike me dejó muy sorprendida. Debo admitir que él es un chico bastante lindo y con una personalidad muy especial pero lo único que siento por él es simpatía, creo... Yo quiero casarme con una persona que ame de verdad y la cual me vuelva loca con solo una mirada. Y lastimosamente esa persona no es Mike, o al menos no por el momento.

A Mike lo conozco hace cuatro años y jamás pensé que él gustara de mí. Yo siempre lo vi como el chico insoportable que se sentaba al fondo de la iglesia a decir bobadas e interrumpir la prédica, y claro, burlarse de mí y sacarme la rabia con cualquier cosa que saliera de su boca.

Dejo a un lado mis pensamientos y tomo mi celular. Veo un mensaje de Mike en las notificaciones.

—¿Qué haces, esposa mía?

¿Esposa? Ese chico realmente está mal de la cabeza. No es para nada normal.

¿Esposa? ¡¿Quieres morir?!—

—Lo digo por fe declarando que pronto serás mía.

Al leer ese mensaje no evito ponerme colorada. Suelto una risa nerviosa y bloqueo el celular. No le voy a responder porque definitivamente está loco.

Una notificación llega nuevamente y veo que es otro mensaje de Mike.

—Oye... Abre la puerta. Alguien te está esperando.