NARRA MIKEEs duro, no tengo duda de ello. Definitivamente ha sido duro, muy duro. Ha pasado una semana desde que nuestra hija se fue, pero ¿saben qué ha sido lo más duro de todo esto? Lo más duro para mí es que Briana ha caído en una grave depresión, ella no quiere comer ni hablar con nadie. Ayer le dieron de alta en el hospital y se la ha pasado encerrada en su cuarto durmiendo. Cuando estaba en el hospital no quería que nadie la visitara pero por más que se negara, yo iba y me quedaba con ella pero nunca me habló. Desde ese día no la he escuchado decir una sola palabra, solo la escucho llorar en las noches y en el día se la pasa durmiendo. Ha bajado de peso debido a que no ha querido comer casi, hay unas enormes ojeras bajo sus ojos y su rostro ya no es el mismo.
Yo la entiendo, me siento igual que ella pero la diferencia entre nosotros es que yo quiero salir adelante, superar este horrible momento y seguir con mi vida, no quiero enfocarme en el pasado, quiero mirar la vida de una forma positiva y dejar que Dios a su tiempo sane la gran herida que la perdida de mi hija a dejado. Pero Briana, ella no piensa igual que yo, ella se culpa por lo que pasó y vive en ese recuerdo, se aferra a él e impide que su herida sane, no ha vuelto a la iglesia y se aísla totalmente. No se deja ayudar y cree que sola podrá superarlo pero no se da cuenta del daño que se está haciendo.
Ya no sé qué hacer, a este paso terminaré perdiendo a la mujer que amo también y eso no lo podría soportar, si eso llegara a pasar mi vida perdería complemente el sentido y creo que definitivamente preferiría morir. Los pastores han venido a hablar con ella pero ella simplemente no responde nada, su mamá también vino e incluso le pidió perdón. Varias veces he intentado hablar con ella pero tampoco responde.
Incluso una vez simplemente me senté junto a ella y sin decir nada la abracé pero ella me alejó bruscamente y empezó a llorar, eso me hizo sentir peor. Quiero ayudarla pero ya no sé qué hacer, siento que voy a enloquecer.
Escucho varios sollozos provenientes de su habitación lo que me indica que está llorando, nuevamente. En el hospital ella lloraba solo en la noche pero desde que llegó a la casa, ha llorado todo el día. Tal vez sea porque en su habitación están todas las cosas que le compramos a la bebé y tal vez eso le recuerde o la haga sentir culpable.
Imagino que el dolor que ella siente debe de ser el doble del dolor que siento yo. Sí, como padre me dolió perder a mi hija pero ella era la que la tenía en el vientre, Briana la sentía moverse dentro de ella. Supongo que es normal que reaccione así, solo espero que no le tome mucho tiempo superarlo porque ya no aguanto verla así. Esta situación hace más duro para mí todo.
Volteo la cabeza y miro la hora que marca el reloj colgado en la pared. Son las cuatro de la tarde y Briana no ha comido nada en todo el día, esto me preocupa bastante.
Sin pensarlo dos veces me levanto y camino hasta su habitación, golpeo un par de veces la puerta y al no obtener respuesta decido abrirla encontrándome con lo que ya me imaginaba: Briana está tirada en el suelo con la ropa de la bebé en sus piernas mientras llora sin parar. Ella nota mi presencia pero la ignora por completo.
—Briana —susurro mientras me agacho frente a ella —, tranquila, estoy acá —digo y hago un intento por abrazarla pero ella aleja mis brazos bruscamente.
—No me toques —suelta con su voz débil haciendo que algo dentro de mí se vuelva a partir.
Esta es la primera vez que escucho su voz después de que se enteró de lo que pasó. Pensé que diría algo como «gracias», «lo vamos a superar juntos», «pronto estaré bien» pero no, en vez de eso dijo: «no me toques». Tal vez ella no lo note pero esas simples palabras dolieron tanto que siento que voy a llorar.
Suspiro y limpio las lágrimas que intentan salir de mis ojos. Me pongo de pie y la miro con lástima.
—Iré a comprar algo para comer, ¿quieres algo en especial? —pregunto y veo como ella se limpia las lágrimas para luego levantar la cabeza y quedarse mirándome.
—Sí, quiero arroz paisa —anuncia lo cual me sorprende y me pone feliz al mismo tiempo.
—Tus deseos son órdenes —comento y me doy media vuelta para irme pero sus palabras me detienen.
—Gracias... —susurra a mis espaldas. Volteo a mirarla y le regalo una pequeña sonrisa —Mike, te amo. Nunca lo olvides —dice haciendo que una pequeña lágrima salga de mis ojos.
—Yo te amo más —es lo último que digo para luego salir de la casa muy emocionado.
Rápidamente me subo al carro y comienzo a manejar ya que la única parte en donde venden el arroz que a ella le gusta está a veinte minutos de mi casa.
Me emociona el hecho de que ella quiera comer y el hecho de que por fin me esté hablando. Pensé que seguiría actuando de esa forma por más tiempo pero al parecer quiere superarlo y yo estoy dispuesto a ayudarla.
Después de veinte minutos llego al restaurante, pido el arroz y espero a que lo preparen, supongo que eso tardará otros veinte minutos. Siempre es así. Cada que Briana y yo queremos comer arroz de este lugar, sabemos que son veinte minutos de ida al restaurante, veinte minutos de preparación del arroz y otros veinte minutos de regreso a casa. Es en total una hora que tenemos que esperar para poder disfrutar de este delicioso arroz.
Pero si Briana no ha comido en todo el día, supongo que debe tener mucha hambre. ¿Por qué pidió que le llevara un arroz que sabía que tendría que esperar al rededor de una hora para poder comerlo?
En ese momento las palabras que ella dijo antes de irme vienen a mi mente, «Mike, te amo. Nunca lo olvides».
¿Por qué esas palabras suenan como si de alguna manera se estuviera despidiendo?
¿Qué está pensando hacer?
¿Acaso está pensando suicidarse?
Siento como todo mi cuerpo se pone frío e incluso me mareo un poco. Trato de calmarme para luego subir al carro y manejar rumbo a casa a toda velocidad. Después de veinte largos y estresantes minutos, logro llegar a la casa. Abro la puerta principal y me adentro en ella.
—¡Briana!
Grito su nombre mientras la busco desesperadamente para luego entrar a su habitación y encontrarme con lo que menos esperaba.
Definitivamente mi vida ya no tiene ningún sentido.
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¿Les ha gustado el capítulo?
¿Qué creen que ha pasado con Briana?
¿Se habrá suicidado después de todo?
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Enséñame a Amarte
Romance[COMPLETA/CORREGIDA] Una chica con solo 18 años, una fiesta, adolescentes locos, drogas, sexo y alcohol. ¿Qué podría salir mal? Esa era la pregunta que Briana se hacía mientras tomaba la horrible decisión de ir a aquella fiesta, pero ella no sabía...