Enséñame a Amarte

❤️Capitulo 35❤️

9 MESES DESPUÉS

Ha pasado un mes desde que mi bebé nació. Resulta que cuando me enteré que estaba en embarazo ya tenía un mes y ahora, esa hermosa criatura que se había estado formando en mi vientre durante 9 meses, está entre los brazos de Mike chupando uno de sus dedos.

Mike estuvo arrullando al bebé con la intención de dormirlo pero el que ha terminado dormido es él. La escena es muy adorable.

Nuestro adorable hijo es un hermoso niño al que hemos decidido llamar Jonathan. Ambos deseábamos que fuera una niña y llamarla Sharon ya que ese era el nombre que le íbamos a poner a nuestra hija la cual ahora está en el cielo. Pero aún así estamos conformes con el resultado.

Niña o no, es nuestro hijo y le daremos todo el amor que pueda recibir

Mike ha recuperado todos sus recuerdos, a vuelto a trabajar en el hospital y sigue siendo la hermosa y exitosa persona de siempre.

Doy gracias a Dios por haberlo puesto en mi camino. Aunque nuestro encuentro y la forma en la que nos enamoramos no fue del todo normal, ahora estoy convencida de que la voluntad de Dios es perfecta y agradable.

—Amor —un pequeño susurro a mis espaldas logra sacarme de mis pensamientos.

Me doy media vuelta y pongo los ojos en Mike.

—Se me durmieron los brazos —se queja y no evito reír.

Tomo a Jonathan entre mis brazos el cual sigue despierto.

—Ser padre es muy agotador —bromea —¿Deberíamos darle un hermanito? —pregunta subiendo y bajando sus cejas.

—¿No puedes con uno y ya quieres dos? —señalo burlona mientras me cruzo de brazos.

—Claro que puedo, es solo que aún no me acostumbro —se excusa haciéndome reír.

—¿No crees que es demasiado pronto?

—No, así tendrán casi la misma edad, irán juntos al colegio y serán los mejores amigos.

La verdad es que no es mala idea. Me encantaría darle un hermanito a Jonathan, y la idea de que tengan casi la misma edad y que vayan juntos a la escuela me agrada demasiado.

—Briana, el bebé se durmió —informa Mike —Déjalo en la cuna y vamos a la cama. Me encargaré de llenar nuevamente tu vientre de huesos.

—Irala, eres bien travieso —bromeo y ambos reímos.

—Solo quiero disfrutar del hermoso cuerpo de mi esposa.

—¿Ya?

—Sí , entre más rápido quedes embarazada mejor.

Como la mujer obediente que soy, dejo a Jonathan en la cuna con mucha delicadeza, me acerco a Mike y beso sus labios.

—Vamos por otro hijo —susurro en su oído.

Después de eso vamos a la cama. Mike se acuesta boca arriba y yo me acuesto junto a él recostando mi cabeza en su pecho, pero antes de empezar a seducirlo, sus palabras me detienen.