Enséñame a Amarte

❤️Capitulo 23❤️

Me quedo en shock al ver lo hermoso que se ve con esa bata. Él, al notar que soy yo, se me queda viendo un poco sorprendido para luego agachar la cabeza, soltar un pequeño suspiro y acercarse a mí como si no me conociera.

—¿Señorita Briana? —cuestiona evitando el contacto visual.

—Sí.

—¿Puede por favor explicarme lo que le pasó?

—Me caí de la moto y mi pie derecho me duele mucho por eso.

Mike se sienta en una de las sillas y toma mi pie, mi cuerpo se tensa de inmediato al sentir su tacto y él lo nota por lo cual me voltea a mirar. Su mirada en mí hace que mi respiración se detenga y me ponga roja como de costumbre. Él suelta una pequeña risa para luego poner su mirada en mi pie nuevamente.

—Te has torcido el tobillo —informa —. Voy a tener que ponerlo en su lugar pero esto te va a doler.

—Tranquila, si duele puedes tomar mi mano —declara Maicol mientras toma mi mano sin permiso.

—¿Quién es usted? —cuestiona Mike con el ceño fruncido.

—Soy su novio —miente pero yo solo agacho la cabeza sin decir nada —Oh... Cierto, ya tienes esposo —dice haciendo que mis mejillas se pongan rojas nuevamente.

—¿Esposo? —Mike nos mira muy confundido.

—Sí, su esposo es el dueño del anillo que lleva en su mano izquierda. Eso me dijo esta tarde —me expone Maicol mientras siento mi corazón acelerarse.

Levanto la cabeza muy avergonzada y miro a Mike el cual me mira muy sonriente.

—Ya veo... Caballero, ya puede retirarse, necesito examinar a la paciente en privado.

—Oh, está bien —Maicol se pone de pie, se despide con un gesto y luego se va.

—Así que... ¿Aún soy tu esposo? —pregunta burlón.

—¿Qué? Claro que no... Es que...

—Aún usas el anillo que te di hace dos años lo que quiere decir que el compromiso sigue en pie.

—Esto es un malentendido, yo solo... ¡Aaaah! —grito al sentir un agudo dolor en mi tobillo el cual Mike ha vuelto a poner en su lugar —¿Por qué no me dijiste que lo haría ya? —cuestiono tratando de soportar el dolor.

—Duele menos si te cojo distraída —se pone de pie —. Ya puedes irte a casa, estarás bien —informa para dar media vuelta y empezar a alejarse pero antes de irse se detiene —. Briana, antes de que te vayas quiero que vengas a mi oficina un momento.

—¿Eh?

—Ven conmigo —me voltea a mirar y me extiende su mano.

—Creo que es mejor que me vaya a casa ahora mismo.

—No te estoy preguntando si quieres venir, es una orden —dice con su expresión muy seria.

Trago saliva muy nerviosa y trato de pararme pero el dolor me impide apoyar el pie. Sin tener más opciones, tomo la mano de Mike y él me ayuda a caminar. Varias enfermeras se nos quedan viendo mientras caminamos por los pasillos. Cuando llegamos, entramos a su oficina y veo que hay una mujer allí sentada.

La mujer al notar nuestra presencia, se pone de pie y se viene corriendo para abrazar a Mike frente a mis ojos.

Esa mujer la conozco, es la misma que amaneció en su casa, la que estaba ese día en su cama usando su ropa. Sin duda alguna entre ellos dos hay algo.

¿Para qué me pidió Mike que viniera con él? ¿Quería restregar en mi cara el hecho de que tiene a otra? ¿Quería que pagara el precio por haberme ido?