—Así que está es Konoha —dijo Percy mirando para todos lados—, la aldea escondida entre las hojas.
Jiraiya asintió.
—Después te llevaré a comer ramen con Ichiraku —le dijo Jiraiya sin dejar de caminar.
Percy llevaba su cabello suelto, Jiraiya le había recomendado que era lo mejor si quería usar el último jutsu que le había enseñado aunque aún no podía usarlo a la perfección.
La última vez que lo había intentado, un shuriken había traspasado su cabello y le había dado en el estómago. Jiraiya se había asustado un poco hasta que Percy se metió un rato al agua, enseñándole que no pasaba nada.
Su protector de frente con el símbolo de Omega se encontraba en su lugar. Atrayendo la atención de los shinobi con los que se encontraban pues nunca habían visto aquel símbolo antes.Ella no sabía exactamente a dónde se estaban dirigiendo, simplemente caminaba a lado de Jiraiya, siguiéndolo.
Y entonces Jiraiya se detuvo y saltó.
Se encontraba en el marco de una ventana, por lo que Percy leyó, el marco de una ventana de un hospital.
Suspiró, resignada mientras saltaba, cayendo en el mismo lugar donde el había estado momentos antes, ahora él estaba a lado de una camilla.—¿Sabes que existen las puertas, verdad? —le dijo ella entrando en la habitación.
—Pero es menos divertido de ese modo —le contestó Jiraiya sin voltear a verla—. Tranquilo, no te esfuerces demasiado —aquello último iba dirigido para la persona en la camilla.
Kakashi Hatake no estaba mentalmente preparado para lo que venía a continuación.
La mujer más hermosa que había visto en su vida se encontraba delante suyo, mirándolo con curiosidad. Su cabello negro azabache le llegaba hasta la cadera y sus ojos eran de un verde que nunca había visto.
Pero no era solo que era hermosa, Kakashi había visto muchas mujeres hermosas en su vida. Más bien era que aquella era la viva imagen de la mujer que salía en los libros Icha Icha, era justo como él la había imaginado al leer y ahora estaba ahí, en carne y hueso.—¿Estoy soñando? —dijo el peligris sin pensarlo. La chica levantó una ceja y pudo escuchar a Jiraiya aguantarse soltar una carcajada. El calor subió a su rostro.
Jiraiya decidió que aquel vergonzoso momento no había sido suficiente para el Hatake, por lo que sacó dos ejemplares especiales de sus libros Icha Icha y los dejó a su lado.
—Seguro ya los leíste pero espero que haga el tiempo más ameno en este lugar —le dijo Jiraiya escondiendo una sonrisa burlona en su rostro.
Percy miró aquellos libros y rodó los ojos, había tenido la oportunidad de leerlos en el tiempo que había tenido con Jiraiya y sabía de qué iban.
Kakashi se puso más rojo si era posible. Cosa que no pasó desapercibida por Percy, quién hizo una mueca de preocupación.
—¿Estás bien? —preguntó mientras se acercaba a él y ponía una mano sobre su frente, lo cual no ayudo en absoluto al sonrojo de Kakashi—. Estás ardiendo, ¿quieres que llame a alguien?
Cómo pudo, Kakashi negó con la cabeza.
—No, gracias. Es solo que antes de que abrieran la ventana hacia mucho calor aquí dentro —Bien, Kakashi, buena salvada, pensó.
La chica se alejó de él mientras asentía para después mirar a Jiraiya.
—¿Qué estamos haciendo aquí, Jiraiya? —preguntó Percy, mirando al peliblanco, quién tenía una sonrisa divertida en su rostro, pero al ver que Percy lo miraba, la borró inmediatamente.
Kakashi se sorprendió al ver la confianza que tenía ella con Jiraiya al llamarlo únicamente por su nombre y tuteandolo.
—Vas a conocer a la Quinta Hokage, y estás aquí porque vamos a hablar de Naruto —le dijo él sin más a lo que Percy asintió.
Kakashi tenía muchísimas ganas de alargar su mano y tomar uno de los libros que le habían dado, pero había visto la manera en la que la chica había mirado los libros y no quería que pensará mal de él.
¿Desde cuándo te importa lo que una completa desconocida opine sobre ti?, pensó, regañándose a si mismo y tenía razón. Ni siquiera sabía su nombre, no sabía de qué aldea venía pues el símbolo de su protector de frente no lo conocía. Aquella chica no tenía porque importarle.
Y así, regresó a su expresión impasible.
—Lamentamos la tardanza —dijo la Quinta Hokage entrando seguida de Shizune y Tenzou, justo cuando Kakashi estaba por tomar un libro.
La mirada de Tsunade se dirigió directamente hacía Percy, quién sonrió de lado como solo ella sabía hacer.
Entonces Tsunade miró a Jiraiya.—¿Trajiste a una de tus mujeres a esta reunión? —le preguntó la Hokage a Jiraiya, mientras apretaba sus manos en puños, lista para darle un golpe de escarmiento.
Percy borró su sonrisa mientras pensaba porque todas las personas con las que se habían topado pensaba que estaba con Jiraiya como una de "sus mujeres".
A Kakashi no se le había pasado aquello por la cabeza pero puede que fuera eso, puede que aquella mujer estuviera con Jiraiya de manera romántica o meramente carnal, aquello resolvería sus dudas de porque se trataban con tanta confianza y el porque su gran parecido a la chica del libro. Puede que ella haya sido la musa para crear ese personaje.
—Lo lamento, Hokage-sama, pero agradecería que no saltará a conclusiones tan rápido —dijo Percy, poniéndose entre Jiraiya y Tsunade—. Me llamo Percy Jackson y mi relación con Jiraiya no es la que está pensando.
Jiraiya le agradeció mentalmente a Percy pues estaba seguro de que Tsunade le habría roto unos huesos y entonces tendría que usar la camilla que estaba a un lado de la de Kakashi. El peligris mientras tanto, desechó su teoría, su cabeza trabajaba a mil tratando de razonar quien era esa mujer.
Tsunade miró a Percy de arriba a abajo y asintió.
La Hokage estaba pensando lo mismo que todos la primera vez que veían a Percy, al igual que Shizune y Tenzou.
Aquella mujer era hermosa.
—Antes de comenzar con el tema central de está reunión me gustaría que Jiraiya explicará que está pasando —dijo Tsunade mirando directamente a Jiraiya, quién asintió y dio un paso al frente.
Aquella vez fue diferente a las anteriores veces en las que Jiraiya contaba la historia de como había conocido a Percy. Veces anteriores, incluso cuando habían conocido al Kazekage y le habían dicho que era de otro mundo, se habían saltado la parte de que era la hija de un dios. Pero con ellos no lo hizo, les dijo todo lo que Percy le había contado para instruirlo sobre los dioses y al finalizar, todos se quedaron en silencio.
El cerebro de Kakashi acababa de hacer cortocircuito, y estaba seguro que el de los demás también.
Tsunade salió de su trance primero, con un ceño fruncido plasmado en su rostro y sus dos manos en forma de puños.
—¿Ahora ni siquiera eres lo suficiente hombre como para decir que de verdad trajiste a una de tus mujeres y nos mientes a la cara con semejante historia?
Jiraiya vió como Percy está vez no se interponía en el camino para salvarlo por lo que cuando vió a Tsunade caminar hacia él con su puño en alto, solo cerro los ojos y esperó el golpe, pero no llegó.
Se aventuró a abrir los ojos y vió el puño de Tsunade a unos centímetros de su cara, era detenido por una pulsera de agua en su muñeca. Percy ni siquiera había sacado las manos de las bolsas de su sudadera.
Tsunade relajó su mano mientras miraba sorprendida el agua en su muñeca. Todos los presentes menos Percy y Jiraiya (que ya se había acostumbrado a los poderes de la chica), dieron un pequeño salto en su lugar cuando el agua se alejó de la muñeca de la Hokage y regresaba al jarrón en el que había estado en un principio.
Kakashi miró a la chica, podía jurar que no había movido ningún músculo, si a caso solo sus ojos y había logrado detener un golpe de Tsunade.
—Espero haya abierto un poco más su mente tras esa demostración, Hokage-sama —dijo Percy, volviendo a sonreír de lado.
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Una Semidiosa perdida en Konoha.
FanfictionJiraiya en su viaje de investigación se topa con un jutsu para invocar ayuda de fuerzas divinas. Él había pedido por alguien que pudiera ayudar a Naruto a cumplir su misión de traer paz al mundo y como resultado: una chica apareció, con sus grandes...