Cuarenta.

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Al final no habían necesitado tantos marineros, solo unos pocos pues Percy hacía casi todo el trabajo. 

Percy había terminado su rutina de inspección, asegurándose de que todo funcionaba como debía y entonces fue a ver a sus compañeros.
Estaban a punto de llegar a la isla y tenían que estar preparados.
Naruto veía el mar con emoción mientras murmuraba la palabra "pulpo".

Percy por alguna razón no podía sentir la isla frente a ella lo cuál era raro pues eso venía en la lista de sus poderes como hija de Poseidón, en el mar siempre podía sentir lo que estaba a su alrededor, podía orientarse perfectamente pero algo en ella le decía que esa isla no estaba ahí. 
Entonces era otra cosa.

Y entonces, un calamar gigante apareció.

—¡Es ese! ¡Estaba a punto de advertirles que ese es el animal con el que tienen que tener cuidado pero ya apareció! —dijo un shinobi de Kumo.

Yamato se dio cuenta de que Percy miraba al calamar casi con aburrimiento, hasta que tomó a Naruto con uno de sus tentáculos fue que avanzó hacia él.

—¡Oye! ¡Suelta a ese rubio! —le gritó acercándose hacia el calamar, quién la miró un segundo antes de hacerlo.

Naruto cayó a su lado, pero no veía al calamar ni a Percy, si no a algo o alguien que acababa de llegar. Tenía ocho tentáculos como un pulpo y parecía que estaba a punto de atacar al calamar hasta que vió que en realidad no estaban en problemas.

«Lo siento, princesa» fue lo que le dijo el calamar. «No sabía que una hija del Mar se encontraba abordo»

Percy se cruzó de brazos.

—¡Aunque no hubiera estado aquí! Tienes que dejar de hacer eso —le dijo Percy, regañándolo, los demás presentes únicamente veían la interacción sin entender mucho.

El calamar se fue después de prometerle a Percy que nunca más volvería a actuar así.

Después de eso, Percy y Aoba ayudaron a Guy a bajar del barco.
Cuando los pies de Percy tocaron el suelo, supo que aquello no era una isla como había sospechado.
Era un animal marino, sintió al instante la conexión mental.

«¡Una hija del mar! Pero que honrado me siento de estar en su presencia» habló en su mente la tortuga.

Percy soltó a Guy, se hincó y puso una mano en el suelo. 
Aquella tortuga tenía que tener cientos de años.

«El gusto es mío» le respondió Percy mentalmente «Has crecido tanto que ha sido posible que creciera flora en tu caparazón lo que te hizo apto para que también haya fauna, simplemente impresionante.»


Estaba descansando en su cuarto cuando alguien tocó a la puerta.
Era Naruto.

—¡Percy! Voy a comenzar a practicar para controlar al Kyūbi, ¿quieres venir? —le dijo con una sonrisa de emoción en su rostro.

—Iré en un momento —le respondió ella con una sonrisa en su rostro—, primero iré a dar una vuelta por la isla.

El rubio entrecerró los ojos.

—¿Estás segura? Hay muchos animales peligrosos, nos topamos con ese gorila, ¿y si te lo topas otra vez? —le preguntó el rubio con un gesto preocupado.

—Estaré bien —le dijo ella con una sonrisa.

Naruto no parecía tan seguro pero no insistió más.

Después de un rato, Percy salió del lugar donde se estaban quedando y se adentró entre la naturaleza. 
Vio demasiados animales enormes, la notaban, la olisqueaban y la ignoraban.
Como hija del dios del mar, era reconocida instantáneamente como amiga de la naturaleza, algunos otros semidioses no lo eran, como los hijos de Afrodita o Atenea. 

Entonces vió un pequeño circulo de osos y se acercó para ver que estaba pasando.

En medio de ellos, se encontraba otro círculo y dentro de ese había dos seres, un oso y la persona que Percy reconoció como Killer Bee.

—Ven cuando quieras —le dijo Killer B al oso.

El oso no se hizo esperar y se lanzó hacia Killer B que en menos de un segundo había sacado dos enormes tentáculos y había logrado sacarlo del círculo únicamente con su fuerza.

—En esta isla, yo soy el perro alfa —le dijo Killer B, en un tono que Percy reconoció como rap—. Tomando a todos en un torbellino limpiando la niebla.

Percy parpadeó, no había entendido ni una sola palabra.
Estaba a punto de irse y seguir con su camino cuando escuchó pasos dirigirse hacia ella.

—¡Eh! Tu eres la amiga del niño Kyūbi —escuchó a detrás de ella, Percy dio media vuelta y vió a Killer B a unos metros de ella—. ¿Qué no sabes que pasear sola por aquí es peligroso?

—Creo que me las he podido arreglar sola hasta ahora —le dijo Percy sin más.

Killer B frunció el ceño.

—No nos hemos presentado —le dijo mientras se acercaba un poco más a ella y levantaba uno de sus brazos ofrenciendole chocar sus puños—. Killer B.

—Percy Jackson —dijo ella para después chocar su puño con el de él y no lo quitó hasta que él lo hizo primero.

—Me caes bien —dijo al final Killer B, regalandole una sonrisa la cuál Percy correspondió gustosa, cuando él la vió un rubor subió a sus mejillas, aquella chica podía pasar por un ángel—. ¿A dónde te dirigías?

—Iba a ver el entrenamiento de Naruto, ¿quieres venir?

Killer B no pudo negarse cuando vió la sonrisa que Percy le estaba dando.

Una Semidiosa perdida en Konoha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora