Una Semidiosa perdida en Konoha.

Final: Parte dos.

Habían pasado ya seis meses desde que Percy se había ido y Kakashi Hatake sentía que con cada día que pasaba se moría un poco más por dentro. Apenas y prestaba atención a sus deberes como Hokage, todo se hubiera ido al desagüe de no ser por su asistente, Shikamaru Nara.

En las noches cuando no lograba dormir, se quedaba tendido sobre su cama, con el protector de frente que Percy le había dejado en sus manos y preguntándose porque no había vuelto.
¿Algo le había pasado al llegar a su mundo? ¿Estaba herida?
Y la que más le dolía: ¿Y si no quiso volver sin más?

Su humor no había mejorado después de que por parte del señor feudal le mandarán una carpeta llena de imágenes de mujeres, posibles candidatas a ser su esposa. Mujeres que tenían dinero, o que simplemente se veían bien.

Kakashi se encontraba paseando por la terraza de la Mansión Hokage. Cómo los anteriores Hokage, había tomado el hábito de pasear ahí cuando tenía que reflexionar sobre algo.

—Hokage-sama —un ANBU apareció ante él, agachando la cabeza en señal de respeto—. Naruto Uzumaki quiere hablar con usted.

Antes de que Kakashi pudiera dar una confirmación, Naruto ya había aparecido frente a él.

—¡Kakashi-sensei! Vine para su confirmación a la cena de hoy con los chicos —dijo Naruto sonriente.

Kakashi sonrió por debajo de su máscara.

—Ahí estaré, aunque tal vez llegué un poco tarde —le respondió.

Le dio la espalda a Kakashi y sin siquiera voltear a verlo le dijo otra cosa antes de irse.

—De camino acá vi a una mujer en su oficina, me dijo que lo estaba esperando.

Kakashi asintió y se tomó su tiempo para dirigirse hacia allí.
Al entrar, se dio cuenta de que la mujer que lo esperaba se había sentado en su silla y se había dado la vuelta por lo que Kakashi no era capaz de ver su rostro.
Al parecer ella escuchó que había entrado pues comenzó a hablar.

—"No es tan alta como ella" —Kakashi escuchó como cambiaba de página—, "Sus ojos son verdes pero no tan hermosos como los suyos" —entonces Kakashi se dio cuenta de que la carpeta que le había mandado el señor feudal no sé encontraba en su escritorio—, "Su cabello no es tan negro y brillante como el de ella" "Ninguna es tan hermosa como ella". Honestamente, Hokage-sama, pone sus estándares muy altos, parece que busca una mujer que no existe en este mundo.

Kakashi sentía el rostro rojo, aquellas notas las había puesto una noche mientras no podía dormir y lo único en su mente era Percy. Aquello era privado.
Aunque todo su enojo se fue cuando la mujer que estaba en la silla se daba la vuelta, revelando quién era en realidad.

Percy miraba a Kakashi con una sonrisa burlona en su rostro desde la silla del Hokage. Lo que pasó a continuación fue tan rápido que Percy tuvo problemas para comprender lo que pasaba por un minuto.
En menos de un segundo, Kakashi había cerrado la puerta de su oficina y se había prácticamente abalanzado hacia el escritorio, tirando varios papeles en el proceso.
Sostuvo el rostro de Percy entre sus manos, inspeccionándolo, pensando por un momento que tal vez solo era una ilusión, pero ella de verdad se encontraba allí.

Percy llevó sus manos a las de Kakashi y las acaricio sin dejar de mirarlo a los ojos.

—Lamento haber tardado tanto —dijo ella para después bajar su máscara.

Había estado soñando con volver a besar sus labios desde que se había ido.

Aquella noche, los demás se enteraron de que Percy había vuelto y casi ninguno disimuló la mirada que le lanzaron a las manos entrelazadas de Kakashi y Percy.