Cuarenta y dos.

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Motoi ya había informado sobre el intruso y el escape de la información de donde estaban.
Y ahora, Percy sentía como la tortuga se movía, cambiando de locación.

Percy se encontraba a un lado de Aoba mientras él leía la supuesta misión que tenía Naruto, al ver sobre su hombro, pudo ver que en realidad el pergamino estaba en blanco.

Todos se encontraban acompañando a Naruto mientras inspeccionaba a los animales de la isla, la chica aún no se creía que el rubio había caído por eso.

«¡Princesa! ¡Algo se acerca!» le dijo la tortuga en su mente, y parecía como que Motoi lo había sentido también.

—Algo se acerca, ¿qué vamos a hacer? —le preguntó en voz baja a Motoi y a Yamato.

—¿Cómo sabes eso? —le preguntó Motoi de vuelta.

—La tortuga me lo dijo —respondió Percy.

Antes de que pudieran seguir hablando, el mundo se puso de cabeza. Yamato uso su Mokuton para crear árboles abajo que les sirvieron para que el impacto no fuera tan fuerte.

—Algo parece estar pasando afuera —dijo Motoi—, pero tenemos que seguir engañándolo. 

Percy puso una mano en el suelo y trató de comunicarse con la tortuga.

«¿Qué está pasando allá afuera?» le preguntó, mentalmente.

«Princesa, ayuda» le respondió la tortuga y Percy hizo una mueca.

No podía negarse a ayudar a un animal marino, era parte de ella.

—Creo que iré a fuera —les dijo Percy, recibiendo miradas de sorpresa—. La tortuga necesita ayuda.

Naruto estaba a punto de acercarse a ellos pero ella lo detuvo con un gesto.

—Alto ahí, minino. Tienes una misión de rango S que cumplir, no te preocupes por otra cosa —le dijo Percy, pero Naruto no parecía tan convencido.

—¡Es el deber de un ninja continuar con su misión hasta que la complete! —le dijo Yamato, ayudando a convencer a Naruto.

—¡Bien! ¡Me concentraré en mi misión, de veras! —les dijo Naruto con una sonrisa.

Guy se quedó con Naruto, mientras que Yamato, Aoba, Motoi y ella la acompañaron afuera y mientras que ella se encargaba de la serpiente que se enroscaba alrededor del cuello de la tortuga, ellos lidiarían con los demás.

A decir verdad, Percy no quería matar a la serpiente pero parecía que no tenía otra opción, o eso pensaba hasta que desapareció bajo sus pies, antes de que ella pudiera siquiera enterrar su espada de chakra que estaba en su mano. Vió a una chica volar por encima de ella, reconoció el símbolo en su protector de frente, era de Iwagakure.

Se miraron un momento, Percy fue la primera en apartar la mirada y se concentró en la tortuga.

—¿Te encuentras bien? —le preguntó Percy al animal.

«Sí, gracias a usted.» le respondió en su mente, Percy hizo una mueca ante la respuesta.

—Yo no hice nada —le confesó Percy—, la serpiente desapareció antes de que pudiera hacer algo. 

Percy entonces fue a donde estaban los demás, pero al llegar faltaba uno de sus amigos.

—Yamato fue capturado —le dijo Aoba al ver que llegaba, Percy sintió la noticia como un golpe en su estómago.

—Ellos no iban tras el Hachibi o el Kyūbi —dijo un anciano, el cual se encontraba flotando en el aire—. No sabemos si ellos querían un rehén que interrogar o si el usuario del Mokuton era el verdadero objetivo. 

Percy lo miró y ladeó la cabeza.

—¿Y usted quién es? —le preguntó Percy con verdadera curiosidad en su tono de voz.

—Percy, él es el Ōnoki, el Tsuchikage —le dijo Aoba.

Percy realmente se sorprendió pero trató de no mostrarlo, se veía muy viejo pero si era el Tsuchikage era por algo.

—Será mejor que vuelvan adentro, nosotros nos haremos cargo de la tortuga —les dijo el Tsuchikage mientras la chica que había visto antes y otro chico se acercaban a él, también estaban levitando.

Aoba, Motoi y ella asintieron.

—¿Cómo piensan darle la vuelta? —preguntó Percy antes de irse, al ver que no respondían, volvió a hablar—. Puedo ayudarles, si quieren.

—¿Y cómo es que piensas ayudarnos? —le preguntó el Tsuchikage con una sonrisa socarrona en su rostro, Percy rodó los ojos.

Los Kages le recordaban demasiado a los dioses, no tanto en el poder, pero más bien en su actitud, se creían que eran demasiado.

Percy se paró en el océano, no muy segura de lo que iba a hacer pero podía intentarlo.
Respiró hondo, aquel era el dominio de su padre y podía hacer lo que se propusiera.
Sintió un tirón en la boca del estómago y comenzó a levantar sus dos manos, como si cargara algo, mientras más las levantaba, los demás se quedaron sorprendidos al ver como la tortuga también se levantaba del agua, dos manos de agua enormes sosteniéndola de los lados. Cuando tubo los brazos hasta arriba, Percy le dio la vuelta con cuidado.

Los ninjas de Iwagakure miraban a la chica con la boca abierta, el Tsuchikage se había quedado sin palabras.
Había escuchado de esa chica de parte del Raikage y de la Hokage pero no esperaba que su poder fuera tal, no había usado ningún jutsu y había sido capaz de controlar el agua a su antojo.

—Nosotros nos hacemos cargo desde ahora —dijo el Tsuchikage saliendo de sus pensamientos—, vuelvan con los demás —dijo mientras señalaba a la tortuga con su cabeza.

Percy asintió mientras se acercaba a Motoi y Aoba, al instante siguiente, una columna de agua los levantaba hasta la altura donde la tortuga se encontraba, lo único que tuvieron que hacer fue saltar, la columna cayó y Percy ya sentía el cansancio invadirla, había estado abusando de sus poderes ese día, le dio un pequeño trago al néctar, pues también había tomado antes y no quería entrar en combustión instantanea.

Sintió algunas de sus fuerzas regresar a ella, les dijo a Aoba y a Motoi que se adelantarán para ver como estaba Naruto y así lo hicieron.

Cuando llegó, vió a Naruto usando el chakra del Kyūbi, supuso que estaba entrenando por lo que únicamente se sentó en su lugar mientras lo observaba, recuperando su energía poco a poco. 



Una Semidiosa perdida en Konoha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora