Una Semidiosa perdida en Konoha.

Treinta y siete.

Percy repasó mentalmente la nueva información.

Kakashi sería el nuevo Hokage.

Sasuke había entrado al complejo donde se encontraban los Kages y los había atacado. 

Se recargó contra una pared y miró la nieve.

Al igual que a Naruto, se le hacía difícil lidiar con eso. No había conocido a Sasuke mucho tiempo, tal vez un día. 
Pero recordaba el tiempo que habían tenido en esa cueva y no podía creer que el chico con el que había pasado el tiempo fuera el mismo del que ahora le hablaban.

Y ahora, veía a Kakashi irse junto con el clon de Sai para alzanzar a Sakura y detenerla.

Naruto había pedido que lo dejaran solo por lo que ella y Yamato se encontraban juntos.

Percy no era mucho de solo estar en silencio por lo que comenzó a hablar con Yamato, él no decía mucho de su vida privada pero escuchaba a Percy y le respondía.
Pasó el rato y Yamato fue a ver a Naruto, cuando regresó con Percy le dijo que el rubio aún no se encontraba listo para irse pero si se escuchaba mejor.

Percy seguía con un mal presentimiento pero no lograba saber de qué se trataba del todo.

Se dirigió a la parte de abajo, tenía sed y quería algo de tomar pero al buscar a los encargados, los encontró en otra habitación, mirando hacia el techo.

Percy reconoció que la habitación de arriba era en la que se encontraba Naruto, el problema era que había un hoyo enorme y estaba tapado por un colchón.

—¡Yamato! —gritó Percy, a los segundos ya se encontraba a su lado, viendo lo mismo que ella, ambos se miraron e hicieron una mueca—. Voy a ir por él.

Antes de que Yamato pudiera decir o hacer algo, Percy ya corría hacia la salida, sacó a Anaklusmos mientras corría, cosa que era peligrosa pues si se resbalaba y se caía, podía enterrarse la espada pero no le importó.

Miró su reflejo, esperando ver al dios que quería, y así era.

Se mordió un dedo y manchó de sangre su espada.

—Kami no Kuchiyose no jutsu! —dijo mientras la enterraba en el suelo un momento para después seguir corriendo, vió su reflejo.

Había funcionado.

«Tiempo sin verte, Percy», la chica reconoció la voz de Hermes en su cabeza.

Y entonces comenzó a correr, corrió tan rápido que apenas y veía las formas de los árboles a su alrededor. Hermes era el dios de la velocidad también. Su único requisito era que se encontrará viajando, en una misión, cosa que era fácil.

Percy seguía el rastro de Kakashi y Naruto. Por ahí por donde pasaba solo se veía un borrón y una brisa de aire se sentía.

Cuando menos se dio cuenta, ya había alcanzado alcanzado a Naruto.

—Idiota, ¿qué crees que estás haciendo? —preguntó Percy mientras bajaba de velocidad y se ponía a lado desuyo.

—¿Cómo me alcanzaste? —le preguntó el rubio, sorprendido por su presencia pero entonces vió sus ojos, eran azules, supuso que era su nuevo jutsu.

A Percy entonces le llegó el olor de Sasuke, estaban a unos metros. Cuando llegaron, Percy vió correr a Kakashi pero no rápidamente, supuso que había usado su Mangekyō Sharingan. Sasuke tomaba a Sakura del cuello y estaba a punto de de clavarle su kunai.
Sintió un tirón en la boca del estómago mientras una ola de agua empujaba a Sasuke lejos de Sakura. Vio a Naruto tomar a Sakura, y alejarla incluso más de él.