Una Semidiosa perdida en Konoha.

Diecinueve.

—¡Naruto! ¡No te metas en esto! —le dijo Percy al ver que Naruto se dirigía hacia el Sanbi, con un Rasengan en su mano.

¿De verdad piensa que un Rasengan le ha a hacer algo al Sanbi?

Como espero, no le hizo absolutamente nada.
Percy había logrado anclar las tres colas del Sanbi con agua, así que ahora eran tres cosas en las que tenía que estar concentrada.

Cuando vió a Guren rodeada de chakra, supo que ese golpe por más que quisiera tal vez no podría detenerlo. 

—Shōton: Hishin no Yaro! —y un rayo de lo que para Percy era chakra salió disparado directo hacia el ojo del Sanbi.

Percy levantó una pared de agua para proteger al Sanbi mientras este volvía a prepararse a disparar otra de sus odiosas bolas de agua que Percy tuvo que volver a explotar en su rostro.
La pared de agua no detuvo el jutsu de Guren pero por lo menos lo debilitó un poco.
El siguiente fue Naruto que venía con un Rasengan gigante. 

—Ōdama Rasengan! —Percy no estaba lista por lo que el Rasengan dió de lleno en el ojo del Sanbi.

«¡Voy a matar a ese niño rubio también!» dijo el Sanbi, a lo que Percy rodó los ojos. 

—¡¿Puedes dejar de hablar sobre matar gente?! 

—¡Ey, yo! —escuchó su voz acercarse. Su clon venía corriendo hacia ella y le había hablado en griego—. ¿Qué está pasando?

—¡Necesito hablar con él! —dijo Percy señalando al Bijū.

El Sanbi tomó su distracción como ventaja y salto en el agua, directo a Naruto y Guren que se encontraban discutiendo.

Tienes que estar bromeando, fue lo que pensó al ver al Bijū saltar encima de ella. Comenzó a correr hacia Naruto pero unos tablones de madera la detuvieron a ella y a su clon.

—¡Yamato, suéltame! —le dijo Percy mientras forcejeaba y miraba la escena frente a sus ojos. Percy intentó levantar una pared de agua entre el Sanbi y Naruto pero no fue lo suficientemente rápida.

—Ibas directo al suicidio —fue lo que le dijo Yamato.

—¡Sí, para proteger a Naruto! —le dijo Percy mirándolo con rabia en sus ojos.

Naruto y Guren habían desaparecido dentro del Sanbi.

Percy miró a su clon, y asintieron al mismo tiempo, ya sabían que hacer.

Percy sintió un tirón en el estómago cuando una cuchilla de agua se alzó, cortando la madera que las mantenía presas. Comenzaron a correr al mismo tiempo hacia el Bijū.

—Kage Bunshin no Jutsu! —gritó Percy, haciendo el sello con sus manos. Otros cuatro clones de ella aparecieron corriendo a su lado.

Se posicionaron alrededor del Sanbi y levantaron los brazos al mismo tiempo que cuatro paredes de agua se alzaban alrededor del Bijū.
Percy miró su hazaña desde dentro y supo que aquello iba a doler cuando saliera del agua.

El Sanbi pareció divertido por lo que había hecho Percy pues para el solo eran paredes de agua por lo que intento salir de allí lanzándose directamente a una, pero fue empujado de regreso. Percy prácticamente sintió su confusión, entonces la tortuga gigante intento hundirse y huir pero tampoco podía. Percy también se había encargado de eso.

Desde afuera Kakashi, Yamato, Sai, Shino, Kiba y Akamaru miraban el muro de agua.
Los más jóvenes con mil dudas rondando en su cabeza sobre de dónde venía Percy y como era que tenía tal poder.