«Tú también me gustas», pero esas palabras no lograban tomar forma.
—¡Dile, Harry, Dile! — Le gritaba Alison desde algún lugar.
—¡No! ¡Dile que eso no es posible! Que se largue y te deje en paz de una vez.
—Creo que es hora de irme —dijo un Louis triste y apenado.
«No te vayas. Quédate»
—Si te molesto, recuerda que puedes decirme, o házmelo saber por Galen.
—No.
¿No?
¿Cómo de que "no"? O sea ¿no?
Más bien, sí.
Louis abrió sus ojos y miró directamente a Harry, él le sostenía de la muñeca, había sido un acto reflejo para evitar que se fuera.
—¿Qué? —no podía creerlo, Harry le había dicho algo, le había dicho "no", una palabra y dos letras, una consonante y una vocal, ¡había hablado! y por favor, su voz era hermosa: profunda y ronca. Creyó que había escuchado mal, Harry no podía estar hablando con él.
—No —repitió, y de verdad que Louis había sentido que se iba a una mejor vida, más bien sentía que ya estaba entrando al paraíso —, quédate.
Louis soltó el suspiro que no sabía que estaba guardando y sonrió, dejando ver sus colmillos falsos.
—Está bien.
Harry se dio media vuelta sin dejar de tomar la muñeca de Louis para comenzar a andar hacía una de las habitaciones, cuando llegaron tomaron asiento en la cama, Louis veía con interés toda la recamara mientras que Harry sólo lo podía mirarlo a él.
—Entonces ¿te gusto? —Louis volteó a verlo de inmediato con una sonrisa, pero Harry seguía serio.
—Sí.
—Bien.
—¿Bien? —le empezó a gritar Alison, quería que se lo tragara la tierra, después recordó que Louis no la podía ver, así que trató de ignorarla —¿Cómo que bien? Se dice "tú también me gustas", ¿que tienes en la cabeza?
—Creo que lo mejor será que me vaya para...
—¡No! —lo cortó, viéndolo a los ojos, estaban tan cerca.
—Para que duermas tranquilo —terminó y sonrió de lado ¿sería raro decir que le daba ternura como actuaba Harry? Porque lo hacía.
—Puedes dormir aquí —dijo sin pensar.
—¿Qué mierda haces? —le regañó Emma —¿Qué parte de sólo-quiere-tu-dinero aún no queda claro?
—Harry, no creo —pero no lo escuchó, su nombre se escuchaba muy bien saliendo de sus labios —que sea buena idea que me quedé, no quiero incomodarte.
—Quédate —no sabía que le había dicho, pero quería pedirle que se quedara, sólo quería eso.
—Pero...
—Por favor —le interrumpió —, al menos que no quieras.
—No, no es eso, sólo que...
—¿Qué? —Louis sonrió más, a Harry le encantaba interrumpirlo y por alguna razón no le molestaba.
—Es algo raro que me quedé a dormir.
—Pero yo te gusto.
—Sí ¿pero...?
—Entonces no importa que sea raro, sólo quédate —Louis rió un poco y Harry quedó hipnotizado por eso; el menor ya se había resignado a quedarse en esa mansión por esa noche, y a que nunca podría tener una conversación con él.
—Bien —Harry se puso de pie y empezó a caminar, Louis lo siguió sin preguntar, llegaron al final del pasillo, Harry miraba hacia el piso —. Aquí puedes dormir, am, por si te quieres bañar o cambiar antes de cenar —«sigo siendo un vampiro» recordó Louis—. Yo iré a mi habitación a arreglarme; cuando esté listo paso por ti para cenar, am, bueno, si quieres, si no pues no —Louis notó su nerviosismo, así que le tomó la mano con cuidado, muy delicadamente. El mayor se había empezado a ruborizar manteniendo la vista fija en sus manos.
—Está bien, Harry.
»
Cuando Louis entró al baño y cerró la puerta, Harry salió corriendo a su habitación, se metió rápido al baño y tomó un buena ducha pero optimizando bien el tiempo, Alison y Emma gritaban desde fuera pero no les prestó mucha atención, seguramente estaban peleando como siempre.
—Siento que está invadiendo nuestro espacio.
—¿Qué espacio? —le gritó —Nosotras no ocupamos ningún espacio.
Harry sin hacerles mucho caso salió del baño ya vestido con su pijama, no se retrasó más y salió en busca de su amado, ¡ajam! quiero decir, del chico que le causa esas mariposas en el estómago, tocó la puerta y una voz le indicó que podía pasar. La escena era realmente muy tierna, Louis se había puesto una de las pijamas que ahí había pero estas eran de la misma talla que las de Harry, por lo que le quedaba completa, ridícula y hermosamente gigante, sin darse cuenta el mayor sonrió, ¡pero de verdad sonrió! dejando ver sus dientes y sus hoyuelos. Louis definitivamente no dejó pasar ese gesto.
—Vamos —se limitó a decir, Louis lo siguió, era una escena digna de ver, cualquiera hubiera pagado para ver como Harry Edward Slorah no sólo había hablado con alguien que no fuera de su sangre, sino que aparte había ido hasta su habitación para que bajaran juntos a cenar.
Espero que entiendas que esto es algo que aparecería en los libros de historia si no fuera porque no pasaron a la historia. Bueno, continuemos.
Así que en pijama ambos tuvieron su primera cena juntos, en donde Harry a veces se dejaba vencer y llevaba su mirada a donde estaba el menor, encontrándose con que él ya lo estaba viendo. Para Louis le fue difícil cenar ya que no podía apartar la atención de ese chico misterioso, ya había escuchado su voz, pero no dejaba de estar lleno de silencios, y él los quería escuchar todos.
—¿Sabes? —Louis no esperó una respuesta, sabía que Harry no empezaría a hablar tanto así como así —Yo realmente no quería ir a la fiesta, quería estar con mis amigos, son mis amigos ¿no? No llevamos años conociéndonos pero yo diría que son mis amigos, bueno, quería estar con ellos, pero también quería estar contigo, siempre quiero estar contigo, si soy sincero, bueno, no tan así —Harry sonrió ante el evidente nerviosismo del chico —, si quiero estar contigo pero no de una manera enferma, me refiero a que quiero estar contigo porque me gusta estar contigo, incluso aunque últimamente hemos estado juntos (aunque había una puerta entre nosotros), bueno, ya no me acuerdo que te estaba contando.
Lilia los veía desde la cocina, sonreía a más no poder ¿y cómo no? Si su Harry estaba sonriendo.
—Como sea, nunca he sido un chico de salir mucho, no quiero sonar presumido o algo así, pero soy muy divertido y aun así no me gusta salir, no mucho, más bien a fiestas, me gusta ir al parque, a la plaza, por un helado me entiendes, ¿no?
—No —Harry juraría que había pensado esa respuesta como lo había hecho durante tantos años, pero era muy claro que cuando se trataba de Louis caía en el error de decir lo que pensaba, al levantar la mirada se encontró con la del chico, esta ya no tenía el brillo particular que tanto le encantaba.
—¿No has ido a un parque?
—No, para eso está el jardín.
—¿Por un helado?
—No, me lo traen.
—¿Y a la plaza?
—No, ¿para qué?
Louis sintió como si su corazón se hubiera roto un poco, le dolió. De algo estaba completamente seguro y era que Harry no era una persona solitaria, porque incluso esas personas disfrutaban de salir, pero él no, ¿quién le había hecho eso? ¿su padre? ¿su madre? ¿por qué? ¿Harry realmente había vivido una vida de la casa a la escuela y de la escuela a la casa? Eso no sólo era ya algo raro, sino hasta cruel.

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Un destino contigo [L.S]
Teen Fiction-Estás condenado, hijo. Que no se te olvide, nunca -se dio media vuelta para salir. Al cerrar la puerta las lágrimas empezaron a resbalar por sus mejillas, hace mucho que no sentía ganas de llorar, todavía más el tiempo en que no se lo había permiti...