Boda

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Galen fue la que actuó más paranoica, no sólo no quería casarse con Louis, no quería casarse con su mejor amigo si él estaba enamorado de su hermano, y mucho menos si su hermano estaba enamorado de él. Pero no pudo negarse, Giles no cambiaría de opinión y ya sabía ella qué pasaría si no lo hacía.

En la noche llegó Anais, pero ahora ni siquiera Galen sentía ganas de verla, no olvidaba que había dado en adopción a su hermana mayor y lo había ocultado, constantemente se preguntaba qué otras cosas ocultaba y si le gustaría saberlas.

Así el sol cayó y la luna se colocó en el cielo, Harry se fue a acostar temprano y al poco rato llegó Louis para colarse por las mantas y quedar a su lado. Se sentía como una despedida, como una última vez. No hablaron, pero Louis no dejó de acariciar el brazo derecho de Harry mientras él dejaba un beso en la coronilla de Louis a cada minuto. Durmieron juntos para después despertar en el día que los separaría.

«Pero seguiremos juntos» pensaba Louis «Él no la ama a ella, él no la quiere, me ama a mí como yo lo amo a él.... aunque se vaya a casar con ella».

Mientras tanto, Harry no dejaba de ver a Emma y a Alison hablando y discutiendo, trataba de no verlas pero era algo involuntario, no podía hacerlas desaparecer, estaba asustado y triste, y ellas lo sabían.

—Yo te dije que no te amaba, ¿por qué no lucha por ti? —le decía Emma.

—Harry, tienes que luchar por él, sólo con Louis seremos felices, así no tendrás que necesitarnos —le insistía Alison.

Y eso era sólo algo de las muchas cosas que le decían. Sólo cuando veía a Louis acostado en su pecho durmiendo lograba acallar sus voces.

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Galen casi nunca pensaba en el día que Harry se fuera a casar, pero cuando lo había hecho, se imaginó un día feliz, donde el sol brillara en el cielo azul, mientras todos estaban emocionados por el gran día, pero aunque sí había sol y parecía que no habría nubes, todos estaban más tristes que contentos.

Recordaba todas las veces que había peleado con Harry por ser tan amargado que alejaba a todas las personas. Recordó a Olivia y como lo hizo feliz, por más corto que haya sido.

Cuando bajó a desayunar sólo se encontró con sus padres y con Louis.

—¿Dónde está Harry?

—Lilia les subirá el desayuno a los novios. —respondió Giles —Es sólo para asegurarnos que no se vean antes de la ceremonia.

—Cariño —le habló Anais —, tu padre ya me habló de tu compromiso con Louis.

—¿De verdad? Creí que sería una sorpresa más para la boda.

—Galen —la reprendió Giles —, tu familia tiene el derecho de saberlo. Ahora desayuna, no quiero que se nos haga tarde.

Todo el desayuno transcurrió en silencio, pero bajo una atmósfera de tensión e incomodidad.

Al subir a su habitación ya estaba la estilista y la modista para ayudarla. Ni siquiera con el peinado más bonito y con el vestido que más le había gustado por hacerla parecer una princesa logró sentirse mejor. Sentía que todo eso estaba mal. Y algo le decía que no se equivocaba.

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Louis había estado en su habitación más del tiempo que necesitaba dándole vuelta a sus pensamientos, y al final no pudo evitar el primer impulso que tuvo desde que había salido de la habitación de Harry: fue a buscarlo. Tenía que hacerlo, sentía que debía de hacerlo. Dijera lo que dijera el señor Slorah, Louis no podía evitar pensar después de ese día que Harry era un hombre casado.

Un destino contigo [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora