Un destino contigo [L.S]

Verdades

—Nunca creí que mi padre, mi padre biológico fuera el dueño de Against-Water, lo tengo instalado en mi celular —dijo Gisèle aun viendo todas las cartas y fotografías que habían llevado.

Contarle a Gisèle lo que le querían contar no había sido fácil, decirle a alguien que conoces una parte de su historia es raro de por sí, pero ya estaban en Pícardia y la tenían en frente a ellos; les costó convencerla de que se quedara (lo cual tenía sentido ya que a pesar de todo no dejaban de ser dos completos extraños para ella), pero después de que Louis le dijera su nombre y lo que recordaba, fue suficiente para que cancelara los planes que tenía; después tendrían que decirle quien era su familia... Creyeron que tal vez podría llorar, gritar o que incluso no diría algo por la sorpresa, pero se lo había tomado tan bien como a alguien a quien le dicen que le ha llegado el correo.

—Exactamente ¿Cómo te lo estás tomando? —Galen no entendía muy bien que estaba pasando, así que sintió la necesidad de preguntar.

—Bueno, era obvio que alguien me había traído al mundo, digo, la biología así lo explica, era pequeña pero ya podía recordar las cosas perfectamente... Si soy sincera pensé que mis padres vivían en la calle, o que mi mamá era soltera, incluso, bueno, tal vez que estaban muertos —llevó su mirada a Louis, ella sabía porque él había llegado al orfanato; pero Louis continuó mirando a un punto fijo en el piso mientras la escuchaba hablar —. Nunca me imaginé algo así. Me sorprende como me encontraron.

—El nombre de tu papá está en Wikipedia, realmente no fue muy difícil —Galen le sonríe y su hermana le devuelve la sonrisa.

—¿Y cómo llegaron? ¿Tu papá sabe algo? —Ahora Gisèle ya sabía la verdad de su familia, pero aun así no sentía que ese señor fuera su padre, lo sentía más de Galen que de ella, su verdadero padre estaba en Francia con ella.

—No, fue nuestro hermano el que pagó el vuelo y todo, con el dinero de papá, claro, pero sin que él se diera cuenta.

—Debe de ser emocionante salir de tu casa y tomar un vuelo y después ver qué pasa.

Galen pensaba eso, pero ahora pensaba en las posibilidades de quedarse en una casa que era del padre de Gisèle, y que ella misma viniera para darles las llaves, era algo irreal. Era el destino.

—Más que emocionante es esperanzador, ya sabes, encontrar a tu hermana. No es algo que pase todo el tiempo.

—Sí, me imagino. Bueno, espero que no se lo tomen a mal, pero no pienso contarle a mis padres, mínimo no por ahora; sinceramente no creo que ellos se lo tomen muy bien. Podemos salir si quieren—volvió a voltear a ver a Louis, está vez pudo encontrar sus ojos —juntos.

" . . . "

Galen le había dejado como mil mensajes y cien llamadas perdidas, sabía que eso era buena señal pero no podía confirmarlo con Irene a lado, aunque no era realmente malo estar en su compañía aún no sabía si podía confiar en ella.

—¿Tu padre ya te dijo que regreso con ustedes? —Eso hizo enojar a Harry, no porque no le hayan contado, sino porque su padre no podía hacerle eso, necesitaba más tiempo, tenía que tener más momentos con Louis, no podía hacerle casarse tan pronto —Tomaré eso como un no. Supongo que tampoco sabes que nuestros padres quieren que nos casemos este verano.

—Creo que queda claro que soy el último en enterarse de los planes que me conciernen.

—Edward, no tienes que casarte conmigo. No si no quieres.

—¿Lo dices por consideración o por qué esperas que sea yo quien evite este matrimonio?

—Lo digo porque es obvio que no es lo que quieres. No te puedes enamorar de alguien nada más conocerlo pocos días —podía contestar tantas cosas a eso, podía preguntar que ¿realmente era necesario el amor para poder casarse?, o ¿Qué le hacía creer que casarse tenía que ser algo que él quisiera? Pero como siempre, Louis ocupaba sus pensamientos, más concretamente su primer encuentro y fue la razón de su respuesta.

—¿Qué te hace creer que no?

—¿Estás enamorado de mí?

—¿Qué te hace creer que hablaba de ti? —Irene sonrió ante la respuesta.

—Claro, olvide al encantador chico.

—Realmente encantador.

—¿Sabes, Slorah? Una vez leí que el amor era lo que hace girar al mundo, pero fui creciendo y esa idea cambió un poco, ya que mis padres siempre me han dicho que es el poder es lo que lo hace girar, y como el dinero le da poder a las personas, son las personas con dinero quienes realmente lo hacen girar.

—Nos educaron bajo las mismas creencias.

—Pero sin embargo yo no me creía eso, no del todo. Es el amor lo que te hace hacer cosas valientes como a su vez hace que te acobardes, saca la mejor versión de ti ante la persona que amas pero la peor ante las personas que intervienen en su amor; es el amor el que nos impulsa a seguir, a ver un futuro feliz, es el amor el que nos hace humanos.

—Que tontería —susurró Harry muy bajo, pero sin escucharse, porque la persona que lo decía era él pero del pasado, antes de Louis; él (del presente) comprendía todo lo que Irene le estaba diciendo.

—El dinero sólo saca lo peor de nosotros: la ambición, el egoísmo, la deshonestidad. No digo que todas las personas con dinero sean así, pero, si esas personas no tienen amor, lo más seguro es que sean las personas más miserables, imagínate: deben de creer que lo tienen todo pero realmente no tienen nada.

—¿Y cómo son tus padres? ¿Cómo eres tú?

—Nunca me he enamorado, pero créeme, te prometo a ti, a mí y al universo que cuando encuentre a la persona correcta lucharé por ella y me aseguraré de ser mejor persona.

Continuaron caminando por el jardín en silencio, mientras Harry aún pensaba en lo que le acababa de decir.

—Te prometo a ti, a Louis, a mí y al universo que lucharé por él y me asegurare de ser mejor persona —Irene no pudo evitar sonreír ante eso.

—Tu promesa está segura conmigo.