Padre

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Era increíble cómo una persona podía llegar a tu vida y cambiar todo lo que antes creías creer, y como antes pensabas que sabías lo que solías sentir. Harry se sentía de alguna manera más libre, más feliz, más completo, más él; sentía que se estaba encontrando y eso le hacía sentir orgulloso de sí mismo.

—No te muevas —le regañó, aunque sin ninguna emoción de enfado.

—Galen nunca me contó que sabías pintar, pudimos ahorrarnos todo esto —desde que Louis había llegado Harry lo había tomado como modelo para hacer un retrato de él —. Llevo como diez horas así —se quejó.

—Déjame terminar la primera base.

—¿No era más fácil que me dibujaras y ya? —realmente no le molestaba estar ahí sentado mientras Harry le dedicaba la mitad de su atención (ya que la otra iba al lienzo que tenía enfrente), aparte de que se perdía mientras apreciaba toda la habitación, era grande (como todas las habitaciones de esa casa), había una pared que tenía un librero que la cubría completamente, desde el piso hasta el techo, estaba completamente lleno de libros; de la pared paralela a esa colgaban muchos cuadros de todos tipos y tamaños, desde retratos, paisajes hasta figuras que para él no tenía ningún sentido; enfrente de este estaban los ventanales que daban a una pequeña terraza llena de flores; en una esquina estaba un piano, a lado de este descansaba una guitarra acústica. Para él toda esa habitación era una fantasía, parecía que estaba metido en la habitación de algún castillo.

—Sería más fácil si guardas silencio y me dejas trabajar —Louis intentó reprimir una risa pero no le salió muy bien. Harry soltó un suspiro.

—Está bien, terminamos por hoy.

—¡A ver! ¿Cómo salí? —Cuando estuvo junto a Harry vio una réplica exacta de él en pintura.

—Aún me faltan algunos detalles, la terminaré esta semana.

—Pues yo lo veo muy bien —su voz sonó inexpresiva por la sorpresa.

—¿No te gusta?

—No, no, no. Me encanta, sólo que, wow, no sabía que pintabas así.

—Lo terminaré esta semana, serás el primero en verlo, después de mi, claro —alguien llamó a la puerta, haciendo que Louis guardara silencio —. Adelante —Galen apareció con una enorme sonrisa.

—¿Van a bajar a desayunar? ¿O quieren que Lilia les suba el desayuno?

—Ya vamos, espéranos.

Louis fue hasta la entrada con Galen mientras que Harry guardaba sus pinturas y tomaba sus pinceles.

—Pinta muy bien ¿no crees? —le dijo Galen con orgullo.

—Bastante como para que no lo hayas mencionado.

Los tres estaban bajando las grandes escaleras cuando un hombre salió de la sala de estar, poniéndose al final de las escaleras. Galen sintió como el color se le iba de la cara y como las piernas le empezaban a temblar aunque no duró mucho ya que rápido recobro la compostura, en cambio Harry no sentía, era como si de repente la parte de él que tenía sentimientos se hubiera apagado, dejándolo con el semblante serio de siempre; Louis, en cambio, seguía bajando las escaleras junto a ellos sin saber muy bien qué estaba pasando. Se quedó atrás de ellos una vez que llegaron hasta el hombre.

—Edward —saludó dirigiéndole una mirada al chico, después se volvió a la chica —. Anais —ambos hermanos hicieron un asentimiento de cabeza en forma de saludo.

Non hai avvertito che verrai —habló Harry. Louis estaba impactado al escucharlo hablar, de inmediato se sintió apenado ya que no logró siquiera reconocer el idioma.

Un destino contigo [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora