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Louis lo había planeado desde que Harry le había dicho que nunca había salido de su casa, él era una persona que no creía en los nunca ni en los siempre, así que sería él mismo el que sacaría a su hermoso príncipe del castillo encantado. Louis le había pedido que cancelara sus clases del viernes y Harry así lo había hecho.

—No creo que le tengas que hacer caso a alguien a quien acabas de conocer.

—No lo acaba de conocer.

¿Emma y Alison estaban discutiendo? No era novedad.

—Yo creo que es muy bueno que hables con alguien que no se apellide como tú.

—Yo soy tu amiga desde mucho antes, y sé que esto está siendo un completo error, no le veo lo bueno, y aunque lo tuviera no importaría ya que nada de esto va a terminar con un final feliz.

Eso le hizo pensar, tenía razón, él lo sabía ¿por qué había sido tan ingenuo al pensar que tal vez en algún futuro podría pasar algo con Louis?

—No le hagas caso —le dijo Alison tomando asiento al lado de él —, tiene razón, ¿pero por qué vivir toda una vida triste cuando puedes formar recuerdos felices? —eso le hizo sonreír, era justo lo que necesitaba.

—La peor guerra es la que no se hace —le dijo mientras le sonreía; sólo con ese gesto tuvo suficiente para sentirse mejor, más fuerte, de alguna manera creía que era indestructible.

Alguien llamó a la puerta y él de inmediato se levantó para abrir, al otro lado estaba su príncipe.

—¿Qué haces aquí?

"¿Qué haces aquí?" ¿Es en serio? —le reclama Alison —De todo lo bonito que le podías decir ¿le dices eso?

—Quería darte una sorpresa —le sonríe como si no le hubiera molestado que Harry le hablara así, y es que no lo hacía, se podía decir que lo entendía.

—Oh.

—Vine por ti para ir al parque.

—¿Qué?

—No, no, no, — le decía Emma —que ni piense que vamos a ir, está realmente loco, te digo que no es bueno para ti.

—Bueno, no quiero obligarte, pero me pareció buena idea que fuéramos —Harry lo miró para después darse la vuelta y llegar hasta su cama, cuando se sentó Louis llegó hasta él para imitarlo. Sabía que estaba serio, no porque quisiera estarlo, simplemente así era su cara en estado natural.

—No puedo —dijo en un susurro, por primera vez no quería seguir las reglas.

—Claro que sí, yo sé como llegar, te llevo y te traigo.

—No puedo —repitió, iba a ahogarse en sus pensamientos, así que mejor los dejo salir —. De verdad no puedo, Louis, no es que no quiera salir contigo.

—¿Por qué? —su voz sonaba triste, Harry quería morirse por eso, Louis siempre se mostraba feliz y que ahora estuviera así era nada más que su culpa.

—No puedo —había mucho que explicar, pero todo se resumía en esas dos palabras Louis soltó un suspiro antes de levantarse y tender su mano a Harry —¿Qué?

—No puedes ir al parque, pero podemos ir al jardín ¿no? —Ahora Louis se volvía a mirar feliz, así que le sonrió antes de darle la mano. El menor ya no estaba tan perdido en esa gran casa, así que supo como llegar al jardín, pero antes de ir a su destino pasó por el comedor para tomar la canasta que había dejado, sí, había preparado un picnic para ellos, y nada lo iba a arruinar.

Se sentaron en el pasto rodeados por las flores, Louis había preparado sándwiches de Nutella, él no sabía cocinar así que tenía que hacer algo rápido, sencillo y rico, también había traído un pastel de nuez y un poco de fruta picada. A Harry no le importó, la verdad no recordaba la última vez que había comido sándwiches de Nutella (ni siquiera recordaba la primera).

Comieron en silencio, pero no era un silencio incómodo, era distinto al que ambos habían vivido por tanto tiempo; Harry había tenido tantas tardes comiendo completamente solo, él y los cubiertos, a veces aparecía Emma o Alison, pero era particularmente esa hora del día en que se sentía más agotado emocionalmente que no se molestaba en imaginarlas; Louis, en cambio, siempre estuvo sentado en una mesa en donde lo que sobraban eran personas, siempre en compañía pero sintiéndose ridículamente solo. Pero ahora era diferente, se tenían el uno al otro, y aunque no dijeran algo se sentía su presencia, y eso era mucho más que lo que tenían.

—Louis —su nombre sonaba tan bonito, no pudo sentir la felicidad que brotaba desde su pecho y que se extendía por todo su cuerpo.

—¿Si? —dijo sin evitar sonreír; Harry seguía con la vista baja.

—Yo, yo nunca había probado esto.

—¿De verdad? —no es que no le creyera, sólo le sorprendía.

—Sí. Pero me gusta, es dulce, como tú —ahora sí, Louis sentía como el rubor bañaba sus mejillas, pero no se sentía apenado, incluso podría decir que estaba orgulloso.

—Eres muy lindo, Harry —el mencionado levantó la mirada, su expresión seria decía nada, pero Louis leía todo en sus ojos.

—¿Por qué eres tan lindo conmigo?

—Porque me gustas.

—Sí, pero, fui muy grosero contigo al principio, te ignoraba, eso no estuvo bien.

—Yo no...

—Aparte —lo interrumpió —estoy seguro de que tus amigos te hablaron de mí y te contaron la mala persona que soy.

—No eres...

—Lo que más me molesta —lo interrumpe (otra vez), y Louis no se molesta (otra vez) sólo sonríe; Harry arrugó su entrecejo, viéndose enojado —es que tú lo confirmaste después. No me merecía poder dirigirte la palabra, no era digno de tu atención, mucho menos de tu compañía —ahora era Louis quien quería callarlo, pero Harry casi nunca hablaba, necesitaba sacar todo lo que le atormentaba, y él estaba dispuesto a pasar por esos tormentos si al final significaban que Harry estaría bien —. Tú eres tan —hizo una pausa —, todo lo que pienso cuando pienso en ti es en adjetivos buenos, bonitos, agradables, como suaves ¿me explico? Positivos. Pero siento que ningún adjetivo puede describirte tal cual eres, incluso si usara veinte; el único que creo que es perfecto para ti es que eres Louis —Louis se quedó con cara de qué-estás-diciendo?-es-obvio-que-soy-Louis; y Harry dejó de tener cara de enfadado para sonreír y así mirar al chico.

»Nunca había conocido a alguien con tu nombre, creo que podría decir que no había conocido a alguien antes de ti y sería verdad, pero mi punto es que tú eres tan tú, y eso es más que perfecto. —su expresión había cambiado (otra vez) y ahora se miraba triste —Supongo que es por eso que me causa conflicto que me hayas escogido.

—Ay Harry, es una tristeza que no puedas ver que yo pienso lo mismo de ti.

—¿Por eso te quedaste?

—Eres más de lo que piensas.

—La gente no piensa lo mismo.

—No importa la gente, ignore todo lo que me dijeron porque algo me decía que tú eres especial, todas las personas lo somos, pero tú eres especial para mí, como el destino.

—¿Ves? Justo ahora estás siendo tú, y me gusta.

—¿Estás diciendo que te gusto? —le preguntó de forma burlona, pero con toda la esperanza de que así fuera.

—No lo sé.

Y te puedo decir como la narradora de esta historia que ese "no lo sé" era el peor disfraz para el , hasta Louis pudo darse cuenta ya que sonrió.

Un destino contigo [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora