Galen siguió buscando a su hermana después de noche buena, pero no sirvió de mucho ya que hacía lo mismo esperando encontrar resultados diferentes; no quería molestar a los chicos, estaba esperando a que ellos fueran los que sacaran el tema, pero pasaban los días y ninguno de los dos hablaba al respecto. Ella no iba a presionarlos, y menos a Louis, ya que, aunque fuera él de mucha ayuda, el tema era algo ¿personal? para él, lo que menos quería era que recordara cosas que no quisiera; y Harry pensaba igual que ella, él sólo quería tomar a Louis con mucho cuidado y meterlo en un cajita para que nada malo le pasara, quería protegerlo de todo lo malo.
Año viejo fue como un día normal, de hecho Galen fue a una fiesta con sus amigos; durante el último día del año Harry y Louis siguieron su rutina habitual, con excepción de que Harry le enseñó a Louis el cuadro terminado, había pensado en dárselo de regalo, pero aun y cuando amara a Louis con todo su corazón no dejaba de ser sumamente egoísta, ese cuadro era lo único que siempre podría conservar de Louis, era su mejor obra de arte, «es la mejor obra de arte del mundo», pensaba siempre que lo veía.
Harry lo tenía todo planeado.
—Eso quieres creer —le decía Emma.
El último día del año sería diferente a como todos los días que habían tenido juntos no porque no quisiera seguir teniendo más así, sino porque quería mejorarlos. Era una forma de decir que lo pasado se quedaría ahí. Estaba seguro de que así iba a hacer, incluso aunque eso significaba romper las reglas. Louis lo valía.
Cuando Galen llegó a casa no sólo arrastraba el cansancio y un dolor de cabeza infernal, sino que también cargaba con la molestia de lo que le diría Harry por haber llegado tan tarde. Pero él no la estaba esperando, su sentido común le decía que fuera corriendo a su habitación y que ahí se mantuviera escondida, pero su sentido racional le decía que no había razones suficientes para que Harry no estuviera en la sala listo para regañarle, fue hasta la habitación de Lilia para preguntar por su hermano.
—Salió con Louis —le dijo sonriendo. Galen boqueo antes de poder hablar.
—¿Cómo que salió?
—El señor Slorah me dijo que irían al río y después regresarán para la cena.
—P-pe-pero.
—Y también me dijo que no le contara a alguien más. Pero usted no es alguien más.
Galen sabía que Lilia sabía que estaba diciendo, y Lilia sabía que Galen sabía que le había querido decir.
Harry había salido de esas paredes. No para ir a una fiesta de Against-Water, no para ir a la escuela; había dejado ese lugar para salir a explorar... con alguien más, con alguien a quien él amaba. Harry había dejado de ser un prisionero.
» » «
Harry conducía mientras Louis lo miraba de la forma menos disimulada posible, conducían por una carretera en donde el cielo estaba adornado de brillantes nubes blancas, con naturaleza abriéndose a su paso, un paisaje increíblemente hermoso y digno de ver; pero Louis no quería ver el paisaje, él quería ver a Harry.
El río no era precisamente un río, era una pequeña corriente de agua que se extendía kilómetros y kilómetros hasta que descendía al río. Cuando llegaron, Harry estaciono el coche cerca de los árboles, pensaba en como antes de Louis nunca había usado su coche, sonrió internamente por eso.
Empezaron a caminar a la orilla de la corriente, no tenían mucho que decir, y eso no le molestaba a ninguno, era un silencio cómodo, algo que no habían conocido hasta que se encontraron. Después de tal vez doscientos metros Harry entrelazo su mano con la de Louis, haciendo que el menor sonriera. Esa hermosa sonrisa y sus manos entrelazadas hizo que en el rostro de Harry sus labios hicieran una pequeña curva, una pequeña sonrisa, que él sintió que era su más grande sonrisa. Louis lo notó y lo miró con una sonrisa todavía más grande.
—¿Sabes? —aunque Harry no sonrió más (físicamente), él sintió que sí lo hizo —Eres muy lindo.
—Ya lo sabía, no te molestes, pero sé lo que la gente piensa de mí.
—No sólo me refería que eres muy lindo físicamente. Sino que como persona eres lindo también, incluso podría decir que un poco romántico.
—¿No te esperabas que en nuestra primera cita estuviéramos caminando en un bosque siguiendo un caudal?
«Primera cita» Louis conservó esas palabras «Harry me trajo a una cita», pensó que nunca había sido tan feliz, que su corazón estallaría de cariño.
—Si soy sincero, ni siquiera espere una primera cita.
Siguieron caminando de la mano, a veces Harry miraba disimuladamente a Louis, después era turno del menor de verlo disimuladamente. Y así los siguientes kilómetros. No se cansaron y tampoco se aburrieron, tenían toda la paz que necesitaban y toda la felicidad que merecían (pero que ellos aún no creían).
Llegaron hasta donde empezaba el río, la corriente de agua era tan fuerte que se escuchaba, daba un poco de miedo. Y tal vez fue eso lo que le dio valor a Harry de hablar.
—Louis —el nombrado se volvió para verlo, verde contra azul —. Me gustas —una sonrisa se fue formando en los labios del menor. Era la primera vez que se lo decía —. Y te quiero, mucho.
—Yo también te quiero.
Y Harry no escuchó a Emma gritándole todas las posibilidades de que fuera una mentira, o que aunque todo fuera real nada de eso funcionaria. Ni siquiera Alison hizo acto de presencia, ninguna de las dos. Ahora sólo eran Harry y Louis. Louis y Harry. Él y él. Ellos.
Olvidando todo lo que había aprendido durante veintiún años, y sólo haciendo caso a lo que Louis le hacía sentir fue que lo besó.
Tuvo que agacharse un poco, y Louis se puso de puntitas mientras alzaba el cuello lo más que pudo.
Se besaron. Un beso demasiado torpe aun para ser el primero. Pero era eso lo que lo hacía perfecto.
El primer beso de Louis.
El primer beso de Harry.
Su primer beso.
Probablemente no duró más de tres segundos, pero fue lo suficiente para estar seguros de que ambos estaban completamente conscientes de que era lo que querían: a ellos. Querían un nosotros.
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Un destino contigo [L.S]
Teen Fiction-Estás condenado, hijo. Que no se te olvide, nunca -se dio media vuelta para salir. Al cerrar la puerta las lágrimas empezaron a resbalar por sus mejillas, hace mucho que no sentía ganas de llorar, todavía más el tiempo en que no se lo había permiti...