Durante el día Ángel buscaba el calor que su maestra le brindaba, el estar junto a ella le traía tanta calma y paz. Sentimientos antes olvidados crecieron con solo el toque de su mano, Ahora Ángel deseaba estar cerca de ella.La hora del almuerzo había llegado angel ve como Altagracia se despide de sus estudiantes y les recuerda con dulzura las reglas de el receso. Ángel no se atreve a moverse solo continua dibujando en su cuaderno con esperanzas de que Altagracia no lo obligue a ir con los otros niños.
Altagracia camina hacia el pupitre de angel se agacha a su lado diciendo:
-Cuando era niña me encantaba dibujar, pensaba que yo podría ser una gran artista. Creo que tu si lo serás. Esos policías se ven espectaculares- sonríe acariciando el rizado cabello.
Ángel une su mirada con la de Altagracia, su mirada la hacia sentir completa, era como mirar aquella niña que le arrebataron.
-Sabes te hare una invitación ¿deseas acompañarme a comer mi almuerzo? Tengo suficiente para los dos. -Angel busca su mano cálida, suave tanto como lo eran los de su madre. Altagracia guía al niño hacia la cafetería, Altagracia con la mirada busca un lugar donde pudieran estar tranquilos. Al encontrarlo le indica a angel que la espere en esa mesa. Altagracia calienta la comida para los dos, ella no puede evitar sentirse tan maternal nuevamente. Ese sentimiento que le arrebataron tan cruelmente.
-Aquí esta tu porción, por favor comételo todo no quiero que te desmayes en mi cuidado.
Ángel toma un bocado y una sonrisa ilumina su rostro. Esta comida era como tener devuelta a su mama en la cocina. Escuchaba en su mente la dulce risa de su madre después que angel le decía una broma mientras cocinaba.
-¿ Te agrada ? Mi mamá me enseño a cocinar desde chica esta era su comida favorita.
Angel continuo comiendo mientras miraba cada movimiento que su maestra hacia.
- ¿que te apetece hacer después? Podemos ir a jugar, oh podemos colorear si deseas.- Ángel la mira y sonríe si desea jugar se levanta con rapidez toma la mano de Altagracia guiandola a los columpios. -Apuesto a que no sabes columpiarte mejor que yo- dice Altagracia entre risas mientras se comienza a columpiar. Angel toma el reto y se colupia tan alto que sentia que volaba.
Su madre estaba en ese cielo volando en lo mas alto, esta tan contento de estar columpiándose con Altagracia. Así de feliz debe de sentirse su madre, en libertad de la maldad de un mundo tan oscuro. Por primera vez desde la muerte de su mamá, Ángel entiende el verdadero significado de volar. El mira a su maestra su risa le parece desconocida, nueva y cálida. Mira como sus cabellos rubios vuelan como si fueran parte del mismo viento. En ese instante su risa deja de ser silenciosa, ríe mucho tanto que sus ojos dejan escapar lagrimas que eran reservadas para su mamá.
La campana suena interrumpiendo los momentos más divertidos de Altagracia y sus estudiantes. Después de la competencia de columpio los estudiantes pedían mas juegos junto a ella, la cual no se podia negar. Ellos eran los dueños de su helado corazón. Todos sonreían mientras caminaban juntos al salon de clase, Ángel sujetaba su mano mientras escuchaba a otros estudiantes contarle bromas a las que el solo respondía con una risa pequeña.
-Ángel- Altagracia siente como el calor desconocido pero tan cálido que le brinda angel se desvanece mientras que el corre a los brazos de un hombre. Altagracia deduce que es su padre y un sentimiento extraño la invade, No sabe como describirlo pero ese hombre la intrigaba. Decide ignorar sus sentimientos, es lo que mejor hace ignorar todo sentimiento. Altagracia se da la vuelta entra al salon y comienza la lección.
-Sólobvine a ver como estabas Champ! Estaba muy preocupado en la comisaría por ti, también voy a hablar con la directora para decirles situación si? ¿Estas bien?- Ángel le contesta con una sonrisa, besa a Leon en la mejilla y decide volver a los brazos a la que le devuelve la esperanza.
León ve a su hijo correr hacia su salon, ¿era una sonrisa lo que le a ofrecido su hijo? Llevaba tanto tiempo sin sonreír que ya se le olvidaban los pequeños ojuelos que se le formaban en las mejillas. Como sus ojos azulados se enchinan un poco mas cuando ríe. Pero lo que mas extraña es su voz. Leon suspira y se dirige a la oficina de la directora.
-Buenas tardes vengo a hablar con La directora Eunice-
-Tome asiento La directora estará con usted en unos minutos.- Dice la asistente con una sonrisa mientras que toma su teléfono avisándole de su presencia.
Luego de unos minutos Leon escucha un acento peculiar.
-Buenas tardes Señor Contreras lo esperaba.- La directora le indico que la siguiera hasta su oficina. -tome asiento Señor contreras y cuénteme como podemos ayudar a ese pequeño Angelito.- dice Eunice mientras se sienta frente de León.
-Gracias por recibirme en la tarde, mi trabajo no me permite flexibilidad. Necesito Dejarle saber la situación de Ángel, y como espero que podamos trabajar juntos para ayudarlo.- León dice con preocupación en su tono.
-Señor contreras aquí estamos para ayudarlo, cuéntenos que procedimientos debemos tomar.- Eunice contesta mirando a León con cierta pena ella se compadece de el dolor humano.
Leon le cuenta a la directora todo lo sucedido con su esposa, le explica los procedimientos que los profesionales le ofrecieron. Eunice escucha atentamente tomando notas.
-Cómo desearía que su maestra estuviera aquí para escuchar estos consejos, lamentablemente ella no le gusta ser interrumpida en sus lesiones pero pues yo le pasare estas notas.- León satisfecho sonríe y se despide de Eunice.
-Gracias señora directora estoy en deuda con usted- León se retira para volver a su trabajo. Sin olvidar aquella sonrisa que su hijo le ofreció.
NOTA DEL AUTOR
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Una segunda Oportunidad
RomanceDespués de una vida llena de tragedia Altagracia Sandoval conoce a un angel que la guía a una segunda oportunidad.