Capitulo 18

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Altagracia no sabía que hacer o que decir, en los brazos de estos dos hombres que la necesitaban, que añoraban estar con ella aunque ella les brinde desprecio y rudeza. Una sensación nueva comienza a crecer en el fondo de su alma. Algo que no puede explicar esa sensación que no se puede ocultar con mentiras y engaños. Altagracia deja que sus labios dejen salir esas palabras que tanto ellos deseaban escuchar.

-yo no los dejare, tal vez me enfurezca con ustedes, tal vez sea ruda e imponente pero recuerda Ángel que siempre estaré a tu lado. León y yo somos adultos eso implica que nuestra relación es más complicada pero eso no impedirá que yo este a tu lado.- Altagracia besa la frente de Ángel sonriendo.

-Pero si no estás con mi papa no podrás ser mi mama- Ángel la mira con tristeza de saber que seguirá siendo un niño huérfano de madre.

-tu puedes quererme como si fuera tu mama, recuerda lo que aprendimos en el día de hoy. Las etiquetas es una forma de nombrar todo. A los humanos nos atrae darle nombre a sentimientos desconocidos, nos da un sentido de entendimiento pero no todo sentimiento lleva un nombre y no todo sentimiento se entiende solo se siente aquí.- ella apunta a donde yace el  corazón de Ángel.

Ángel deja que en su pequeña mente las palabras de su maestra sean entendidas, unos minutos de silencio pasaron cuando la voz de Ángel vuelve a los oídos de la mujer –te podre llamar mama cuando yo sienta que debo hacerlo. Cuando haya entendido en mi corazón que es lo que siento- Ángel posa su mirada en los ojos de la rubia.

-claro que sí, si a tu padre no le molesta yo seré tu segunda mama.-Ángel busca la aprobación de León en esos ojos que eran tan parecidos.

-Champ si tu sientes que Altagracia es tu mama dentro de ti eso está bien nunca te obligare a sentir algo que no sientes. Solo te pido no más situaciones vergonzosas tu padre se pone rojo como un tomate- la risa de su hijo mezclada con la risa clara de Altagracia se podían escuchar en todo el aula.

Eunice camina por las aulas verificando que todos los padres e maestras se hayan marchado para ella poder comenzar a planear su siguiente movimiento junto con JP. Ella no podía dejar de sonreír, su negocio ya no sería solo ser directora de una de las escuelas más prestigiosas de toda la ciudad de México pero también será dueña de su propio spa. En este Spa ella podrá lavar todo el dinero que le plazca, dejando que su parte del trato se triplique rápidamente. Eunice escucha unas sonrisas, solo una le parece conocida, ella se asoma e ve a su socia con una sonrisa que podía iluminar hasta el día más oscuro. La mano de León alrededor de su cintura e un niño comiendo chocolates de uno de los presentes que le habían obsequiado a Altagracia en las festividades.

-Buenos Días Agente contreras- dice Eunice con su acento colombiano tan marcado- no esperaba verlo por aquí e menos tan bien acompañado- dice ella haciendo una mueca que señalaba la mano en la cintura de Altagracia. La cual deja que su rostro antes iluminado se adorne con una rudeza sombría.

León observa la manera que las mujeres juegan con las miradas, era como una batalla entre ojos negros contra ojos esmerada. La sonrisa de Eunice se amplia de una manera asombrosa. -Cálmate amiga, estamos en confianza ¿no?- dice Eunice dejando una mano se pose en la mejilla de Altagracia con suavidad.

-León te presento a mi socia e amiga Eunice Lara mejor conocida como la Felina-  dice Altagracia que en ningún momento deja que su rostro se desvanezca los rasgos de rudeza.

-Ya nos conocíamos- dice León entendiendo su mano en forma de saludó.

-si Doña recuerda que yo soy la directora de esta escuela, él y yo hemos tenido muchas reuniones donde me ha contado un poco de su intimidad- Eunice jugueteaba con la mirada.

Una segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora