El frio de la noche lo abrazaba en lo más profundo de su ser, en su sueños una mujer ocupaba cada espacio. La mujer por la cual el añoraba cada día más aun cuando ella yacía a su lado. El calor de su cuerpo que rápidamente desaparecía con cada respiro. Sus soñolientos brazos exploran el laberinto de las cobijas. En busca de esa mujer deseada, esa mujer con cabellos rubios e ojos rudos. El echaba de menos el calor de su cuerpo, ese cuerpo que o llevaba a la locura infinita, una locura que lo hacía soñar en un nuevo mañana. Un mañana donde su cuerpo no era cubierto por telas que formaban un uniforme, un mañana donde la placa no le pesara en sus bolsillos. La misma placa que hace poco lo hacía sentir orgulloso de representar a la justicia de un país. La visión de lo que antes era su futuro se desvanece como las partículas en el viento. En sus sueños podía sentir un nuevo mañana asomarse ante sus pupilas color azul océano, pupilas ocultas por el sueño. Sus manos continúan explorando el laberinto que el colchón proveía e los caminos que las sabanas formaban en busca de esa mujer rubia.Al no sentir un cuerpo a su lado si no un papel perfectamente arreglado para ser encontrado. Sus ojos se abren con dificultad aun sintiendo el cansancio en su cuerpo. En la oscuridad su mirada recorre el espacio una vez lleno de personas, risas e memorias que en ese momento solo estaba en completa oscuridad. Sus manos hacen que la luz adorne los espacios oscuros, e sus ojos leen esa carta que Altagracia Sandoval le había escrito. Sus ojos se humedecen al leer cada palabra que ella le dedicaba en ese papel. Lagrimas encuentran sus mejillas e sus pensamientos se vuelven oscuros e llenos de odio. Ella, esa mujer a la cual él era capaz de regalarle lo que deseara se había llevado a su hijo junto a ella. Lo había dejado en completa soledad, porque él nunca pudo creerle, porque siempre la trataba como una delincuente. Sus manos cubren los ojos tratando que en este movimiento las lágrimas cesaran, su respiración amainara e sus pensamientos se aclararan.
Sus pies recorren la casa buscando ese lugar donde un computador yacía esperando su llegada. En ese despacho donde la luz del aparato electrónico decoraba las paredes el encuentra al respuesta a sus dilema. Deja que su cuerpo se deje caer en la silla e sus dedos parecen tener mente propia al presionar cada botón. Días pasan haciendo que en ese rostro que usualmente no emanaba ningún cabello facial se ajaran una barba espesa. Ojos que brillaban por la ilusión de un nuevo día estaban muertos e un cuerpo que apenas encontraba el descanso al continuar la búsqueda de la ladrona de su corazón. Sus ojos comienzan a arder al estar en esa oficina leyendo pistas encontradas e documentando cada descubrimiento cuando un cuerpo conocido se asoma por su puerta.
-La he encontrado por fin volveré a verla e preguntarle todo lo que ocurrió esa noche- Karen deja que su sonrisa sea liberada en sus mejillas esperando la reacción de león.
El corazón de león salta de la emoción él había seguido cuidadosamente la investigación del caso de Rafael Cabral asegurándose que Karen no volviera a cometer la misma estupidez que anteriormente. León deja que sus ojos muestren nuevamente ese brillo que tanto Karen extrañaba ella deja que los archivos caigan en sus manos. –Creo que deberías ir tu- esta dice entendiendo el sufrimiento de un hombre que ama.
-Karen, no creo que esto sea lo correcto- león hace que sus dedos se oculten en sus largos cabellos.
-y piensas que dejándola ir es lo correcto. Por favor León han pasado meses. - Karen resopla mirándolo con dureza.
-ella se alejó de mi yo solo quiero recuperar a mi hijo- dice león devolviendo su triste mirada a los papeles en su escritorio.
Karen deja que su enojo la controle al cansar la puerta de su oficina dice suavemente. –Fuentes informan que está embarazada.- Karen conecta con una mirada azul llena de asombro. –tal vez no fue su decisión alejarse si no su manera de demostrarte lo mucho que te ama. La entiendo por qué yo hubiera hecho lo mismo.- león sin palabras ve como ella se aleja de su oficina olvidando por completo los archivos donde yacía la ubicación de su mujer.
El sol comenzaba a adentrarse entre las montañas, las nubes escondían una mezcla exquisita de colores amarillentos e naranjos. Las plantas usualmente verdosas toman un tono negro al cual las estrellas con su diminuta luz alumbran cada paso del tiempo. Un cuerpo pensativo aferrado al borde de una puerta inmensa. Esperando el siente movimiento de este juego de ajedrez que es la vida. Las nubes comienzan a desaparecer detrás de árboles gigantes, e dejan que las estrellas adornen el cielo. Una voz que adornaba el aire con sus melodías, manos que acariciaban un estomago hinchado e escondido por telas costosas. Desde el día que ella se comenzó a esconder detrás de las paredes de la hacienda ella tomaba los atardeceres como la oportunidad perfecta para compartir con su bebe e su soledad. Ella veía como el cielo cambiaba de colores e dejaba que su voz adornara el viento haciendo que cada atardecer en la hacienda fuera mágica.
En esos meses Ángel había crecido demasiado, no era el niño asustado que ella había conocido hace más de un año. El aire del campo le hacía mucho bien, estaba alegre la mayor parte del tiempo usualmente preguntaba por su padre. Altagracia siempre le respondía con una sonrisa e decía –pronto- e con esa palabra ángel sonreía e dejaba de preguntar por el hombre que pronto los encontraría. Aprendió como cabalgar e exploraba una parte nueva de los montes que rodeaban la hacienda a menudo. El niño todas las noches dormía junto Altagracia con un brazo rodeando su estómago, protegiendo a ese bebe que aun crecía en sus entrañas. En las noches cuando el niño dormía ella solo podía pensar en ese hombre al que ella alejo por proteger a ese bebe e por él. Ella entendía que él nunca dejaría de ser policía. Un suspiro sale de sus labios al dejar que las últimas notas de su canción se esparzan en el viento. Sus ojos se posan en sus manos acariciando su estómago, escuchando el sonido silencioso de la noche le brinda paz.
-Nunca pensé que te vería otra vez.- una voz conocida pero no esperada le invade los oídos e se paraliza. Sus manos abrazan su hinchado estomago en busca de protección e sus ojos encuentran los ojos que tanto añoraba volver a ver. –te vez hermosa- dice un León sonriendo suavemente.
-¿Qué haces aquí?- Altagracia tartamudea sus palabras e deja que su respiración se vulva más calmada al notar la actitud calmada de León.
-una vez te dije que por ti era capaz de absolutamente todo. Aquí estoy nuevamente contigo, siempre contigo- dice León dejando que con cada palabra dicha sus pies se acerquen hacia ella.
-siempre me encuentras, aunque no quiera. Siempre lo haces- Altagracia deja que su cuerpo se encuentre con el de León, siendo como sus manos se posan en ese hinchado estomago encendiendo nervios que en ella pensaba muertos.
-siempre te encontrare. Eres mi persona- León besa esos labios rosa carnosos dejando en ellos esos besos que no les pudo otorgar por meses.
Fin
Nota de autor
Twitter @paolamarieetc💛 gracias por el apoyo! Yo ya comencé a trabajar con mi clase y me disculpo de ante mano por si me tardo en publicar! Seguiré tratando de escribir un capituló por día.
Todos manténganse sanos los amo ✨💖 dedicado a mi ori bella 💛
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Una segunda Oportunidad
RomanceDespués de una vida llena de tragedia Altagracia Sandoval conoce a un angel que la guía a una segunda oportunidad.