Capitulo 16

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Un caloroso sol adornaba el día, secaban los lugares mojados por la soledad de la noche anterior. Cada rayo dándole esperanzas a todos los que no habían visto la luz. Karen caminaba mirando a toda persona que se adentraba por las afueras de la comisaria. Su cigarro entremedio de sus labios le llenaban los pulmones de humo negro. Su corazón solo eran pedazos que yacían en los huesos de sus costillas. La vida le había quitado una vez más al hombre que ella amaba, al hombre por el cual siempre deseo. El cigarro ya no daba para más, desechando lo poco que quedaba de él Karen se aventura a la comisaria. Su oficina la cual usualmente compartía con León se sentía vacía. La colonia tan conocía no se adueñaba del lugar. El usual sarcasmo al leer los reportes de los casos que hacían que su mente registrara la estupidez humana nuevamente ya no estaba. La soledad se posaba en la habitación, se adueñaba del lugar como si siempre hubiera vivido hay. Su cuerpo deja que la rutina se filtre en sus poros, archivos tras archivos de casos resientes que investigar. Luego de varios archivos, muchos cafés e momentos donde la mente se le desviaba a un hombre con ojos color océano. Entra el agente Urdaneta con un rostro lleno de felicidad absoluta.

-Karen observa esto- Urdaneta con su computador le muestra a Karen las nuevas pruebas encontradas.

-en la casa de Saúl encontramos las huellas de Rafael Cabral en la entrada del cuarto secreto. ¿Cómo se les paso esto a los forenses anteriores?- Urdaneta continua mostrándole pruebas e videos que había encontrado en las cámara de seguridad.

-muy buen trabajo Urdaneta, veamos ese video- Karen hace espacio en su escritorio para que el agente se acerque a ella.

La mirada de Karen se horrorizada al ver a una mujer rubia con una niña asustada sujetando de su mano abre la puerta de la habitación secreta adentrando a la niña primero. La niña espera a que su madre se entretenga tratando de cerrar la puerta secreta cuando ella sale corriendo en busca de algo. Karen ve a su sobrina corriendo y su madre que se escapa tras de ella. Minutos después llega la familia la mujer rubia junto a Saúl que en brazos tenia a Mónica. La mujer rubia que Karen conocía como Altagracia toma a la niña en brazos cuando dos hombres encapuchados dejan que sus armas le tomen la vida de Saúl y Mónica. Karen ve como Altagracia deja que su dolor se note pero uno de los hombres la toma por sus largos cabellos dorados hablándole por unos segundos y luego disparándole en el abdomen.

-No se escucha nada Urdaneta- dice una Karen echa un mar de lágrimas. Ella más que nadie sabía que ellos no merecían ese final tan horrendo.

-EL video no tiene sonido, lo he enviado a revisar con los hackers y ellos dicen que el video fue alterado en el sonido. La persona que lo hizo no quería que escucharan lo que hablaron- Urdaneta le explica a Karen mientras los dos continúan observando el video. Si prestaban atención otras pruebas surgirían.

-necesitamos encontrar a Altagracia Sandoval. Ella nunca pudo hablar de lo que había pasado estaba fuera de sus cabales. Ella tiene que decirnos que sucedió en eso momentos. ¿Qué le dijo ese hombre antes de haberle disparado? Por lo que tengo entendido ella sigue viviendo en Veracruz. Manda mensajes a las comisarias necesitamos su declaración.- dice Karen mientras que continua viendo el video reviviendo el momento donde la mujer rubia es arrastrada por su cabello y la sonrisa de maldad que ese hombre le ofrecía.

Era Rafael Cabral no había duda. La mente de Karen no dejaba de hacerse ideas en su cabeza. Preguntas sin respuestas comienzan a formarse. Tomando sus pertenencias de su escritorio deja que su cuerpo se guie a una patrulla para visitar nuevamente el pasado.

La cocina era uno de sus lugares favoritos, el calor que le brindaba esas comidas que ella preparada con amor le recordaban a ese sentimiento que sentía cuando era niña. Ese momento en que dos niñas hacían carreras por el pan dulce que su madre preparaba. Regina junto con su hija esperaba la sorpresa que le darían a su hermana. Ellos ya se irían a Veracruz en unos días pero Regina sabía que su hermana no estaría bien sola. Regina deja que su memoria se aventura a esos días donde su vida dejo de ser hermosa, donde su madre ya no podía cocinarles o decirles que las amaba. Los días donde un consejo de su padre se necesitaba y no lo podían escuchar.

Una segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora