—Vale, vale, eso que no te gusta el tío este pero dime algo, ¿tú lo besarías? —me susurra Samuel mientras estamos en clase de Literatura Española y la profesora era una pesadilla completa, entonces teníamos que sentarnos atrás si queríamos hablar.
—¿Por qué me preguntas eso? Te estoy diciendo que no me gusta. —digo entre dientes.
—Pero tiene que ver, coño... Mira, te pongo un ejemplo, si a mí tú me preguntas, ¿le darías un beso a Sabrina? Ostia ¡pues claro! Me pone aunque sea lesbiana, ¿y sabes qué? Me la follaría si por lo menos le gustaran un poco las pollas. —confieza él y yo no pude contener la risa.
—Señorita Díaz, cuéntenos el chiste para ver si nos reímos todos. —dice la profesora de manera impertinente, yo me quedo muda y Samuel bufa.
—Siga con la clase seño, que el chiste es subidito de tono y no quiero que nos eche del salón de clases. —dice Samuel riendo, la profesora nos mira mal y sigue con la clase.
—¿Me entiendes? —añade Samu y yo asiento.
—¿Dices que es como una atracción física? —pregunto y él asiente.
—Más bien, tensión sexual, o atracción sexual. —me dice él levantando sus cejas y yo lo miro impresionada, pero para qué mentir.
—Bueno sí, le daría un beso. —confieso rodando los ojos, la verdad es que sí, él califica para eso.
—Ah, para mí que te pone ese tío. —dice Sam con malicia y yo me rio.
—Eso sí que no. —niego y Sam me mira no muy convencido.
—Dicen que folla bien, tal vez después de unos besos no te niegas. —dice Sam.
—¿Y tú cómo sabes?
—He escuchado. —responde. —¿Y qué pasa con Arick?
—¿Con Arick? Nada, Samu. —le digo mirándolo.
—Pensé que os estabais enrollando o algo así, me contó que le dejaste la otra noche plantado. —dice Samuel burlándose, yo me río.
—¡No! Yo no recuerdo que íbamos a salir. —le digo y ambos reímos.
La profesora aclara su voz mientras nos mira cansada de ambos y nosotros nos callamos, cuando siguió con la clase, nos reímos por lo bajo.
A la hora del almuerzo, yo voy a traer unas cosas al casillero, estos se encontraban en la facultad central, donde se daban clases de materias que todos los estudiantes en la universidad debían llevar o los Estudios Generales. Llego al sector de los casilleros y en eso veo a Damián, está ahí hablando con un chico pero a él no le podía ver la cara.
Damián ni se da cuenta que los estoy viendo pero para no quedar como chismosa, lo que hice fue esconderme en una pared que divide el sector de los casilleros con el pasillo principal. Me quedo mirando y ven para atrás, yo me escondo y tapo mi boca, rogando que no le hayan visto. Después de unos minutos no escucho nada, entonces me asomo con cuidado y veo que se están besando.
Yo quedo helada al verlos, pero me escondo, cuando terminaron de besarse, se van yo me quedé ahí sin moverme ni nada y ellos ni me notaron cuando pasaron casi a mi lado.
Paso por mi almuerzo, cuando llego a la mesa y vi a Samuel, sentí algo raro, él no sabe o bueno eso pienso, porque cuando los chicos están solos, el primero en hablar de mujeres es Damián.
—Vi, ¿te importa si hoy hacemos el proyecto en mi casa? —pregunta Sam y yo niego.
—Para nada. —menciono con una sonrisa y Samuel sonríe. —Pero, si quieres me das tu dirección y yo llego, es que iré a tomar un café con Arick como a las tres y media.
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Perdida en España. #1 (¡Completa!)
Teen FictionTan perdida en España como él en mi mente, pero hasta la burbuja de la fantasía más linda la estalla la cruel aguja de la realidad. Aquí es cuando me queda muy claro que todas esas películas de princesas y cuentos de hadas se equivocan cuando habla...