Despierto y Franco me tiene abrazada, estamos desnudos, yo con solo recordar lo que pasó ayer, sonrío. Franco es un máster en todo lo que me hizo, ni mi ex novio me hizo sentir así como Franco lo hizo ayer. Me volteo y lo veo durmiendo, me rio al verlo.
El reloj marcan las siete y media de la mañana, yo suspiro y me pongo en pie, todo este semestre mis clases son por la mañana. Me voy para el baño y me ducho, me pongo un enterizo largo blanco con rayas negras verticales, unas tenis blancas y salgo de mi habitación.
Me pongo en pie cuando termino de desayunar y en eso veo entrar a Franco en la cocina.
—Buenas. —me dice y yo le sonrío.
—Buen día, ¿cómo dormiste? —pregunto mirándolo y me seco las manos, él se acerca y me besa la frente.
—Mejor que nunca en mi vida. —sonríe él con doble sentido y yo le tiro una servilleta mientras me rio.
—Mentiroso. —exclamo riendo.
Me voy a ir pero Franco me toma de la muñeca y me pega a él.
—No estoy mintiendo. —me dice mirándome a los ojos mientras toma mi cara con sus manos.
Yo lo miro y él ríe algo tímido.
—Quédate conmigo. —agrega haciendo un puchero y yo me rio, es una propuesta bastante tentadora, pero no, no lo voy a hacer.
—No puedo, falto tres veces y me quitan la beca. —comento mirándolo y él me pone una mano en mi trasero y sonríe. —Y adiós, España.
—¿Cuántas veces has faltado? Ninguna... Vi, quédate y podemos divertirnos todo el día. —comenta coqueto y yo me rio.
—No, Franco, ¿y si después necesito faltar por algo importante? Tenemos mucho tiempo, muchos fines de semana y muchas noches. —agrego mirándolo.
Me pongo de puntillas y le doy un beso en la mejilla, me voy a cepillar mis dientes, tomo mi bolso, en eso me detengo para ver a Franco.
—Nos vemos a las cinco, ¿verdad? —le pregunto.
Pero Franco no me responde, entro a la cocina y lo miro.
No me mira.
—¿Franco? —pregunto sin paciencia, en serio me pone de malas que me ignoren, él me mira y puedo ver como está molesto.
¡¿Qué le pasa?!
—Tienes cosas más importantes que hacer, ¿no es así? —me pregunta mientras me mira a los ojos y yo me enojo.
¡Qué manipulador!
—Sí, pero en la tarde nada, por eso me comprometí a ir contigo. —respondo y él me mira molesto.
O sea, no es que él no me importe, pero no me voy a quedar haciendo nada todo el día aquí, ¿haciendo qué? Además, no sé si voy a ocupar esa falta otro día.
—¿Me vas a ignorar solo por eso que te dije?
No me responde. Yo bufo y lo miro con enfado.
—¡No! Es que ya una les da un beso y se enamoran. —digo al aire con enfado y Franco voltea enojado.
—¿Qué dijiste? —me pregunta en tono un poco más alto y yo lo miro.
—Ah, ahora si me hablas... —le digo y me volteo y bufo. —Es que ya no le puedes dar un beso porque se enamoran. —dije al aire con enfado.
—Que te den. —dice y yo me rio con cinismo.
—Tú lo hiciste ayer, lástima que ahora me tengo que ir. —comento con una sonrisa de maldad, él no soporta no reírse, yo sonrío y le hago un giño para luego irme.
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Perdida en España. #1 (¡Completa!)
Teen FictionTan perdida en España como él en mi mente, pero hasta la burbuja de la fantasía más linda la estalla la cruel aguja de la realidad. Aquí es cuando me queda muy claro que todas esas películas de princesas y cuentos de hadas se equivocan cuando habla...