—Franco, nos van a oír. —digo entre besos, él se ríe.
—¿Hemos escuchado a Samuel y Lu? —me pregunta mirándome.
—Ellos están tan borrachos que estoy segura que lo que hicieron fue dormir. —afirmo y él se echa una carcajada.
—Es cierto pero vale, mejor a dormir porque mañana hay que despertar temprano. —murmura en mis labios y yo lo beso. —Me debes un rato de diversión.
—De fijo. —le digo y me voy a dormir con Sabrina, ella está dormida desde hace rato, estoy segura que ni nos escuchó a Franco y a mí.
Al otro día despierto y todo está en silencio, yo me muevo y a mi lado no está Sabrina.
Me parece extraño, pero me estiro en la cama y luego suspiro, me pongo de pie y veo mi teléfono, hay un mensaje de Sabrina en él que dice:
—Nos vemos en la playa, solo faltan tú y Franco de acompañarnos, no te desperté porque valoro mi vida, solo desayunen, aquí tenemos todo lo demás. 7:30 am.
Eso fue hace una hora, seguramente falto yo porque Franco siempre se despierta temprano, me voy al baño que tiene la habitación y luego salgo de ella para ir a la cocina por un vaso con agua, en la mesa veo que está el desayuno pero cubierto con paños de cocina, yo agarro el agua y tomo, en eso escucho unos pasos.
—Buen día. —escucho la voz ronca de Franco detrás de mí.
Yo me volteo y lo miro, él me mira de pies a cabeza con una sonrisa.
—Joder, si supieras lo bien que te ve esa camisa. —le digo y yo me miro, en eso recuerdo que estoy solamente con mi tanga y la camisa, sin sostén y me ruborizo.
—Ehh, gracias. —le digo riendo con algo de pena.
—¿Por qué te sonrojas? Ya te vi desnuda. —me dice descaradamente y yo me rio.
—¡Franco! —le reclamo y él se ríe
—Nadie nos está escuchando Vi. —murmura y yo me rio.
—Es cierto.
Franco se acerca y me besa mientras apreta mi trasero, yo me rio, lo beso y él me sube a la isla que está en medio de la cocina, yo abro mis piernas mientras que él se pone en medio de ellas y empieza a rozar sus partes con las mías. Él mete su lengua en mi boca y yo hago lo mismo, nos besamos así por unos minutos y luego él toma la camisa y la sube, ve mis pechos y sonríe, luego se acerca y escupe en uno mientras que el otro se lo lleva a la boca, yo gimo y arqueo mi espalda y llevo mis manos a su cabeza, presionándolo más a mí.
Yo gimo y sonrío, él mete su mano en mi tanga, yo muerdo mi labio inferior al sentir sus dedos encima de mi clítoris.
—Joder, estás tan húmeda. —menciona él y yo gimo, él gruñe mientras sube a mi cuello y empieza a darme besos ahí.
Mi temperatura corporal empieza a subir mientras que los movimientos de Franco hacen querer más, yo llevo mi mano a su entre pierna y empiezo a acariciarlo, él gruñe y me muerde un poco el cuello, pero él se detiene un momento y se separa de mí.
—¿Qué pasa? —lo miro y él sonríe, mientras chupa sus dedos.
—Vamos a la ducha, quiero desafiar las leyes de gravedad. —responde y se acerca a mí mientras me besa, yo lo beso y asiento.
—Vamos. —respondo sonriendo y nos dirigimos al baño.
Ahí dentro, este es amplio y moderno, él cierra la puerta con llave y yo me quito su camisa y mi tanga, Franco me mira de pies a cabeza y sonríe, yo me meto a la ducha y abro esta, el agua empieza a caer en mi cuerpo y siento un poco de frío, mis pezones se ponen un poco duros y Franco sonríe, se quita toda su ropa y ya está un poco duro.
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Perdida en España. #1 (¡Completa!)
Ficção AdolescenteTan perdida en España como él en mi mente, pero hasta la burbuja de la fantasía más linda la estalla la cruel aguja de la realidad. Aquí es cuando me queda muy claro que todas esas películas de princesas y cuentos de hadas se equivocan cuando habla...