Capítulo 19: Sweet boi.

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Cuando abro los ojos fue por los rayos de luz que están pegando en mi cara directamente, cuando estuve completamente despierta, siento una respiración en mi cuello, trato de moverme, pero Franco me tiene abrazada, yo me rio y me volteo, Franco está profundamente dormido, yo lo miro por un momento y paso mi dedo índice por su mejilla, él despierta y yo cierro mis ojos, simulo estar dormida entonces escucho como él se ríe. 

—Joder Vi, yo sé que estás despierta. —comenta y yo rio con mis ojos cerrados.

—Buenos días. —saludo abriendo mis ojos. 

—Hola, ¿dormiste bien? —pregunta mirándome.

—Nunca había dormido en una cama de hospital con alguien, pero no me quejo. —comento levantándome y me siento en la silla.

—Haz como si estuvieras durmiendo, yo también haré lo mismo. —me dice y yo me rio, pero asiento. 

Apoyo mi cabeza y mis brazos en el colchón de la cama, cerrando mis ojos, minutos después llega alguien y me toca el hombro, yo simulo como si me estuviera despertando y es la enfermera, la saludo y ella me indica que Franco tenía que despertar porque tienen que limpiarle las suturas, como no son tan grandes yo podía hacerlo, entonces me están explicando, porque él no podía hacerlo solo. 

Me sentía como si fuese su madre o alguna hermana mayor de Franco, porque de verdad todo las indicaciones eran para mí.

La enfermera se va y Franco me mira, yo no le digo nada y llamo a Ander. 

¿Sí?

Hola Ander.

Hola Vi, ¿cómo vas?

Yo bien por dicha, ¿tú?

Bien bien, ¿pasa algo con Franco?

Nada malo pero a medio día le dan la salida, iba a pedirte el favor que podías venir con su auto por nosotros.

—¡Claro! A medio día estoy ahí, gracias por avisar, guapa. —me dice en forma de broma mientras ríe y yo también lo hago.

Con gusto, avísale a Nathaniel y a los demás, ¿sí?

¡Vale! Seguramente ahora Max irá conmigo, porque Nathaniel está fuera de la ciudad.

De acuerdo, nos vemos. —sonrío con alegría y cuelgo.

Me volteo y Franco me ve con una risa pícara.

—¿Qué? —pregunto acercándome a él.

—¿Feliz porque me vas a ver con poca ropa todos los días? —pregunta riendo y yo ruedo mis ojos mientras niego.  

—¡Fascinada! —respondo con sarcasmo y él se ríe a carcajadas. 

En serio él vive con el espíritu de Narciso dentro de él.

Las suturas que tiene es una en el muslo y otra en el abdomen por la operación. La cortada que había tenido en el muslo fue porque cuando cayó en la calle habían unos vidrios ya que el accidente fue frente a un bar y habían quebrado unas botellas en la madrugada. 

—Bueno, joven Ortuño, de ahora en adelante esta jovencita cuidará de ti, espero te recuperes pronto. —dice la enfermera con una sonrisa y nos deja en el estacionamiento, Franco está en la silla de ruedas, a lo lejos vemos el auto de Franco acercarse. 

Perdida en España. #1 (¡Completa!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora