Capítulo 10: Sad Forever.

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—¿De que me estás hablando? —pregunto confundida pero con el corazón a mil, ¿dónde está Samuel para que corte esta conversación?

—Ana Victoria... —murmura y me voltea.

—Damián yo no quería, te lo juro, fue que iba hacia los casilleros y...  —hablo de manera apresurada y en eso él me interrumpe.

—No me des explicaciones, con que guardes el secreto yo estoy tranquilo. —comenta sentándose en una silla y yo lo miro. 

—¿Soy la única que sabe? —pregunto y él asiente.

Eso me hace sentir el doble de intranquila, si alguien los ve y hacía un chisme, él automáticamente pensaría que fui yo la que hablé.

—¿Y por qué no lo has dicho? —pregunto y escuchamos unos pasos, cuando ya no necesitaba que Samuel llegara, lo hizo. 

—Hablamos después de eso. —dice él con un susurro y yo asiento. 

Me extraña que lo esconda, se supone que en Europa las personas son de mentalidades muy abiertas, pero claro, como en todo lado, todavía queda uno que otro homofóbico. Sam llega y Damián se fue ya que él tiene que hacer tareas.

Pasaron dos horas y ya tenemos todo hecho, gracias al cielo.

—Samu, Ana Victoria, vengan a cenar. —dice la madre de Sam desde fuera y nosotros nos levantamos de la silla, Sam abrió la puerta y ya su madre no estaba.

Vamos escaleras abajo y detrás de estas hay una sala con fotos familiares y al final de esta está una puerta de cristal que daba al patio con una piscina, al lado derecho está el comedor, entramos ahí y el comedor tiene una mesa marrón, con diez sillas beige, todo el comedor tiene adornos que combinan con la mesa y las sillas, ya estaba la mesa servida.

Olivia y Aitana ya están ahí, cuando nos ven entrar ambas sonríen. Nos sentamos en la mesa y al segundo llega un hombre muy parecido a Samuel, era el padre de los gemelos y de Olivia, me lo presentan y todos están ya en la mesa.

—¿De dónde vienes, querida? —dice Antonella mientras me mira con una sonrisa.

—De Costa Rica. —respondo y ella asiente.

—Oh, ese lugar es precioso. —me dice y yo sonrío.

—Que bueno que le gusta. —digo y el padre de los gemelos me habla:

—Pensé que eras de Colombia.

—Suele pasar que nos confundan.

—¿Y tienes familia aquí en España? —pregunta la señora Antonella.

—Sí, una tía, vive en Madrid. —comento mientras tomo un poco de vino.

—¿En serio?

—Sí, ella se casó con un hombre español que tiene una empresa de utensilios de salud, pero mi tío murió cuando llevaban quince años de casados, hace como unos diez años más o menos, entonces ella se quedó administrando su negocio. 

—¿Utensilios de salud dices? —me pregunta el padre de los chicos y yo asiento. —¿Cómo se llama tu tía?

—Jose Luis, no seas cotilla. —le dice Antonella y yo niego.

—Tranquila Antonella, yo con mucho gusto le respondo. —digo con una sonrisa de lado. —Mi tío se llamaba Sergio Bisbal y mi tía Charlotte Márquez. 

Antonella y Jose Luis me miran asombrados.

—Yo no sabía que ellos eran tus tíos, aunque te pareces mucho a Charlotte. —responde José Luis.

Perdida en España. #1 (¡Completa!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora