—Mierda... —susurro mientras suspiro.
—Vi, yo... —dice Franco y yo me volteo mientras lo veo miro.
—Tranquilo, Sabrina ya se pasó de la raya, me tiene harta sinceramente. —le digo.
Esto me tiene muy enojada, no con Franco, obvio, él no tiene la culpa, sino con Sabrina, sus celos o sus "ganas de protegerme" me tienen estresada.
Yo me voy a mí habitación, ya en la noche, cuando estoy más tranquila, salgo a buscar a Franco.
—Franco. —lo llamo, él está jugando con su consola y pausa el juego.
—Dime. —me mira y yo suspiro.
—Perdón por reaccionar así. —le digo y él niega.
—Ven aquí. —me dice y yo me siento a su lado en el sofá grande, él me abraza. —No es tu culpa que Sabrina se cabree por eso, es su problema, no el tuyo, tú ya tienes casi veinte años como para que Sabrina te diga que hacer y que no. —agrega y yo asiento.
—No sé qué le pasa, nunca había sido así. —menciono y él suspira.
—Vi, tienes que hablar con ella. —me dice y yo asiento.
Que ella me hable, lastimosamente yo no fui la que se enojó, fue ella, sí, le mentí, pero Sabrina tampoco tuvo que reaccionar así.
Pasan los días y no volví a ver a Sabrina, ella se metió en sus cosas y yo en las mías, los rumores habían cesado, pero la revista llegó a los ojos de Martín, me di cuenta no porque Franco me dijo, no porque él me llamara, pero Franco al final le dijo como "¿Qué querías? ¿Que llevara a Bianca? Vi es solo mi amiga." De seguro no le creyó pero lo dejó en paz.
Luego de esto, voy a buscar a Sabrina, no me voy a disculpar de nada, es para decirle que ella no puede actuar así, ya estoy cansada de esas actitudes, llego al edificio donde ella vive y también es muy bonito, entro porque no hay seguridad y toco su puerta, ella abre y se asombra.
—Déjame hablar antes de que me tires la puerta en la cara. —le digo suspirando y ella niega con su cabeza.
—Eres mi mejor amiga, jamás te haría eso. —comenta y me invita a pasar.
Su apartamento es más pequeño que en el que yo vivo muy lindo, es acogedor, cuando entras da a un pasillo, a tres metros de la puerta principal esta la puerta de la habitación de Sabrina y al lado la de su compañera de habitación y universidad, al fondo está la sala, comedor y cocina, todo en uno y un balcón pequeño, llegamos hasta la sala y yo la miro seria.
—Yo sé que te mentí en la cara Sabrina, pero sí te tengo que decir que tu actitud no fue la mejor, o sea Sab ya hablamos de eso y yo veo como si tú estuvieras celosa o algo así, además si te soy sincera, ¿por qué me preguntaste sabiendo lo de la noticia? —le reclamo y ella suspira.
—Tenía que ver hasta qué punto me mentías, ¡y me metiste, Vi!
—Sí, Sab y lo siento, pero ¿como quieres que reaccione si la vez pasada también hiciste un problema. —le digo y ella no dice nada. —Sab, si sigues así lo único que vas a ganar es que yo termine perdiendo la confianza que tengo en ti. —agrego y ella me ve asustada.
—No, Vi... —murmura y yo suspiro.
—Yo nunca te he pedido algo hasta hoy, por favor no te metas en esto, si yo cometo errores yo misma voy a afrontar mis consecuencias, pero deja de tratar de protegerme que me estás ahogando. —menciono y ella se sorprende, pero asiente. —Yo sé que te debo una disculpa también.
—De acuerdo, lo siento, sea como sea ambas cometimos un error. —menciona y yo le sonrío.
Ella se acerca y me abraza, yo también lo hago y ella me pide que me quede.
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Perdida en España. #1 (¡Completa!)
Novela JuvenilTan perdida en España como él en mi mente, pero hasta la burbuja de la fantasía más linda la estalla la cruel aguja de la realidad. Aquí es cuando me queda muy claro que todas esas películas de princesas y cuentos de hadas se equivocan cuando habla...