La tarde con Calle ha sido increíblemente maravillosa, esta niña me hace sentir feliz...
— ¿Poché? —dijo mientras estábamos acurrucadas en mi cama y escuchábamos música.
—Dime...—respondí, acomodándome entre sus brazos.
—Te Quiero—mi corazón comenzó a latir como loco— pensaras que es demasiado rápido, pero en serio te quiero.
Yo no sabía que responder, no sabía si decirle que yo también porque no lo sabía, todo ha sido tan rápido, yo simplemente no sabía si lo que sentía era solo gratitud por cómo era conmigo. Ella no volvió a decir nada y yo empezaba a sentirme mal por no responderle con el mismo cariño con el que ella me lo había dicho...
—Déjame intentar que me quieras—comentó como si eso era una misión para ella—en realidad me gustas —ella creía que no confiaba en lo que me había dicho.
— ¿Cómo sabes que es gustar? —pregunte y ella tomo mi mano de inmediato y la puso en su pecho, justo en su corazón.
—¿Si sientes? —dijo, mientras yo sentía su corazón latir fuertemente, así como el mío cuando me dijo Te Quiero—esto no me había pasado con nadie más, me han gustado más personas, claro que sí! Pero nunca como me gustas tú, sonará cliché pero no es así, desde que te vi quise acercarme a ti, desde que te vi con Mario sentí celos como si mi corazón reclamara ser tu dueño, cuando te traje a casa mentí que el camino era largo, pero solo lo hice para estar más tiempo contigo, ayer no dormí muy bien pensando en que sería besarte, desde el primer día que tallaste mi cara y te detuviste en mis labios sentí el impulso de besarte, pero no lo hice porque tenía miedo de como reaccionarias, sin embargo en la madrugada cuando aún pensaba en ti, me decidí que te quiero en mi vida, quiero convertirme en lo mismo que te has convertido tu para mí —terminó de hablar y no dude en buscar sus labios para besarla y hacerle sentir que estaba logrando convertirse en lo que estaba esperando.
No sé cuánto tiempo había pasado, pero seguíamos besándonos, cuando la voz de alguien nos interrumpió.
—¡Vaya, vaya, no se olviden que la puerta se cierra he!, y Calle, primero pide permiso, Ya lo de la cama sigue después— Era Vale, inmediatamente me senté en la cama acomodando y sonrojándome por lo atrevida que era Vale, Calle solo se limitó a reírse y apretar mi mano, la cual aún no había soltad.
—Solo estábamos charlando Valentina—Dijo Calle explicándole a Vale para que no mal interpretara mal las cosas, y vaya que no sabía con quién estaba hablando.
—Si sabía que uno hablaba con la lengua—dijo vale riendo— pero no con la lengua metida en la boca de la otra persona.
— ¡VALENTINA! —grite—Basta, ya puedes salir de mi cuarto—Calle solo reía como si se estuviera acostumbrando a costilla que era Vale.
Valentina salió de mi cuarto y se escuchó como bajaba a la cocina, mientras gritaba algo que no logré a entender. Mientras tanto un silencio incomodo se formó en la habitación.
—Supongo que ya no seguiremos charlando...—Calle susurró en mi oído, eso provocó que me erizara completamente— ¿o quieres contarme algo más? —pregunto y yo no podía negarme a lo que me hacía sentir.
La tome de las mejillas y la acerque para besarla, me empujo para que me acostara de nuevo en la cama, los besos de Calle me hacían perderme, no era ni siquiera consiente de lo que pasaba a mi alrededor cuando estaba con ella, disfrutaba bastante el momento y al poco tiempo los besos se fueron intensificando... Calle estaba sobre mí, me besaba como si fuese lo que más amaba en el mundo, ella me mordió el labio en medio del beso y eso provocó un gemido involuntario y sentí como sonreía victoriosa, como si era lo que quería causar, así que decidí causarlo yo también, la sostuve de la cintura para seguir besándonos y mordí su labio inferior al mismo tiempo que movía mis manos de su cintura a su trasero, gimió fuertemente, y yo sonreí porque había logrado lo que quería.
Nos separamos unos segundos por falta de aire, pero inmediatamente volvimos a reanudar el beso, volvía a ponerse intenso el beso, ella me tenía ahorcadas sobre ella y la puerta se abrió.
— ¡Dios!, ¿alguien sabe lo que es tocar antes de entrar en esta casa? — me quejé irritada, queriendo saber quién había entrado e interrumpido tan buen momento.
—Relájate Pochas—supe que era Mario—por lo que veo no me extrañas para nada— dijo y saludo a Calle.
Yo estaba súper apenada, que vale nos haya visto, no es tan grave, pero ¿Mario? dios, él siempre ha sido celoso con quien se acerca a mí, solo espero y no me arme una escena con Calle.
—Claro que te extrañé —dije y sentí como me abrazaba y depositaba un beso en mi frente.
—Pues no parece, al parecer tenías una buena charla, cuando Valentina me lo dijo no creí que en realidad fuera una gran charla —dijo con sarcasmo y Calle río y yo me sonroje más de lo que ya estaba.
—Puedo irme y regresar en otro momento— Calle habló
— ¡NO! —Mario y yo exclamamos al mismo tiempo.
—Quédate Daniela, quiero conocer a la novia de mi amiga —sentí mi corazón querer salir corriendo.
—No somos novias— dije de inmediato.
—No aun—Calle agregó y sonreí al pensar en que ella pensaba formalizar esto que teníamos.
—Bueno Daniela, pero el permiso era antes que la cama, ¿No crees?
— ¡Mario! —reclamé
Ellos solo rieron y Calle tomo mi mano...amaba que lo hiciera cuando quería decir algo importante a los demás.
—Claro que lo haré—dijo y acaricio mis mejillas—Muy pronto lo haré, cuando ella acepte estar conmigo—dijo y empecé a temblar, ¿ella me estaba pidiendo ser su novia?
— ¿qué quieres decir con eso? —dijo Mario y agradecí que el preguntara eso, ya que yo también tenía mis dudas sobre lo que había dicho.
—Quiero decir que quiero que sea mi novia—espero un momento para volver a hablar— ¿Quieres María José? — pregunto y yo no sabía cómo deja de temblar, ella aun me tenía tomada de la mano y no tenía intenciones de soltarme— sé que es demasiado rápido, apenas tenemos dos días de conocernos, pero es suficiente para saber que me gustas y te quiero a mi lado—podría jurar que jamás había sentido este sentimiento como el que estaba Sintiendo por Calle en estos momentos.
—Si quiero—conteste, inmediatamente sentí sus labios apoderarse de los míos.
El beso duro poco, ya que Mario aún seguía en mi habitación.
— ¡Gracias! —susurro pegando su frente a la mía—gracias por aparecer en mi vida Poché—dijo y deposito un rápido beso en mis labios.
—Gracias a ti —dije besándola, ahora durando más el beso, hasta que una voz interrumpió.
Y no era Mario...
— ¿Qué es Esto? —Dijo mi papá, sacándome inmediatamente de esa burbuja en la que estaba.