Parte sin título 64

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Pov Poché

Hoy sería la despedida de solteras, nosotras estábamos en el apartamento aun terminando preparativos de mañana.

Mario, Mario —sentencio Calle—

Es una despedida Calle, ella tiene que pasarlo bien —decía mi mejor amigo molestando a mi novia—, unas buenas chicas sexy será el mejor regalo —dijo este—

Mario salió corriendo por que sabía cuál sería la reacción de Calle, Yo reía observándolos más no opinaba al respecto.

— ¿Tu porque no dices nada? —Pregunto Calle llegando hacia mí de nuevo—

A ti te lo va a celebrar Camila, crees que eso me tiene tranquila —dije fingiendo reclamo—

Pero tú sabes que por mí no va a pasar nada malo —dijo ella acercándose—

Y yo si voy a hacer algo malo —dije indignada, pero en realidad casi reía en su cara—

Camine hacia el cuarto donde se encontraba Mario, Calle venia tras mío pidiendo disculpas por cómo se había expresado, que no era su intención dar a entender eso, yo sabía que ella lo dijo sin querer, pero me encantaba aprovechar cualquier cosita para ponerla más nerviosa de lo que ya estaba con lo de la boda. Me acosté en la cama y tomé mi celular fingiendo hacer algo importante.

Aun puedes Cancelar Mi amor, o sabes que yo puedo impedir la boda si quieres y llevarte conmigo —dijo Mario molestando más a Calle—

Cállate —dijo Calle frustrada—

Mario se burló de ella, pero después de acerco y la abrazo, Calle seguía observándome mientras yo miraba mis redes. Mario salió y ella hablo.

Sabes que me exprese mal —explico sentándose a mi lado—

— ¿Alguna vez has dudado de mí? —pregunte ya en serio—

Muchas veces Calle hacia este tipo de escenas de celos, me encantaban claro que sí, pero había veces que ella se molestaba de la nada por cualquier cosita y eso me frustraba, amaba que fuera posesiva, pero había veces que me molestaba porque eso parecía ser que no confiaba en mí. Con esto no quería alargar nuestra supuesta discusión, solo quería que si ella se sentía en duda ya no lo estuviera. Ella se quedó callada por un gran rato, su mirada estaba fija a la mesa de noche a lado de nuestra cama, yo esperaba que me dijera algo, pero ella simplemente no formulaba palabra.

— ¿Por qué dudas? —pregunte—

Su silencio me demostró que, si había dudado, entonces ahora quería saber por qué lo hacía, ella volvió a quedar en silencio, me moví para sentarme y ternera a la misma altura y ella de inmediato tomo mi mano.

Espera —dijo forzando su voz—

No pensaba irme amor —dije riendo y ella negó en bajo—

Me dio tristeza y a la vez ternura ver como ella se había asustado al pensar que me iba, sonreí, apreté su mano y la jalé para que se acercara a mí. La abrace y ella suspiro en mi pecho, estuvimos así mucho tiempo, ella me abrazaba de la cintura muy fuerte.

Yo también tuve miedos—ella levanto su cabeza para mirarme a los ojos y su mirada era confundida—, te conocí cuando no podía ver, tenía miedo de que te cansaras de alguien a quien tenías que guiar en todo momento —ella quiso hablar pero puse un dedo en sus labio indicándole que ni hablara—, llore muchas veces y mi papá siempre estaba allí escuchándome, cuando supe que de verdad me gustabas tenía más miedo —ella sonrió con tristeza—, me la pasaba pensando en que encontrarías a alguien mejor, alguien con quien disfrutas mejor de la vida —ella negó sonriendo—, y cuando recupere la vista esos miedos seguían sabes —dije suspirando—, después de eso bailabas para una de las mejores cantantes, eso quería decir que más personas te conocerían, tu conocerías mejores personas, pero ahora estás aquí, eres mi prometida, mañana mi esposa, crees que todo los miedos que he enfrentado durante nuestra relación los pase para cambiarte a última hora? —pregunte sonriendo—

Recuerdanos | CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora