Pov Poché
Había estado pensando en pedirle matrimonio a Calle, hablé con Mario hasta muy de madrugada sobre eso, ni siquiera me di cuenta cuando dejamos de hablar, desperté gracias a que Calle me hablaba, casi era hora de la entrevista, gracias al cielo y seguro a la periodista nadie volvió a haber de los vídeos que se habían publicado de Calle.
Terminó la entrevista y Mande a traer a Calle, Mario de había ido s conseguirme una casa para poder llevar a Calle a allí, el me aviso que ya la tenía y me indicó como llegar, mientras llevaban a Calle donde acordé Ariana me acompañó a comprar el anillo, teníamos rato buscando hasta que encontré uno que me encantó.
Fuimos a donde esperaría a Calle y pase alquilando un Carro, Ariana llego conmigo y esperó hasta que Calle llegara, en cuanto la vio me sonrío y me deseo lo mejor y se fue saludando a Calle desde lejos.
Calle llegó y hablábamos poco, la verdad yo estaba muy nerviosa y ella parecía notarlo.
Pasamos casi toda la tarde bañando en la piscina de la casa a donde la había llevado. Ella en un momento se puso sería y pregunto que me pasaba.
—Ven —dije levantándome y caminando a una silla de tomar sol—
Ella me siguió y se acostó a mi lado.
—No quiero perderte...—dije viéndola a los ojos—
—No lo harás amor —dijo muy seria—
—Déjame terminar de hablar —dije riendo—
Ella sonrió divinamente...
—Quiero estar segura de tenerte siempre a mi lado, y esto no lo arregla solo trayéndote siempre a mis viajes, no quiero un día de estos cerrar los ojos y despertar en el pasado —mientras yo hablaba ella tocaba mi cara, sobaba mis mejillas y tocaba mis labios —no quiero saber que estaré separada de ti, no sé si esto suene como una amenaza pero no pienso soltarte Calle, ni que me sueltes —ella sonrió negando por lo que había dicho—, y sé que no sabes por qué te digo esto pero precisamente por eso he estado rara como tú dices —ella me miraba confundida—, no quiero soltarte nunca y tampoco quiero que me sueltes —volví a decir acercándome a sus labios—, y quiero estar segura que nunca me soltaras —dije susurrando muy cerca de sus labios, hasta el punto que se rozaban mientras hablaba—.
—Cásate conmigo Callé... —dije soltando un gran suspiro—
Saqué una cajita de debajo de la silla y la abrí dejando ver un hermoso anillo.
Ella llevo sus manos a su boca y sonreía, pero no decía nada. Se alejó un poco de mi quedando siempre viéndome de frente.
— ¿Qué dices? —volví a hablar con miedo a una respuesta negativa ya que se estaba tardando bastante—
Ella tapo completamente su cara con sus manos...
—Dios... —dijo en un susurro—
—No es la respuesta que espero Calle —dije riendo nerviosamente—
—No me lo esperaba —dijo suspirando—
—Esa era la idea mi amor —dije riendo y acercándome a ella dándole un beso en la mejilla—
—Si quiero —dijo sonriendo—
Mi corazón volvió a latir muy rápido al ella darme la respuesta.
—Quiero ser tu esposa Poché —dijo acercándose para darme un beso—
Yo me separé de ella terminando el beso con una mordida y en seguida saqué el anillo y ella extendió su mano para que lo pusiera.
