Pov Calle
—No me hables ok? —dije encerrándome en el cuarto—
—Ay no Calle deja de ser tan infantil por ahora por favor —decía ella tocando la puerta del cuarto—
Últimamente nos la pasábamos peleando, Poché quería que la boda fuera en la playa y yo quería que fuese en un campo verde, al principio habíamos acordado que decidiríamos esto de una manera civilizada, pero yo al ver que su idea era la presunta a ganar, me enoje y aquí estaba encerrada, muy enojada, yo quería que mi boda fuese como siempre soñé, pero la propuesta de Poché había ganado, dejándome en desventajas. Llegó la hora de dormir y yo seguía enojada, ella dejó de insistir en la puerta y al parecer se fue del apartamento, salí por agua y en realidad ella no estaba, seguro y se fue para donde su papá, siempre que pasaba esto ella se iba para no pelear conmigo. Mario aún no se iba de Colombia, el siempre venía a nuestro apartamento a platicar o a dormir, muchas de las veces en que Poché se iba él se quedaba conmigo, lo raro es que como si adivinara siempre venía.
Odiaba que esto pasara, sé que siempre eran caprichos, pero ella tenía que entender que no debía irse así por así, como si eso solucionara todo, esto se estaba saliendo de control, empiezo a sentir que se cansa de esto. Mario siempre decía que ella necesitaba espacio, tiempo para reaccionar y eso era precisamente lo que me afectaba, ella está considerando que estar sin mí era lo mejor.
Me tranquilice y pasamos a noche viendo películas, Mario trataba de distraerme, pero su intento era del asco, prefería irme a dormir. Amanecía y ni señas de Poché, como siempre, normalmente cuando esto pasaba aparecía a altas horas de la tarde, solo ofreciendo disculpas y ya. Me levanté e hice mi rutina matutina, Mario tenía el desayuno listo, hoy habíamos quedado con Poché que iríamos aprobar el pastel que tendríamos en nuestra boda, después de lo que había pasado ayer no sabía si tendríamos que posponer este detalle.
Decidí llamar a la chica que nos ayudará en esto para saber si Poché había confirmado la cita.
—Hola —dije en cuanto contestó—, soy Daniela Calle quería saber si se había confirmado el elegir el pastel de mi boda —dije amablemente—
—Disculpa, ayer se me confirmó que esta cita estaba cancelada —dijo ella con un tono de voz confundido—
—Oh disculpa, quería saber si se había cambiado el día o algo por el estilo —dije con un hilo de voz—
—No señorita Daniela, su prometida fue muy clara al decir que lo cancelaba sin vuelta atrás —dijo ella—
—Bien, gracias, buen día —dije colgando—
Esta Vez sí era en serio, de verdad tenía cansada a Poché, ella tal vez y no sabía ni como decírmelo. Me quedé el día hablando con Mario, decidí irme a casa de mis padres un rato y despejar mi mente. Mario quedó en el apartamento y yo salí hacia casa de mis padres.
—Papi —dije al ver a mi papá en casa, él salió a saludarme y en seguida preguntó por Poché—
—Ni idea dije caminando hacia el cuarto de mi mamá—
Sabía que mamá estaba en casa, ella había dejado de viajar tanto, llegue a su cuarto y la salud, también me pregunto por Poché, pero supe evadir el tema, platicábamos muy a gusto y ella por fin preguntó.
—Cómo van los preparativos de la boda —dijo muy emocionada—
—Ni siquiera sé si va a haber boda —dije negando con la cabeza—
— ¿Qué? —dijo confundida—
—No hemos estado nada bien —dije suspirando—
Le conté a mi mama todo lo que había pasado, ella me dijo que le diera tiempo, pase la tarde con ella y ni siquiera una llamada de Poché se hizo presente. Llegue al apartamento y ella estaba allí, cuando me miro sonrió, pero no correspondí su sonrisa, aunque moría por hacerlo, ella solo me quedo observando junto a Mario, yo pase al cuarto y me metí al baño. Pase más de una hora en el baño, me aplique un bronceado y esperaba el resultado, salí después de mucho y ella estaba en la cama ya con su pijama, me sequé el cabello y me aplique la crema de la cara, Poché solo observaba mis movimientos, yo no la volteaba a ver, pero sentí su mirada en mí.
Ella caminó hacia mí y me tomo de la cintura, puso su quijada en mi cuello y suspiro.
— ¿Puedes dejar de ignorarme? —Dijo suspirando—, me duele Calle —dijo con tristeza en su voz—
— ¿Quieres Cancelar la boda? —Pregunte quitando sus manos de mi cintura y viéndola a los ojos—
— ¿Qué? —dijo confundida—
—Al menos que no quieras pastel voy a pensar lo contrario —dije y ella pareció entender—
—Calle, ¿es por eso que te fuiste? —Dijo ella queriendo tomar mi mano—
—Créeme que es menos estúpido por lo que yo me fui que por lo que tú te vas siempre, dejándome sola —dije en reclamo—, si quieres terminar con esto habla de una vez por todas María José, pero no huyas disque a tomar tiempo —dije muy enojada a muy poco de llorar—
Ella suspiró y negó con la cabeza, se fue hasta la cama y se acostó a espaldas a mí, ella estaba llorando, me dolía verla así, hacía mucho que no la veía llorar y esta vez después de mucho tiempo me está destrozando. Me acosté a su lado dándole la espalda y ella seguía llorando, yo contenía mis lágrimas, no quería llorar, no ahora. Después de mucho tiempo logre dormirme. Amaneció y me levanté, Poché ya no estaba, Genial.
Hice mi rutina y salí a la sala, Mario miraba tv y yo lo salude, moría por preguntarle por Poché, pero el rápidamente me platico que su novia estaría aquí en unos días, platicamos mientras desayunábamos y después nos dispusimos a arreglar el apartamento.
Mi miedo era siempre preguntar dónde había ido Poché, tenía miedo a una respuesta que no quería escuchar. Pasamos toda la tarde y Poché no había llegado, fui al cuarto en cuanto anocheció y me acosté, pase horas viendo el celular y cuando quise salir escuche que Poché había llegado.
—Ya mejor acaba con esto y díselo —decía Mario en susurros—, ella se está haciendo ideas.
Me aleje de la puerta en cuando escuche eso y me acosté rápido para que ella no supiera que los había escuchado. Ella llegó al cuarto y se metió al baño, al rato salió y se acostó a mi lado, pasaron minutos y sentí sus brazos rodear mi cintura.
—Te quiero hacer la misma pregunta que me hiciste ayer —dijo en cuanto supo que estaba despierta—, ¿tu aun te quieres casar conmigo? —Pregunto casi en un susurro—