Después de todo Calle se quedó a dormir en mi casa, yo me dormí muy rápido a diferencia de otros días, estar entre sus brazos me hacía sentir segura, nada me faltaba a su lado... sentí su respiración pesada indicándome que aún estaba dormida, sonreí al pensar en lo lindo que sería verla dormir serenamente, suspiré pensando en que eso tal vez nunca pase.
A veces creo que nunca volveré a ver, y eso me hacía sentirme mal, porqué amaría ver cuánto Vale ha crecido, como mi papá envejece, amaría ver a quien se está convirtiendo en el amor de mi vida, amaría ver a Mario.
En cuanto recordé a mi mejor amigo saque cuentas y ahora era el último día que me visitaría, tal vez lo vuelva a hacer en unos meses, pero lo más seguro es que hasta que pasen dos años.
Él está muy decidido en que se convertirá en el mejor para poder devolverme la vista, Yo sinceramente no quisiera emocionarme con nada, existía la posibilidad de que aun operándome yo no pueda ver, el doctor se lo dijo a mi papá y por eso decidí que él no invirtiera todo su dinero en mí, por eso mismo no quería que Mario se fuera, no quería que saliera decepcionado de sí mismo al ver que lo Mío no tiene solución ...También por eso no quería encariñarme con nadie, pero llego Daniela y por ella decidí en ser egoísta y negarle la posibilidad de tener a alguien mejor que yo.
No sabía que horas eran, pero no tenía señales de que Calle estuviera despierta, busque su rostro y lo acaricie como memorizando casa detalle de él, ella suspiró y supe que sí. Aún seguía dormida.
—Me estás gustando demasiado Daniela—suspire
Toqué sus labios y decidí depositar un pequeño beso en ellos...Ella se movió y supe que estaba despertando.
—Amaría despertar así todos los días —Jalo de mi para quedar encima suyo y darme un beso que duró más que el anterior.
—Amaría ver cuando despiertas—Mi voz sonó triste.
Pov Calle
Desperté ya que sentí los labios de Poché sobre los míos y Dios, que daría por despertar así todos los días. No sé cuánto tiempo llevaba ella despierta, pero parecía que tenía mucho de haber despertado.
Estábamos hablando y besándonos cuando ella dijo algo, algo que no lo había pensado, eso que podría pasar tal vez no hoy, pero podría ser algún día.
—Amaría ver cuando despiertas — su voz sonaba triste y su rostro lo reflejaba.
Sentí miedo a esas palabras, quería que Poché recobrara su vista, quería que ella viera el mundo conmigo, quería que disfrutara de lo que se le privo hace años, pero ¿qué pasaría cuando ella vuelva a ver?, ¿será que le gustaré?, ¿qué tal si no soy como se lo imagina?, ¿que si no tengo el físico que a ella le atraería?... muchas preguntas invadiremos mi mente y me atemorizaba el pensar en que ella no sintiera nada por mi después de que vea como soy, nunca me ha gustado mi físico y eso no ayudaba en mi seguridad de que ella pudiera fijarse en mi físicamente.
Decidí no seguir esta conversación, porque tenía mucho miedo del futuro... así que solo me limite a besarla como si la mente me dijera que lo hiciera mientras pudiera.
Decidí ir a casa, después de todo lo que he pensado no sé si decirle a mis Padres, ¿que tal y solo dura mientras Poché no puede ver?, voy a quedar como la patética que se enamoró sin ser correspondida.
Cuando iba saliendo allí estaba él, Mario Ruiz, agradecí que viniera, así Poché no se quedaría sola.
— ¿Una buena noche? —pregunto Mario con una sonrisa pícara.
— ¡Oye! — me quejé mientras lo saludaba con un beso en la mejilla.
— ¿Estoy muy feliz sabes? —dijo el con una gran sonrisa—estoy feliz porque sé que mi Poché no quedará sola, son dos años Daniela, espero me la cuides, y nunca me la hagas llorar, ella ha sufrido mucho sabes—hablaba mientras en su rostro sonreía con nostalgia.
—Mario yo no pienso dejarla—fui sincera, pero no pude evitar mostrarme tristemente y el pareció notarlo.
— ¿Entonces que pasa por tu cabecita Daniela? —Pregunto sonriendo.
—Tengo miedo— susurré mientras miraba como se acercaba para abrazarme.
— ¿Qué pasa? —pregunto interesado.
—Sé que volverá a ver —dije muy segura.
—Yo también —dijo el de inmediato— ¿pero ¿qué es lo que te preocupa?
— ¿Que si no le gusto? —Pregunte y el sonrío y apretó mi mano.
—Daniela eres hermosa —me sonroje—ella quedará embobada contigo —dijo riendo.
— ¿Cómo puedes estar seguro? —dije y el negó con la cabeza y aun riendo.
—Sé que así será, y quiero pedirte el favor que mientras yo no esté me envíes fotos de ella y que me permitas llamarla a tu celular siempre que puedas comunicarme con ella — no podía creer como Mario era tan atento con ella.
Mario parecía que la apreciaba mucho, él estaba muy seguro que él podía devolverle la vista en tan solo dos años gracias a una beca que se ganó el podrá estudiar y lograr su objetivo.
—Claro que si—Sonreí.
—Cuídate— se despidió para entrar al edificio donde vivía Poché.
Yo seguí camino a mi casa y otra vez tenía muy claro lo que quería, y ¡sí! Les contaría a mis padres.