Capítulo 8

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Esto tiene que ser una broma.

Una maldita broma.

Volteo rápidamente hacia la barra para fingir que no la he visto, tratar de ignorarla porque ella no es mi maldito problema.

Ana se veía realmente sorprendida, ¿Eso significa que no me estaba siguiendo? ¿Es una casualidad? Pero además, ¿Qué mierda hace aquí? ¡No tiene edad para beber!

—Mierda. —golpeo el vaso de cristal contra la barra.

—Hey, Chris. —Luke palmea mi hombro—. ¿No es esa tu groupie?

—Si. —gruño en respuesta.

—Es una cosita sexy, ¿no?

—¡Luke! —me levanto del banquillo para enfrentarlo—. Deja de mirarla, es una niña.

—¿Seguro? No lo parece. —luego señala hacia ella con su cerveza—. Y no creo que esos sean sus hermanos.

Mierda.

Ella no me importa.

No soy una jodida nana, no tengo por qué sacarla de problemas todo el puto tiempo. Ella decidió estar aquí y eso...

—¡Agh, maldición! —furioso, me alejo de mi amigo para ir hacia la pista de baile.

Ana está de espaldas a mi, pero los fulanos aún tienen sus manos sobre ella así que me acerco.

—Quítale las manos de encima. —le grito a uno por encima de la música.

—¿Quién eres tú? ¿Su hermano? —pregunta uno con el ceño fruncido.

—Soy policía y esta chica no tiene edad para estar aquí. Ahora lárguense antes de que los haga arrestar.

Les muestro la placa que siempre cargo en mi cinturón para ser convincente y los tipos salen del lugar tan deprisa que les toma tres segundos atravesar la multitud.

—Carajo. —gruñe Ana sin mirarme.

—¿Qué mierdas haces aquí? ¿Quién te dejó entrar?

Intento tomar su mano, pero se gira un poco para mirarme antes de correr hacia la barra junto a la pista de baile.

—¡Jimmy! ¡Jimmy! — Ella grita mientras la sigo.

—¡Detente! ¡Ana!

—¡Jimmy! ¡Ayuda!

Se detiene en un banquillo y se aferra a la barra como si quisiera brincar del otro lado, su vestido corto plateado subiendo por sus piernas con su movimiento.

Mierda.

—Baja de ahí, maldita sea. ¿Qué haces?

—Hey, amigo, ¿Qué ocurre? —el tipo detrás de la barra me mira.

—Esta chica no tiene edad legal para beber y puedo hacer que clausuren este lugar rápidamente.

—¡Tranquilo! —sonríe nervioso—. Ella solo vino a bailar, ¿Verdad Ana? Ella no está bebiendo alcohol.

—No debería estar aquí, ¿Eres amigo suyo? —interrogo mostrando de nuevo mi placa.

—Ella viene hace dos meses, solo viene a bailar. Mira, amigo, no quiero tener problemas con mi jefe. —la expresión del chico hace enojar a la chiquilla.

—¡Dile que puedo quedarme! —insiste ella.

—Lo siento peque, no puedo ayudarte ahora. Si se dan cuenta que yo lo sabía van a despedirme.

—¡Traidor!

Intenta brincar de nuevo detrás de la barra por lo que tengo que sujetarla de la cintura para sacarla de este lugar. Alguien me sigue de cerca y giro solo un poco para ver a Luke.

Obsesión (Mío #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora