Capítulo 47

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Cuando Ana llega justo después de la cena, estoy tan cansado que solo tomo una ducha antes de dirigirme a la cama. Mañana podemos establecer los acuerdos sobre nuestra nueva convivencia.

El despertador suena como cada mañana a las 7 en punto. Me arrastro fuera de la cama para buscar el pantalón y la camisa, ansioso por una taza de café que termine de despertarme.

—Buen día, amor. —Ana sonríe sentada en el comedor.

—¿Ana? —balbuceo, luego lo recuerdo—. Estás aquí.

—Si, preparé el desayuno. —señala una taza de café humeante—. ¿Tienes tiempo de comer algo?

—No. Voy tarde, es bueno que estés lista.

Giro para mirarla mientras tomo la taza. Ella parece haber despertado antes que yo porque tuvo tiempo de alistarse, preparar el desayuno y tomarlo con calma en la mesa. Yo soy un puto desastre.

—¿Por qué no llevas el uniforme? —señalo los jeans azules y la camisa blanca.

—No voy a la academia, amor. Voy contigo a la estación para reportarme con el oficial Williams.

Mierda.

—Querrás decir la detective Williams.

—¿Voy a trabajar contigo? —sus ojos azules parecen más grandes por la sorpresa—. ¡Estaremos juntos!

—Carajo.

—¡Christian! —golpea mi pecho—. ¿No estás feliz de tenerme ahí?

—No.

—¿Por qué? —arquea su pequeña ceja con disgusto.

—Porque vas a distraerme todo el puto día, lo sé.

—Entonces deja de mirarme como tu novia y trátame como un elemento más mientras estamos ahí. No olvido que eres mi superior, Christian.

—Tu jefe, de hecho. ¿Te preocupa que alguien sepa que estamos juntos?

—No me importa lo que digan, nadie sabe lo que pasa entre nosotros. ¿Quieres mantenerlo oculto?

—Por el momento, hasta que encuentre la forma de manejarlo de forma adecuada. ¿Estás de acuerdo?

—Si. Ahora vamos que no quiero llegar tarde en mi primer día.

Resoplo antes de terminar mi café y seguirla por las escaleras hacia el auto. Sé lo que dirán en la estación, todos los chismes que correrán sobre que Ana tuvo que dormir conmigo para conseguir el jodido ascenso.

Espero que Leila no lo hubiera hecho a propósito.

Llegamos a la estación y Ana camina cerca de mi, dejando un ligero espacio entre ambos mientras subimos hasta el piso de mi equipo. Leila, un chico moreno y el jodido rubio están aquí.

—¿Qué hacen aquí? —gruño.

Leila se apresura con tres carpetas en sus manos.

—Buen día, jefe. Ellos son William Rivera, Jesse Abernathy y Anastasia Wilks, los tres mejores alumnos en la academia según el sargento instructor.

Le hago una seña para que me siga hasta mi escritorio, hablando bajo para que solo ella me escuche mientras los tres novatos se saludan.

—¿Ellos son los mejores? —ella asiente—. Espero que no tengamos problemas, Ana es hija del senador Steele y Jesse del capitán Abernathy.

—¿Crees que son espías?

—Desconfío del chico Abernathy, Ana no sabe nada sobre las actividades de su padre.

Obsesión (Mío #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora