Obsesión (Mío #1)

Capítulo 57

—Tu madre es adorable, Christian.

—¿Si?

—Está muy feliz de que estemos juntos. —Ana se ríe—. Creí que la idea de la boda la haría odiarme pero está muy entusiasmada. De hecho, cree que podríamos casarnos aquí.

—¿En Detroit?

—Si. ¿No te gusta la idea? Tus padres están aquí, los míos ni saben que me fui y Luke está aquí conmigo, Dios sabe que no me atrevería a separarlos.

—Pues... No lo sé.

Escucho una tenue voz de su lado y pronto la voz de Grace se hace más fuerte.

—¿Es Christian?

—Si. —dice Ana.

—Déjame hablar con él.

El móvil de Luke está ahora en manos de mi madre y casi quiero advertirle que debería lavarse las manos con desinfectante cuando termine la llamada.

—¿Cariño?

—Hola mamá.

—¿Ana ya mencionó lo de casarse en Detroit? Hice un par de llamadas por algunos favores y todo está listo, los documentos, todo. Incluso tu traje. Solo deberás estar aquí.

Mierda. ¿Tan pronto?

—¿Estás de acuerdo con que me case? Creí que dirías que soy muy joven.

—Mi amor. —la voz de Grace se suaviza—. Ana es una chica fantástica, inteligente, divertida y te ama. La última vez que tu papá y yo no estuvimos de acuerdo contigo te mudaste al otro lado del país.

—Lo sé, pero esto es diferente. Es la persona con la que voy a pasar el resto de mi vida.

—Y estoy agradecida por eso, ella quiere cuidar de ti y por lo que tu amigo Luke dice, la pasan bien juntos.

—Está bien, si. Tomaré el primer avión que salga para allá y me casaré con Ana donde ustedes decidan.

—¡Perfecto! ¡Ana, dijo que si! Dios mío, eso es genial... —mi madre me ignora y la escucho hablar con Ana.

—¿Mamá?

—¿Él aceptó? Mierda... —la voz cercana de Luke me hace pensar que tomó el teléfono.

—¿Hola? ¿Luke?

La llamada se corta. Bien, supongo que debo tomar un avión ahora.

Conduzco hacia mi departamento y tomo una ducha antes de armar una pequeña maleta con un par de cambios, objetos esenciales como el cargador del móvil, los audífonos y mi identificación.

La ventaja de tener el caso finalmente concluido es que puedo tomarme unos descanso del departamento y utilizar esos días libres que me deben porque la próximo vez que esté aquí, seré un hombre casado.

El único vuelo disponible qué encuentro hace escala en Georgia y aterriza en Michigan a las 9:20 de la mañana, un traslado tranquilo suponiendo que pueda dormir toda la noche.

*Te veré en la mañana, cerecita.*

Envío en un texto pero no recibo respuesta. Probablemente sigue revisando los detalles con mi madre o fue a dormir temprano. Me acomodo en el asiento cuando el avión despega y dejo que el sueño me venza.

Despierto brevemente durante el aterrizaje en Georgia pero vuelvo a dormir por el cansancio acumulado. Nada me gustaría más que tomarme unas largas vacaciones navegando en mi catamarán con mi Cerecita.

El avión se sacude cuando se dirige a la pista de aterrizaje y espero paciente todo el transcurso hasta la zona de desembarque, con el estómago protestado por alimento.

Tomo la maleta de la banda transportadora y busco entre las personas a mi Cerecita que vino a recibirme y...

—¿Qué haces tú aquí? — Gruño.

—Soy el comité de bienvenida. —Luke alza las cejas y sonríe.

—No, estoy seguro que Ana querría verme, ¿Dónde está?

—¡Yo vine por ti! ¿Me recuerdas? ¡Tu mejor amigo! —las otras personas en la salida nos miran con curiosidad.

—Lo sé, gracias, pero quiero ver a mi...

—¡Si, claro! —chilla y finge un sollozo—. ¡Admítelo! Mírame a los ojos y dime que me cambiaste.

—¿Qué? Baja la maldita voz, Luke.

—¿Por qué? ¿Te avergüenza que estas personas sepan lo egoísta que eres?

Mierda. Gracias Dios que Grace o Carrick no están aquí para ver esto.

—¡Bien! Cállate y vámonos, tengo hambre y no quiero escuchar tu jodido drama.

Levanta la barbilla en un gesto de indignación y camina por delante hasta el lugar de estacionamiento donde está en auto de mi madre.

—¿Puedes conducir o lo hago?

—Puedo hacerlo, sube ya que te llevaré a desayunar.

Lanzo la maleta en el asiento trasero mientras Luke conduce para incorporarse el tráfico y luego hacia el sur.

—¿A dónde mierdas vas? Conduces en sentido contrario a Birmingham. —el lujoso barrio de mis padres.

—No vamos a su casa. —sonríe divertido—. Puesto que mañana en la mañana es tu boda, hoy es tu último día de soltero libre y ¿Qué crees? Lo pasarás conmigo.

No puedo evitar los ojos en blanco.

—Malditamente genial, Luke. ¿De quién fue la grandiosa idea?

—De mamá Grace. Tenemos reservaciones en un hotel y toda la cosa, cortesía de tu padrino. No es que me lo hayas pedido, pero sé cuán importante soy en el mejor día de tu vida.

—Esto no es sobre ti, idiota. —gruño—. Es sobre Ana.

—Te compré un viaje a Hawái por tu luna de miel, nos hospedaremos en un hotel en la zona turística junto a la playa que tiene actividades planeadas...

—Un momento. —interrumpo—. ¿Nos? ¿Tú, ella y yo?

—Por supuesto. No esperarás que pague las vacaciones y me quede fuera.

—De hecho, si. La luna de miel es solo para los recién casados.

—Y yo siento que me caso a través de ti porque compartimos la experiencia, ¿Ves? Ningún problema.

Mierda.

No voy a discutir con él ahora. Tengo hambre, sueño, me duele el cuello y necesito una ducha caliente antes de pensar en cualquier otra cosa.

Luke para en el Motorcity Casino y nos detenemos brevemente en la recepción. Cómo dijo, mi madre hizo reservaciones y dejo mi maleta con ellos para ir al restaurante.

—¡Aquí hay un casino! ¿Sabes lo que eso significa? —chilla de felicidad haciendo reír a la recepcionista—. ¡Nos pondremos hasta el culo de borrachos esta noche antes de subir a la habitación!

—No, no. —intento corregir las estupideces de Luke—. No vamos a subir juntos, él y yo no...

La chica vuelve a reír, se aleja para hablarle a otra chica y nos señala.

—Mierda, Luke, ¡Siempre es lo mismo contigo!

—No es mi culpa lo que la gente piense, ahora vamos que me dio hambre otra vez.