Capítulo 16

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—¡Eres un cobarde, Christian!

Extiendo la vela del catamarán mientras Luke me grita desde el muelle, sus brazos agitándose en el aire para agregar drama al jodido asunto.

—¿Qué esperabas que hiciera? ¿Quedarme ahí hasta que ella decida aparecer de nuevo?

—Si, ¿O es que ella es más lista que tú? —pregunta, luego niega levemente con la cabeza—. No contestes, es obvio que ella puede con el inteligente y controlador jefe de detectives.

—Cierra la boca, Luke. ¿Vas a subir al bote o vas a seguir quejándote?

—Voy a subir, traje cerveza.

—No esperaba menos de ti.

Espero a que él suba la hielera hasta la cabina para poder soltar las amarras y navegar tranquilamente. El fin de semana perfecto para mí.

—¿Cómo supiste que estaba aquí?

—Intenté llamarte pero como no contestaste, fui a tu departamento. —Luke me entrega una cerveza.

—Cambié las cerraduras en la mañana y luego vine aquí porque necesito un momento de paz.

—Eso supuse.

Dirijo el bote hasta un punto cercano a Bainbridge porque mi lugar favorito en el estrecho de Puget no es una opción en ese momento. Tomamos otro par de cervezas sentados en la cubierta.

—¿Esta cosa tiene televisión por cable? —Sawyer señala hacia los camarotes—. ¿Wi-fi?

—No. —bebo otro trago.

—¿Qué haces aquí para divertirte?

—Pescar.

Señalo el estuche de mis cañas y la caja de cebos perfectamente organizados por tamaños para enfatizar mi punto, pero el imbécil pone los ojos en blanco.

—Eres taaaan divertido, Christian.

Después de un rato bebiendo y mirando a la nada, Sawyer busca entre mis cosas por comida o algunas frituras.

—¿Todo lo que trajiste son cacahuates? —agita el empaque frente a mi—. Esto no me sirve ni para calmar una tripa.

—Acabo de recordar por qué no tengo novia... Tú eres una jodida novia quejumbrosa.

—Ya quisieras estar con alguien como yo. —dice abriendo la bolsa y lanzando un puñado en su boca—. ¿Podríamos invitar a Ana para que traiga comida decente?

—Serás idiota... —le gruño—. ¡No puedes invitar a Ana!

—¡Entonces muere de hambre!

—Luke, si vuelves a mencionarla voy a lanzarte del bote, ¿Entendido?

—Aquí no eres mi jefe. —se queja.

—Pero eres mi mejor amigo, se supone que me apoyes.

Resopla con fuerza y vuelve a lanzar otro puñado de cacahuates por su garganta, trae otro par de cervezas y se sienta a un lado.

Estaba ya oscuro cuando paramos en Bainbridge por tres cajas de pizza y más cerveza, luego volvimos a apartarnos del muelle hasta que era hora de regresar.

—¿Vas a quitar algo de eso? —pregunta Luke por teléfono el lunes por la mañana—. Tu nueva decoración...

—No. No tengo tiempo para esto, tal vez solo lo deje ahí y lo ignore hasta que consiga alguien que se lo lleve.

—Bien. Gracias por despertarme, tomaré un par de aspirinas para la resaca y café cargado antes de ir a la oficina.

—No te tardes, ya estoy aquí.

Obsesión (Mío #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora