C 12

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-¡Hogar, dulce hogar!- dijo Sirius cuando entraron a casa.

-Mamá tengo hambre.- dijo James provocando la risa de Remus.

-¡Váis a tener una cena riquísima!- les dijo Euphemia.- Remus cariño, ¿te quedas a cenar?

-Me encantaría Euphemia, pero mis padres vuelven a las ocho y aún no me han visto.

-Pues el día que quieras mandas una lechuza y vienes, Remus.- le dijo Fleamont.

Remus ya había estado muchas veces en casa de los Potter, sus padres eran muy generosos, y siempre acogían a los amigos de Sirius y James.

-Muchas gracias.- dijo Remus, notaba el calor de la casa de James, se quitó el abrigo y fue con sus dos amigos.

-Yo pensaba que conocer a los padres de Lily iba a ser peor.- decía James pensativo.

-¿Qué creías?- dijo Remus en un tono un poco burlón- ¿Que se iban a convertir en trolls y te iban a perseguir?

El comentario causó las risas entre los chicos, y estuvieron hablando de chorradas hasta las ocho, cuando Remus se fue por la chimenea.

-Adiós Santa Claus.- le dijo Sirius riendo mientras él y James reían.

-Ho, ho, hoo.- dijo Remus con una voz grave- ¡Feliz navidaad!

Sirius y James rieron.
Los días en casa de James pasaron rápido, y cuando se dieron cuenta era la mañana del dia de navidad.

-Sirius...- murmuró James despertando al chico- ¿cuántas lechuzas crees que habrá este año?

-Ni idea pero me dan miedo.

-Bajemos antes de que nos toque recoger sus cacas.

James y Sirius bajaron, para encontrarse con una manada de lechuzas en la fachada de James, con cartas de sus admiradoras.

-Recogámoslas ahora y ya nos libramos.- dijo Sirius.

-Acuérdate de los guantes.- le dijo James riendo.

-Que gracioso, ja, ja, ja.

Era la misma fecha de hoy, pero del año pasado, James y Sirius estaban recogiendo sus cartas, cuando Sirius encontró una carta que desprendía un buen olor.

-James, esta carta huele muy bien.

-Yo no me fiaría...

James llegó tarde, Sirius ya había olido la carta, y estaba obsesionado con una tal Vanesa Leen.
James no tuvo más remedio que encerrarlo en la habitación hasta que se le pasaran los efectos, pero Sirius se escapó por la ventana a casa de Vanesa, donde la madre de esta le echó a escobazos.

Cuando Sirius volvió a casa, tenía moratonee por todo el cuerpo y el efecto de la poción de amor ya se le había pasado.
James comenzó a reírse tanto por la cara de fastidio de su amigo, que cayó al suelo.

-Su madre era una agresiva.- dijo Sirius mientras recogían las cartas.

-¡No me digas!- dijo James llevándose las dos manos a la boca fingiendo sorpresa.

Acabaron de recoger las cartas, y las estaban leyendo en la mesa del salón, cuando James leyó una en voz alta.

Queridos James y Sirius:
Os invito a mi casa a comer hoy, lo siento por no avisaros con más tiempo y por interrumpir la lectura de las cartas de vuestras fans ja ja ja.
Vienen Raquel, Amanda, Remus y vosotros.
A las dos en mi casa,
Lily.

James y Lily, tal vez funcione.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora